1811 fue un año triunfal para los franceses que
dominarán casi toda España y lo ganan todo. La reacción española será potenciar
guerrilla. Así el 15 de enero los Húsares de Iberia (el escuadrón de Caballería
de Longa) perseguían a Caffarelli y sus hombres por tierras de Castilla y La
Rioja y tres días después Longa ataca entre Monasterio de Rodilla y Castil de
Peones capturando 29 carros cargados de hierro.
El día 20, desde Frías a Medina se batió contra 800
granaderos de la Guardia Imperial. Diez días después fueron atacados los
Húsares de Iberia por un regimiento francés de Lanceros en Villarcayo; En la
refriega los franceses dejaron 23 muertos y 38 heridos y, según Sainz de
Baranda en su Boceto para la historia de Castilla la Vieja, 2 prisioneros.
Longa fue perseguido hasta Incinillas donde, quizá por la orografía, los
franceses fueron derrotados dejando, según algunas fuentes, 33 muertos. Sainz
de Baranda varía estas cifras escribiendo que los lanceros fueron apoyados por
una columna de infantería de 400 hombres y las bajar fueron 17 muertos y 2
prisioneros. También indica que la guerrilla anotó 9 hombres muertos y 13
heridos.
Desde el 21 de Enero de 1811 Longa tiene el mando con
carácter militar y se le nombra Teniente Coronel, Comandante de partida. Febrero
y Marzo lo pasará actuando por La Montaña (Cantabria) y Mayo por Briviesca
capturando partidas de grano y de vino francés. Es el 7 de junio cuando vuelve
por Las Merindades entablando combate en Villalba de Losa y la Peña de Orduña.
De ahí a Álava y La Bureba.
Con relación a la información sobre los franceses
debemos indicar que, aparte de la obtenida torturando correos o prisioneros
varios y las cartas interceptadas, estaban los espías residentes en las
ciudades ocupadas por las fuerzas napoleónicas o a lo largo de la calzada real
a Francia. Veamos un fragmento de un parte de noticias de este tipo, para que
se advierta la precisión de los datos suministrados:
"Por el
camino de Irún han entrado a mediados de julio como 4.000 hombres conscriptos,
habiendo pasado a guarnecer los puertos y guarniciones de la provincia: y los
que antes ocupaban éstas han marchado a Castilla. Se me avisa por los espías que
entran hasta 12.000, pero se ignora si son conscriptos últimamente, o de los que
han pasado a conducir convoyes y acompañar a diferentes Gefes; pero se avisará
en el momento que se sepa. Por la parte de Pamplona a Vitoria pasó el dia 21 de
julio un convoy con pertrechos de Guerra y varias cosas compuesto de 65 carros
escoltados por 300 caballos y 3.000 infantes. El 27 de julio llegó a Miranda de
Ebro el General Bessieres con otros 3 Generales escoltados de 1.000 hombres y 2
violentos habiendo salido de este pueblo para Francia al día siguiente".
Y no solo eso, había todo tipo de comunicaciones
entre las unidades guerrilleras y los mandos del ejército español y aliado.
Valga para ello la referencia fechada el 5 de julio de 1811 donde Porlier, desde
Potes, acusa recibo a Longa de los instrumentos de música que éste le enviaba. ¿Raro?
¡Para nada! existía una grave preocupación por las bandas de música. Más ejemplos:
En un escrito desde Coruña, de Buenaventura Bassas, se le pide a Longa dinero
para contratar músicos y explica que algunos tendrá que reclutarlos entre los
prisioneros franceses de esa profesión. En otra carta de Josefa de Zorrilla se
trata sobre el envío a Longa de cornetas. Se supone que serían para los
Húsares, pues sabido es que entonces no las usaba aún la Infantería, que sólo
tenía tambores y pífanos. En otros papeles de Iberia se habla también de
tambores y clarinetes.
Tras este inciso "musical" llegamos al 22
de agosto de 1811 donde Longa escribe a Gabriel de Mendizábal, nuevo general
del séptimo ejército, para poner a sus órdenes la División de Iberia. Aunque
orgánicamente ya estaba integrada en este ejército. No solo eso sino que el 1
de septiembre, desde Moneo, escribe al General inglés Jorge White y le envía
por el correo de su División la copia de cuatro pliegos interceptados al
General francés Thouvenot con noticias interesantes sobre las fuerzas que
Napoleón envía para continuar la guerra en España, aunque dichos refuerzos no
son demasiado importantes. Acusa, también, recibo de fusiles y municiones que
había desembarcado en la costa asturiana la fragata británica "Iris";
le ruega nuevos envíos, ya que dice haber mucha gente alistándose en sus filas
y necesita armarlos; pide también dos cañones pequeños de montaña, para ser
conducidos por tierra. Hay que advertir que, irónicamente para un
ultraconservador como Longa, mantuvo muy buenas relaciones con los ingleses, militares
y marinos, que patrullaban por el Cantábrico y que tuvieron destacada actuación
tanto en suministros como en apoyo táctico a los ejércitos.
Todas estas comunicaciones rompen con la idea, tan
televisiva, de que las guerrillas no se coordinaban con el Alto Mando. Una
muestra más, en este caso sobre la conducción de prisioneros, remitida por Eguiluz
en 1811, en la que se dice que el Gobernador de Potes ha mandado a Villafranca del
Bierzo al oficial y soldados que Eguiluz envió para conducir a los alemanes; se
muestra enfadado con él, así como con Pedro Pablo Álvarez, porque dice que "enviando a uno y otro lado a los
soldados... se va todo el Batallón primero de Iberia; de este modo la
instrucción Dios la dé, soldados el demonio y siga la danza para que jamás
tenga la Nación soldados que hagan su deber, ni Jefes que por mucho desvelo que
se desvelen, tenga instrucción su tropa".
El 14 de septiembre de nuevo en la Peña de Orduña:
Longa ataca al enemigo y le obliga a retirarse en desorden; el 17 ataca a la
guarnición de Salinas de Añana y cuando ya había aquélla capitulado, hubo de
abandonarla por la llegada en su socorro del General Caffarelli. El 6 de
octubre, en las inmediaciones de Salinas, trabó combate con una columna que
salía a requerir contribuciones, pero ésta reforzada por la guarnición de
Salina de Añana pudo retirarse al interior del pueblo.
El año 1812 es el claro punto de inflexión de la Guerra
de la Independencia. La División de Iberia continúa su buena racha de acciones
bélicas. Longa con sus Húsares marcha a Navarra donde acompaña a Espoz y Mina
en sus correrías y el 8 de enero toma parte con aquél en la batalla de
Sangüesa, bajo las órdenes del General en Jefe del 7.° Ejército, Gabriel de
Mendizábal; por esta actuación en la que fueron derrotados 2.500 franceses, le fue
concedido a Longa el grado de Coronel. Entretanto el día 15 de Enero de 1813 sus
tropas traban combate en Villasana de Mena contra una columna de Infantería francesa.
Como nota curiosa El 15 de mayo de 1813 escribirá Longa
a Castaños y le explicará que dio el nombre de Iberia a su División, porque
está formada por la juventud de ambas riberas del Ebro.
Al volver a su Cuartel General, Longa halla
aumentada su División y sus problemas de intendencia (faltan ropas y armas
suficientes) y así se lo expone al Coronel inglés Douglas el 29 de enero y con
el fin de gestionar este pedido envía a su lugarteniente Abecia a La Coruña. En
agosto vuelve a repetir su queja y para ello declara que tiene 380 hombres de
Caballería, 900 de Infantería y 3.000 nuevos reclutas.
En abril de 1812 se presentan unos supuestos
desertores franceses y Eguiluz manifiesta en carta a Longa que no los cree, ya
que un primo de Aburruza los conoce y los ha visto antes en Oñate, en la
partida del Pastor -Se apodaba así al Comandante Jáuregui, que había levantado
en armas la guerrilla guipuzcoana contra el francés-. Estos hechos eran
frecuentes, ya que había gran confusión con el problema de los fugitivos, tanto
españoles como franceses, que se presentaban en las líneas españolas y que
nunca se sabía si eran espías o simples desertores. También los ingleses que huían
del enemigo, a veces, se incorporaban en unidades españolas según se ve en
carta de Felipe Rouche a Longa en marzo de 1811. En cuanto a los españoles desertores
(que también los había), un bando de Mendizábal de 1813 anunciaba sus penas y a
quienes los ocultasen.
Su flamante carrera hará que se reconozca a el 17
de abril de 1812 a Francisco Longa, por la Junta Central, el grado de Coronel y
jefe de su guerrilla bajo la denominación de División de Iberia.
Los movimientos entre los contendientes se suceden.
Por ejemplo, el Batallón de Nacionales se desplaza hacia Frías y San Martín de
Don; Luego de Poza y hacia Moneo y Medina. El 11 de junio hay un combate de las
fuerzas de Iberia con los franceses en el Molino de Manzanos (Álava). Por estas
fechas le avisan a Longa del paso de convoyes franceses desde Vitoria a Francia
y de Burgos a Vitoria; entonces el Cuartel General de Longa está en Osma y
desde allí ordena al 2.° Batallón de Iberia y al de Guardias Nacionales que
marchen al valle de Tobalina.
Un hecho curioso se deduce de la correspondencia de
estas fechas. Desde Barruelo, el 29 de junio escriben al Cuartel General en Osma
sobre impresión de edictos, manuscritos hasta entonces. En otra comunicación desde
Criales se piden materiales necesarios para la imprenta y en agosto ya se
imprimen circulares; más adelante le remite los 400 ejemplares que faltaban de una
circular impresa; en noviembre se habla de que se lleva cuenta de lo que se va
haciendo desde que tienen imprenta. Longa se ocupa mucho de ella en su
correspondencia y el director, Francisco Xavier de Andueza, da cuenta a fines
de junio de haber tenido que ocultar los efectos de la imprenta por la
proximidad del enemigo. De una de las órdenes dirigida a la imprenta,
encargando hojas de servicios, se deduce que el número de combatientes de la
División era de 3.000 aproximadamente.
El mes de julio es muy movido desde el punto de
vista bélico, aunque fuera de nuestra comarca. Señalamos la conquista de Castro
Urdiales junto al comodoro Mends, donde captura una goleta y dos quechemarines enemigos (embarcación pequeña de dos palos) con sus tripulaciones (5 Oficiales, 144 soldados prisioneros, y 10 cañones, así
como la munición correspondiente a ellos). Esto le permitió armar en corso tres
lanchas cañoneras para bloquear la entrada de víveres en Santoña.
El 12 de agosto escribe al Comandante inglés del
"Iris" en La Coruña para quejarse de la conducta de Díaz Porlier "El marquesito", que desde su cuartel de Potes obstaculiza los correos que Longa
envía al alto mando. Llega éste a dudar del patriotismo de Porlier a quien
acusa gravemente.
El 3 de septiembre de 1812 recibe Longa un envío de
caballos franceses, seguramente capturados al enemigo. En este mismo año se
había comunicado a Eguiluz desde Moneo un escrito referente a caballos y
machos, su número y tasación de su valor, aludiendo a que hay escasez de ellos,
por lo cual sólo montarán los oficiales. También en el mismo año se encarga a
Juan de Lanz que contrate ganado en Moneo para formar una brigada de mulos o
machos para cada batallón. También aparecen varias alusiones en distintas
fechas, a caballos asignados personalmente a Longa (que parece ser "muy selectivo"
en sus gustos de jinete), así como el envío de otros, probablemente como exclusivo
regalo, a los Generales de otras unidades (Mahy, Mendizábal, Álava, etc.). Porlier
habla a Longa en un escrito de 1811 sobre una yegua del emperador cogida en
Burgos.
El sentido de previsión y organización de Longa le
hizo ver con claridad la necesidad de disponer del ganado caballar suficiente
para una gran unidad militar de aquella época y ante las dificultades para conseguirlo,
acabó por crear una Remonta y Yeguada, a la cual proveía de caballos en
distintas comarcas más alejadas de la guerra, como Potes (Santander). Por cierto,
que este centro pecuario al terminar la guerra pasó a ser propiedad particular
de Longa que lo trasladó a Herencia, en La Mancha.
El 4 de septiembre se informa a Longa desde Losa
que el enemigo está en Quincoces, y al día siguiente desde Espejo se avisa a Eguiluz
de movimientos franceses en Frías y hacia Orduña. El 13 sobre las guarniciones francesas
de Armiñán y La Puebla y el 17 desde Espejo sobre la actividad enemiga en
Vitoria, Burgos, Miranda y Briviesca. Se siguen al día las marchas de las
columnas francesas y así el 19 se avisa que Caffarelli está con tropas de la
Guardia Imperial entre Monasterio y Burgos, y al día siguiente ya se les
localiza entre Pancorbo y Miranda. En este parte aparece ya mención de tropas
inglesas en esta región. entre Logroño y Briviesca, pero no es extraño, pues
nos hallamos ya en los días del fracasado asalto de Wellington al castillo de
Burgos.
Efectivamente, tras la batalla de los Arapiles,
Wellington no había aprovechado el éxito persiguiendo hasta el final al enemigo
y el 12 de agosto entra en Madrid, mientras el Rey José se retira hacia
Valencia. Entretanto Clausel intenta recobrar Valladolid, pero ante la amenaza
de las fuerzas hispano-británicas retrocede hasta Burgos y de allí a Briviesca y
Pancorbo, dejando a Dupont en el castillo de Burgos con veinte piezas de
artillería. El 18 de septiembre cerca Wellington el castillo y la noche del 22 al
23 lo asalta con grandes pérdidas, teniendo que retroceder.
Desde Quintana Martín Galindez le envían a Longa un
aviso de que el 11 de octubre salieron de Vitoria para Miranda los Generales Caffarelli,
Bouquet, Lafarrière y Lecamy con mil hombres de Caballería y tres mil infantes,
que harían un alto en Armiñán, que la Caballería pasaría hasta Orón, y que un
segundo convoy con los Generales Dumustier, Mutón y Barón de Arque haría alto
en Armiñán y La Puebla, al parecer para socorrer Burgos.
A estas alturas, finales de 1812, la división de
Iberia es más que una gran partida guerrillera. Consta un estadillo de lo
fabricado y entregado en la Real Fábrica de Monturas, Morriones y Fornituras de
la División de Iberia. Van y vienen las comunicaciones con relaciones de bridas,
morriones, paño azul, mochilas confeccionadas con piel de cabra... alguna firmada
por un tal Bondad que, al parecer, es el Director de la fábrica.
Herrero, empresario, salinero... En una próxima
entrada hablaremos un poco más.
Bibliografía:
Un guerrillero vizcaíno en el norte de la provincia
de Burgos (1808-1814) Carlos GONZALEZ ECHEGARAY
Archivos Nacionales de España.
Archivos Nacionales de España.
"Historia de los servicios del Comandante don
Francisco de Longa contraídos por las armas en la lid que sostiene la causa
común del reyno" de Francisco de Anchía y Longa.
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