Vamos
a escribir sobre el edifico más conocido de Valdenoceda. O al menos el que
creemos conocer porque una de sus actividades ha eclipsado todo lo que fue
antes. Y después.
Nos
remontaremos a mediados del siglo XVIII donde encontramos que existía un molino
para aprovechar la fuerza del Ebro a su paso por la localidad. Y esta fuente de
energía es una pista muy importante para conocer el devenir industrial del
pueblo.
UNO
De
hecho, informa Eugenio Larruga en sus "Memorias
Políticas y Económicas, 1785-1800" que la Real Compañía Guipuzcoana de
Caracas fundó durante el reinando de Fernando VI (1713-1759), en el barrio de
Valdeviñas, o de Arriba, de Valdenoceda una fábrica de: bayetas, mantas,
barraganes, franelas, estameñas, sargas, sayales, monfortes, cordellates,
camelotes y otros géneros. Contaban para ello con 14 telares corrientes y 84
empleados. Lo más importante es que para ello se edificó una casa de nueva
planta de 28 varas de largo y 18 de ancho - 23´50 m x 15´00 m- con dos suelos y
otro edificio para el tinte, tinas, calderas y demás pertrechos.
Poseía
un batán sobre el río con dos pilas, cuatro mazos y canal de piedra de
sillería; un aspa que cogía 44 madejas torcidas y 45 husos; y una percha con
sus baluartes y diferentes carros para la hilaza. Llegaban a repartir estambre
para hilar a la rueca en 25 lugares. Los productos obtenidos eran enviados a la
provincia de Venezuela.
Dada
la importancia de la fábrica de Valdenoceda la Junta General del Comercio le
concedió en 1761 franquicias, libertados y exenciones. Todavía funcionaba en
1779 siendo Francisco de la Garza administrador de la compañía y principal de
esta factoría. En 1794 nos informa, nuevamente, Larruga que "se perdieron estas fábricas por el mal
método económico de su director. Adoptó los géneros más finos que no se
gastaban en el país (Venezuela):
estos salían más caros que los extranjeros , y así todo fue pérdidas".
Pero también se avisó en 1760 que el producto era mejorable para hacerlo competitivo
ante un mercado abierto.
Don
Francisco de la Garza pasó a dirigir otra fábrica de paños toscos en
Villarcayo.
Aunque las referencias sobre su situación son ambiguas y otras fuentes sitúan esta fábrica en la casona de los De La Garza y no junto al Ebro.
Aunque las referencias sobre su situación son ambiguas y otras fuentes sitúan esta fábrica en la casona de los De La Garza y no junto al Ebro.
DOS
Hagamos
una pausa en la carrera en el año del señor de 1828. Sebastián Miñano incluye
en su "diccionario" que ya no existía industria en ese lugar. No
refleja la presencia del molino del Duque de Frías que incluía el
"Catastro de Ensenada" ni la fábrica de tejidos mencionada.
Será
el "diccionario de Madoz" quién refleje actividad en los viejos edificios
de "la Guipuzcoana" que identificamos gracias a que "en él se encuentra una ermita titulada de la
Invención de la Santa Cruz, situado en la fábrica de harinas que impulsan las
aguas del Ebro (...)".
Por
tanto: una fábrica de harinas. Tenía esta fábrica siete piedras que molían 50.000
fanegas de trigo al año (2.775.000 litros) y en el "Indicador General de la Industria de Burgos" de 1894
figura este molino con don Severiano Peña Arce. Este nombre, Severiano Peña,
aparecerá en el "Anuario del
comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración"
como comerciante de alimentación hasta, al menos, 1911.
¿Todo
bien? No. Aparece un problema si asumimos que la presencia de Severiano implica
la persistencia de la fábrica de harinas. Ser comerciante de alimentos no
significa ser molinero. Podría ser que dispusiese de una actividad secundaria
como expendedor de alimentos, o que haya un error en los datos, o que sean dos
personas diferentes... Lo claro es que para 1905-1910 ya tenemos la fábrica de
seda artificial.
TRES
La
tercera vida del complejo será como fábrica de "seda artificial",
conocida como Rayón. En diferentes publicaciones se indicaba que se constituyó
en 1905, 1907 o 1909 aunque en su publicidad figura como fecha 1910. Tenía un
capital social de 3.800.000 pesetas y producía unos 60.000 kg de seda cada año
(según "La industria nacional"
de 1927). Eso sí, en 1930 otra publicación -"Ingeniería
y construcción"- cifraba esa producción en 150.000 kg/año. Factor
importante este porque para esos años la competencia de otras fábricas, básicamente
en Cataluña -principal consumidor de seda artificial-, se acentuaba.
Inicialmente
la empresa de seda artificial fue de Magín Puig para traspasarse posteriormente
a Alday y Compañía, procedentes de Santander (para otros vascos, quizá por la sonoridad
del nombre). Tal vez tengamos aquí la razón de la disparidad de fechas de
constitución: un cambio de propietarios.
El
procedimiento empleado en esta fábrica, y en sus posteriores competidoras, es
el de viscosidad que usa como materia prima la pulpa de madera, importada de
Suecia. Fue ideado por dos químicos británicos, Cross y Bevan en 1892. Se sumerge
la pulpa de madera en una solución fuerte de soda cáustica que se trata con
bisulfuro de carbono. De esta forma se convierte la celulosa en un compuesto
que es de fácil dispersión en la solución de soda cáustica. Al producto que así
se obtiene se le da el nombre industrial de "viscosa". Se pasa por
presión por los pequeños poros de una hilandera de metal hacia una solución de
ácido que vuelve a convertir las hebras viscosas en celulosa pura.
Valdenoceda
trató de utilizar otras fuentes de celulosa e, incluso, lanzó al mercado una
nueva seda llamada Rayo alfa. Buscaron,
también, emplear celulosa obtenida de los trapos viejos por los procedimientos Kaufmann
o Umbach.
En
1925 se autorizó a Ernesto Hattemberg, ingeniero alemán de la empresa, a elevar
en 50 centímetros la presa de la fábrica de Valdenoceda. Vana tarea porque un
par de años después se tomará la decisión de trasladarse a Burgos.
Durante
1929 la sociedad Alday y Compañía obtuvo los permisos para el traslado de su
maquinaria. ¿Razones? Podríamos indicar la mala comunicación a puntos
ferroviarios de vía ancha, los costes laborales ante una menor cantidad de
candidatos (pasaron de cobrar 3´50 ptas./día a 1`50 ptas./día), presión de los
nuevos socios...
En
fin que José Alday Maliaño asociado con alemanes y la casa CROS de Barcelona convirtió
la veterana empresa del Valle de Valdivielso en la SESA del barrio del Pilar de
Burgos, junto a la Azucarera, que cerró en 1966.
CUATRO
Penetramos
en la cuarta vida de nuestro protagonista, la más conocida y aireada: Penal de
republicanos.
Todo
empieza en 1937. Los nacionales están ganado la guerra y ello implica tener más
territorio bajo control y más prisioneros -tanto civiles como combatientes- que
hay que controlar. Así surge la orden del 5/07/1937 para crear campos de
concentración y destacamentos de trabajo. Burgos tenía cuatro campos de estos y
dos prisiones que no daban a basto.
Se
buscaron nuevas localizaciones para más cárceles. Debían disponer de
construcciones fijas, agua corriente, luz eléctrica, clima moderado, estar bien
comunicados, un rio grande cercano y ser un sitio discreto. Y, sí, la vieja
fábrica de seda cumplía todos los requisitos.
Se
buscó a los propietarios pero finalmente se requisó mediante una orden de la
Subsecretaría de Gobernación que trasfería la titularidad a Prisiones. El 13 de
marzo de 1938 empezó el acondicionamiento.
Aparentemente
el edificio estaba en buenas condiciones con una primera planta de piedra y el
resto del edificio principal mediante vigas de roble afirmadas sobre machones.
Paredes de adobe encaladas y cubierta a dos aguas que hubo que reparar por el
abandono de una década. La planta baja será el comedor, el cuerpo de guardia,
las oficinas y la enfermería. Se enrejarán las ventanas, claro. A las plantas
superiores se accedía por una escalera de madera sustituida, para los presos,
por otra exterior de hormigón. En el tejado se colocó el depósito de agua.
Un
almacén de la sedera, situado entre un canal de servicio y el Ebro se transformó
en las celdas de castigo que eran fácilmente inundables. Se derribaron
edificios y se construyeron otros para adecuar el lugar a su nueva actividad.
Su
primer director, Eduardo Carazo Gómez, llegó rápidamente para supervisar las
obras y los primeros presos fueron encarcelados el 12 de octubre de 1938. Cientos
o miles de reclusos penarán en Valdenoceda hasta su cierre en 1945 pero solo
dos directores: el citado Carazo que duró hasta marzo de 1943 y José María
Figueroa Monis hasta noviembre de 1945, quien fue preparando la liquidación del
penal.
CINCO
La
siguiente vida del lugar es la más sorprendente por la falta de pruebas
impresas que, en la actualidad, podemos encontrar. No es que haya sido una base
ultrasecreta sino una granja. Alguno de nuestros informantes la ha identificado
como porcina y otros como avícola (gallinas y faisanes).
Hoy
la fábrica de tejidos o viejo molino o vieja fábrica de Rayón o presidio o granja
está en ruinas. Por ello, cuando pase por Valdenoceda no olvide mirar -aunque
sea fugazmente- este resto de nuestra historia industrial y del dolor de la
guerra.
Bibliografía:
"Anuario
del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración".
Catastro
de Ensenada.
Revista
"Castilla industrial y agrícola".
"Diario
de avisos (Santa Cruz de La Palma)".
Revista
"El Progreso agrícola y pecuario".
Periódico
"El Sol"
"Indicador
general de la industria y el comercio de Burgos" (1894)
Revista
"Ingeniería y construcción".
"La
Industria nacional"
"Madrid
científico"
"Memorias
Políticas y Económicas" tomo XXX de Eugenio Larruga.
"Diccionario
geográfico y estadístico de España y Portugal" de Sebastián Miñano.
"El
penal de Valdenoceda" por Fernando Cardero Azofra y Fernando Cardero Elso.
"Burgos
en el recuerdo" Elías Rubio Marcos.
"Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar"
de Pascual Madoz.
Excelente artículo, como todos los tuyos. De esta historia hice yo una referencia breve en mi blog.
ResponderEliminarQuerido amigo: Magistral y exhaustivo trabajo. Me ha encantado conocer de tu mano los cambios que sufrió esta antigua fábrica.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
P.D. He visto que esta fábrica tuvo representación en la calle Rafael Calvo de Sevilla, y creo que tengo algún anuncio de ello, a ver si te lo puedo buscar el próximo fin se semana y me pongo en contacto contigo para enviártelo, es que esta semana estamos de romería y feria en el pueblo y tengo familia de fuera en casa, y me es imposible.
Pues... ¿Qué decir? Gracias a ambos.
ResponderEliminarYo la conocí como granja de faisanes.
ResponderEliminar¡ A noi ¡
Llevo habituando el valle de Valdivielso unos 40 años, y nadie me había contado tan bien y tan profusamente la historia del... lugar. ;)
ResponderEliminarMuchas gracias.
A usted por leer esta bitácora.
EliminarMuchas gracias, excelente trabajo.
ResponderEliminarEs muy interesante, también es muy interesante la vida de D. Alfredo Alday, pero eso es otra historia.
Un enamorado de la industria burgalesa.