La pasada entrada dejamos a Juan de Garay
partiendo para ayudar a su pariente, tío, Juan Ortiz de Zárate.
Al llegar frente a la Torre de Gaboto, se
encontró con Melgarejo que había salido a buscarle y, como su barco era más
rápido, transbordó los víveres y se volvió dejando a Garay que le siguiese en
sus lanchones. Cuando más apurado era el asedio de los charrúas apareció Garay en
la isla de Martín García, pero el río Uruguay le recibe tormentoso y hace
naufragar a la nave que le conduce. Garay, tozudo, llega felizmente a la orilla
a hombros de sus indios. Seguido azuza a sus calados, helados y agotados soldados.
Camino Real |
Cuando el cabecilla Zapican avanza con sus 700
flecheros, sale de improviso Garay a la cabeza de sus once jinetes; arremete
valientemente a los grupos que se le vienen encima, y les confunde y desorienta
haciéndoles huir en todas direcciones. Es un espejismo porque la superioridad
numérica de los indios se empieza a imponer. Antonio Leiva tiene a raya a los
dos caciques Tabobá y Abayuba; Juan Venialbo que se da cuenta, acude presuroso,
y del primer sablazo secciona la mano al uno, mientras el otro muere atravesado
de un lanzazo cuando mordía rabioso las riendas del caballo. Una flecha mata el
caballo de Garay; otra más certera se clava en su pecho, pero él se la arranca,
monta otro caballo, y, ciego de ira, vuelve a la carga consiguiendo una
victoria con un reducido grupo de combatientes.
Los derrotados charrúas abandonaron sus
poblados. Entonces el Adelantado aprovechó para cumplir una de las
capitulaciones que le imponían: la obligación de poblar el estuario, fundando
la ciudad de San Salvador el día 30 de mayo de 1574. Eso sí, en mal sitio. Durante
la estancia del adelantado Juan Ortiz de Zárate en San Salvador, suscribió un
documento -7 de junio de 1574-, ascendiendo a Juan de Garay a Justicia Mayor,
Teniente de Gobernador y Capitán General de todas las provincias del Rio de la
Plata, en recompensa a los valiosos servicios que le había hecho, especialmente
por la fundación de Santa Fe y por haberle librado de los charrúas.
Indios Charrúas |
La recién fundada población de San Salvador, no
se puede sostener porque disminuyen los víveres. Garay resuelve el tema recorriendo
los poblados indígenas cercanos donde halla vituallas abandonadas. Juan Ortiz
de Zárate, cansado de la vida en el bergantín, donde residía desde el incendio
del 30 de junio, y comprendiendo que no tenía porvenir aquella fundación,
decidió proseguir viaje al Paraguay el día 15 de diciembre de 1574, encargando
a Garay el abandono del lugar y el traslado a Santa Fe de sus pobladores y
enseres.
La navegación del Adelantado por el río Paraná,
fue señalada por unas demostraciones de sumisión que le rendían los pueblos a
su paso; así pudo comprender que había entrado en una región habitada por
indios amigos y que una comitiva se adelantaba a rendirle honores. A principios
del año 1575, quiso el Adelantado proseguir viaje a La Asunción, y el día 8 de
febrero entraba en la capital de su gobernación en compañía de Garay, Melgarejo
y Centenera. La población salió a recibirle en un cortejo encabezado por Martín
Suárez de Toledo y demás autoridades. A los pocos días tomó posesión de su
cargo, y empezó a dictar disposiciones para mejorar la situación creada por tan
prolongadas interinidades.
Poco después regresó Garay a Santa Fe,
llevándose tropas, caballos y bastimentos, porque quería consolidar la
fundación y fijar allí su residencia. A mediados de marzo de 1576 recibió la
noticia del fallecimiento de Juan Ortiz de Zárate, y a la vez, una copia de su
testamento, en que le nombraba ejecutor de sus disposiciones, y le encargaba la
misión de casar a su hija reconocida Juana Ortiz de Zárate, habida con la india
Leonor Yupangui y residente en Chuquisaca, se casase con persona de calidad como
correspondía para el gobierno de aquellas provincias. Traducido: con la huérfana
iba una tremenda dote.
Según D. Gabriel María Vergara, en sus "Apuntes
para una cronología americana", el Adelantado, como su hermano, había sido
envenenado. Falleció el día 26 de enero de 1576. Le sustituyó interinamente su
sobrino Diego Ortiz de Zárate y Mendieta, y éste confirmó a Garay los poderes
que su tío le había conferido, según documento fechado el 8 de febrero de 1576,
que se conserva en el Archivo de Indias.
Gonzalo de Abreu y Figueroa |
Juan de Garay, en cuanto pudo, se dispuso a
cumplir el testamento y emprendió viaje a Charcas en compañía de su amigo Pedro
Fuertes y algunos soldados de su confianza. Tras de algunos contratiempos en
Córdoba, donde le entretuvo D. Gonzalo de Abreu y Figueroa, llegó a Chuquisaca
en el otoño de 1577. En sus entrevistas con la muchacha, hija única de veinte años,
y por manifestaciones de su tío Hernando de Zárate, supo Garay que el
pretendiente mejor colocado era el Licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón.
Como todo estaba listo Garay buscó cerrar el
tema. Torres de Vera se dio cuenta pronto que el Licenciado Juan Matienzo de
Peralta, o de Atienza, quería estorbar sus planes porque pretendía casar a su
hijo Francisco con la opulenta heredera. A saber, heredaba la muchacha unos 7.000
ducados de renta en España, minas en Potosí, fincas en Chuquisaca, estancias y
ganados en Charcas, más la gobernación del Río de la Plata y el Marquesado del
Paraguay. (¡¡Tela!!)
Licenciado Juan de torres de Vera y Aragón |
Matienzo buscó el apoyo del virrey Francisco de
Toledo. Le informó del fallecimiento del Adelantado, de la llegada de Garay y
de los proyectos matrimoniales que habían de poner en manos del futuro esposo
la gobernación del Río de la Plata. Y el virrey dio orden para que Juanita
fuese llevada inmediatamente a Lima y casarla a su voluntad.
Torres de Vera solventó el inconveniente
casándose y, seguramente, cumpliendo todas la exigencias para validar el acto. El
matrimonio se celebró en La Plata el día 3 de diciembre de 1577. El día 13 de
diciembre Torres de Vera escribía a Su Majestad justificándose: mencionaba las
capitulaciones del Adelantado respecto a sucesión y solicitaba la encomienda de
indios que disfrutaba su fallecido suegro.
Juan Matienzo |
Lo que obtuvo Torres de Vera fue su destitución
en el cargo de Oidor, verse preso y ser conducido a Lima entre seis arcabuceros.
Burlarse del virrey es lo que tiene. Torres de Vera estaba neutralizado como Adelantado
del Río de la Plata, que había recibido en dote por su matrimonio con la hija
de Juan Ortiz de Zárate, pero premió al hombre que le había conseguido a Juanita.
Garay era el hombre para sustituir a Torres de
Vela en el gobierno: experimentado, recto, con parentesco... Por ello le otorgó
un poder el día 9 de abril de 1578, para que: "como su Teniente gobernador, Capitán general, Justicia mayor y
Alguacil mayor le representara en la gobernación de todas las provincias del
Río de la Plata, y gastara por su cuenta lo que fuere menester". Y
cuando Garay consideró que su presencia no era necesaria en Chuquisaca, emprendió
viaje de regreso, llevando consigo su acompañamiento de soldados y buenos
caballos. Pero el Licenciado Matienzo, despachó por orden del virrey,
mandamiento para apresar al de Losa en su recorrido por Tucumán a La Asunción.
Al llegar Juan de Garay a Santiago de Cotagaita,
supo que le seguía el capitán Bartolomé de Valero, con órdenes de Matienzo para
arrestarle, y se le enfrentó. Le dejó sin monturas para el viaje de regreso. Dispuesto
Garay a regresar al Paraguay, en mayo de 1578, quiso cruzar Tucumán sin pasar
por Santiago del Estero, de donde Hernan Mejía de Miraval era Teniente de gobernador.
Este, sabiendo que don Gonzalo de Abreu no admitiría que Garay atravesara la
gobernación sin su consentimiento, se ofreció a intervenir, y el día 2 de junio
de 1578 obtuvo una provisión de Abreu para ir a entrevistarse con Garay.
Encaminándose a su encuentro, tuvo el acierto de
hallarle en las cercanías de Nuestra Señora de Talavera, y le convenció para
modificar el itinerario y dirigirse hacia Santiago del Estero. Así Garay
reconoce a Abreu. Tras un breve descanso siguió viaje hacia Santa Fe y La Asunción.
En el viaje a Tucumán eludió los desiertos de Cinti y de Tarija para entrar por
el rio Salado a Santa Fe a mediados de agosto de 1578. Allí se enteró del
apresamiento del gobernador interino, el criollo Diego Ortiz de Zárate y
Mendieta.
Virrey Francisco de Toledo |
Luis Osorio, nombrado lugarteniente de Mendieta
cuando éste fue a Charcas, entregó el 15 de septiembre de 1578 el gobierno a
Juan de Garay alegando que el Losino tenía más derecho al haber sido nombrado
lugarteniente por ambos adelantados cuando el asunto de la Ciudad Zaratina de
San Salvador.
Sigamos ahora al protegido del sacerdote jesuita
Martín González: un indio guaraní muy espabilado, que fue desarrollando una
imaginación y una inventiva capaz de hacer creer, y creerse, que sus sueños
eran revelaciones directas de Dios. Desgraciadamente contagió al padre Martín
evitándose el posible freno del religioso. El indígena, conocido por Oberáa, se
presentaba como hijo de Dios y hermano menor de Jesús. Aumentó el contagio
gracias al sincretismo con ritos autóctonos. Surgió un levantamiento en toda la
Guayra.
Garay, con sus arcabuceros, tuvo que intervenir
para apaciguarles. Pero envalentonados por la superioridad numérica, le
hicieron frente, y uno de los cabecillas, escondido tras de un árbol, disparó
su flecha contra Garay; fallado el golpe, y vista la maniobra por Juan
Fernández de Enciso, acertó este a matarle de un tiro. Sometieron a los nativos
de la Guayra, a excepción del sacerdote Martín y del indio Oberáa, que
desaparecieron internándose en el Chaco.
Ruy Díaz de Melgarejo (cortesía de Villarrik.com) |
Juan de Garay permanecía en Santa Fe para
apaciguar los ánimos como Adelantado interino, pero encargó a Ruy Díaz de
Melgarejo (y 60 soldados) la busca de lugares para establecer dos nuevas
poblaciones. Fueron las ciudades de Villa Rica del Espíritu Santo y Santiago de
Jerez en el año 1579. Esta segunda estuvo a unos 19 grados de latitud sobre la
orilla derecha del río Miranda, afluente del Paraguay y fue abandonada al poco
tiempo ya que el entorno carecía de minas, no había tráfico comercial y sufría
el asedio de los guaycurúes.
Bibliografía:
"El burgalés Don Juan de Garay".
Gonzalo Miguel Ojeda
"Héroes burgaleses" Ernesto Ruiz y
González de Linares
"Santo Domingo de la Nueva Rioja"
Carmen Martínez Martín.
Revista LEÓN del Centro Regional Leones.
"Los nombres de Castilla y León en América
y Filipinas" Eufemio Lorenzo Sanz y Gustavo redondo Moralejo.
"Los Castellanos y Leoneses en la empresa
de Las Indias" Junta de Castilla y León.
"Los Burgaleses en el descubrimiento y
formación de América" Eufemio Lorenzo Sanz.
"Castilla y León en América" Eufemio
Lorenzo.
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