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lunes, 11 de mayo de 2015

Valdegovía: "Merindades en Álava". Epílogo

En la anterior entrada escribíamos sobre la evolución histórica del valle de Valdegovía y mostrábamos su adscripción cultural. Su desvinculación de Las Merindades, y de la provincia de Burgos, consta de tres momentos bien diferenciados:

  • Desde la perspectiva contributiva se desligó a finales de la Edad Media, con alguna aclaración posterior.
  • Desde el punto de vista judicial permanecerá unido a las Merindades de Castilla Vieja a través de un nexo articulado a través de la Junta General de las Merindades, bajo la presidencia del Corregidor, hasta la supresión de la Junta General durante el Antiguo Régimen.
  • Por la reorganización administrativa postulada por las Cortes de Cádiz y posteriores leyes que lo completan, Valdegovía pasó a depender exclusivamente de la provincia de Álava.


La documentación nos muestra la constante voluntad por parte de Valdegovía de ser Álava. A través de ella constatamos que, si bien los presupuestos para integrarse en la Provincia de Álava del Valle de Valdegovía son evidentes, quedaban sin especificar y evidenciar muchos aspectos económicos —gastos de guerra— e institucionales —orden público y represión penal— y estas deficiencias jurisdiccionales y carencias administrativas van a provocar una serie de intervenciones regias que se prolongarían hasta el siglo XVIII.

Escudo de Valdegovía

Recordemos que la villa de Salinas de Añana entró a formar parte de la provincia de Álava el 17 de febrero de 1460, constituyéndose en una de sus hermandades y sujetándose a su legislación especial. No formará parte de la Cofradía de Arriaga, pero sí de la Hermandad General de Álava de finales del siglo XIII, y a finales del XIV, en concreto el año 1391, se advertía a los recaudadores del obispado de Burgos que el encargado de Las Merindades de Castilla Vieja no acudiese a tierras de Salinas.

Hasta comienzos del siglo XVI el valle de Valdegovía pagaba a la Hacienda Real junto con los valles de Miranda, y su anexión fiscal a Álava será un proceso lento, parcial y discutido.

Ya durante el siglo XV, con la muerte de Pedro I en 1369 y el predominio de los Trastámara, va a ser el linaje de los Velasco el verdadero protagonista y también ostentarán el título de señores de Valdegovía, pues los Velasco eran merinos de dicho valle por concesión de Enrique III y van a ser quienes ejerzan la función de merinos mayores del valle en numerosas ocasiones, si bien no debió encontrarse a gusto bajo su gobierno, como lo sugiere un documento del año 1419.

Pero debemos reconocer que la estirpe de los Velasco será otro de los lazos —económico e institucional— que mantendrá unido el valle de Valdegovía a la provincia de Burgos, y más concretamente con las denominadas "tierras de Condestable". Incluso mucho después, cuando Valdegovía entre a formar parte definitivamente de la Álava nuclear, la parcela de san Zadornil con Valpuesta se integrará en la lejana Bureba, y a través de ella en la provincia de Burgos, en la que aún sigue como emblema y figura de una anterior pertenencia de toda Valdegovía a Castilla.

Valdegovía y su entorno natural

El siglo XV será decisivo aunque cuando se forma la Hermandad de Álava el Valle de Valdegovía queda excluido pero pronto experimentará un acercamiento; por ello, a mediados del siglo XV, el monarca Juan II de Castilla intenta crear otra hermandad regional con Vizcaya, Valmaseda, Mena, Valdegovía, Losa, valle de Angulo, Frías, Miranda, Orduña y las catorce hermandades de Álava con Santo Domingo de la Calzada, aunque este proyecto nunca llegó a plasmarse.

Precisamente por el hecho de formar parte de la Hermandad de Álava contra los malhechores, los habitantes del Valle de Valdegovía empezaron a contribuir con los de Álava en los gastos de la Hermandad, y es entonces cuando surgieron las pretensiones de incluirse de hecho en la provincia. Con este motivo se inició el pleito ante la Contaduría mayor de Hacienda, pidiendo que "en adelante la dicha tierra de Valdegovía anduviere con la dicha Hermandad de Álava y no con la provincia de Burgos". Los Reyes Católicos, haciéndose eco de las razones alegadas por los valdeguñeses, el 2 de junio de 1503 extendieron una carta real en la que incorporaban oficialmente el Valle a efectos fiscales con la provincia y hermandad de Álava, pero la lenta burocracia no anotará el cambio y seguirá incluyéndolo en Burgos.

Valdegovía (Cortesía de ElliodeAbi.com)

Entretanto se resolvía el asunto, habían transcurrido dos años (1503-1504) sin que el Valle de Valdegovía hubiese satisfecho el tributo señalado, ni en una provincia, ni en otra. Entonces se expidió una disposición ordenando que abonase las cantidades atrasadas a Juan de Porres, Tesorero de Vizcaya.

La cuestión que subyacía a principios del siglo XVI y que seguía presente en 1510 era la adscripción político-territorial del valle a Álava. Así el 25 de marzo de 1510 llegó a Burgos Pedro Díaz de Montoya, vecino de Tuesta, quien acudía en representación de todos los vecinos del Valle de Valdegovía para protestar ante el Corregidor de la ciudad, Pedro de Mendoza, por haber recibido el Valle otro aviso de receptoría en la que nuevamente se le incluía en la provincia de Burgos en el reparto de la contribución. El Corregidor reconoció las quejas expuestas por Montoya, acatando plenamente la carta de los Reyes Católicos, al tiempo que ordenaba al alcalde mayor de Burgos que no efectuara repartimiento en el Valle de Valdegovía, tratando de zanjar definitivamente la cuestión contributiva: "No ha de pagar en esta Provincia, salvo en la provincia de Álava, porque la dicha Merindad es la de la Provincia de Álava", pero como el aviso de receptoría estaba despachado en nombre de la Reina, lo remitió al Consejo Real.

Juana I de Castilla y Aragón. Tabla del siglo XV
Madrigal de las Altas Torres. Convento de Sta. Mª de Gracia. 

La reina doña Juana de Castilla confirmaba en 1512 el privilegio de sus padres, al mismo tiempo que ordenaba al alcalde mayor de Burgos que no hiciera repartimiento en los valles de Valdegovía y Valderejo "porque la dicha Merindad es de la provincia de Álava".

La documentación trasluce la dependencia judicial del Valle de Valdegovía respecto de las Merindades de Castilla Vieja, al menos hasta el siglo XVIII, aunque los nexos ya eran muy frágiles los viejos pliegos sugieren dicha dependencia. En 1564 se ordenaba al alcalde mayor del Adelantamiento de Burgos que no conociera en las apelaciones de Valdegovía de Suso y Yuso, sino que las remitiera al corregidor de las Merindades de Castilla Vieja con sede en Villarcayo. Al año siguiente era el propio Valle el que ganaba una ejecutoria en la que se ordenaba que todas las causas civiles que fueran apeladas ante el juzgado de las Merindades de Castilla Vieja en Villarcayo las conociera el corregidor del valle. El Corregidor de las siete Merindades visitaba cada tres años dicho Valle al objeto de tomar la residencia y determinar las responsabilidades en que hubieran podido incurrir los Procuradores y Regidores, una vez abandonado el cargo, tal como lo estipulan los Capítulos para Corregidores de 1500.

Esta situaciones de "tensión competencial" eran normales dada la extensión de la jurisdicción de Las Merindades de Castilla Vieja y de las colindantes con ellas. Era una necesidad delimitar, en todo momento y a efectos administrativos, esos ámbitos puesto que dichos territorios se componían de gran número de lugares y villas; por ello era necesario realizar los apeos con las jurisdicciones extrañas por la propia y mutua convivencia. Consta que en junio de 1567 el Licenciado Rueda, Alcalde Mayor de las Siete Merindades y del Valle de Valdegovía, practicó apeos en varios lugares.


Ahora bien, la concesión de un privilegio real otorgado por el rey Felipe IV en 1631 eximiría al Valle de Valdegovía de acudir al corregimiento de las Merindades de Castilla Vieja en primera instancia y de ser residenciada, de manera que los alcaldes del Valle celebrarían en adelante su audiencia en Villanueva todos los martes, mientras que las apelaciones debían ser presentadas ante el Corregimiento de las siete Merindades de Villarcayo, aunque la práctica de la segunda instancia cayó en desuso a finales del siglo XVIII, de manera que esto explica que hasta esa fecha se siguiera hablando de "alcaldes y justicias mayores de las Siete Merindades de Castilla Vieja y tierras de Valdegovía".

Gestiones de Rodrigo de Varona, señor del Valle de Valdegovía, ante la Diputación de Álava al objeto de apartarse de la jurisdicción del Corregimiento de las Siete Merindades de Castilla Vieja dieron resultados positivos, pues el Diputado General de Álava convocó Junta General y en ella se acordó admitir al Valle de Valdegovía en el Cuerpo de Procuraduría. A partir de entonces el Valle de Valdegovía ostentó el título de Valle Real de la Provincia de Álava, poniendo su horca donde termina el Valle por el poniente y el rollo jurisdiccional en medio del lugar de Villanañe.

La jurisdicción del Corregimiento de las siete Merindades de Castilla Vieja en el Valle de Valdegovía terminó en 1730.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea. Marqués de la Ensenada

En el Catastro de Ensenada no consta ninguna relación del valle con Burgos, pero a comienzos del siglo XIX al efectuarse las primeras divisiones (prefecturas de 1810 y provincial de 1820), entonces no sólo se confirma su pertenencia a Álava, sino que ocurrirá el hecho paradójico de que las tierras más antiguamente vinculadas a Valdegovía, como Losa, Tobalina, Tierra de Miranda, etc. pasaron a formar parte, momentáneamente, de la provincia de Álava.

Los vaivenes provinciales del siglo XIX afectarán a esta zona ya desde la Constitución de Cádiz. Estas Cortes establecían en el art. 11: "Se hará una división más conveniente del territorio español por una ley constitucional, luego que las circunstancias políticas de la nación lo permitan". Durante el trienio liberal (1820-1823), se insistió en el tema pero en la ley del 4 de marzo de 1821 no aparece ninguna mención a la inclusión del Valle de Valdegovía en la Provincia de Burgos.

En 1833 se fijaron los límites provinciales actuales en función de criterios conservadores respecto a la historia de las diferentes comarcas. De la provincia de Álava de 1822 vuelven a Burgos en 1833 todos los pueblos situados en la orilla izquierda del río Gerea o Losa; al sur del Ebro también habían sido atribuidos a Álava en 1822 todos los lugares al norte de los montes Obarenes desde el este de Cillaperlata hasta la localidad de Obarenes y Pancorbo, localidades que quedaban en Burgos. Por lo que respecta a la Jurisdicción de San Zadornil, en el Valle de Valdegovía, fue la única entidad administrativa que retornó de nuevo a la Provincia de Burgos.


Bibliografía:

"El Valle de Valdegovía. Diez siglos de transición. De origen castellano a su incorporación administrativa a Álava". Rafael Sánchez Domingo, Profesor Titular de Historia del Derecho (Universidad de Burgos)


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