Nos internamos en la última parte de la vida de
este gran aventurero que fue Juan de Garay, un Losino, o un vizcaíno, -castellano
al fin y al cabo- universal. Esta parte de su vida es la de la segunda
fundación de Buenos Aires. Vamos a ello.
Mapa área del Paraguai |
Garay, en enero de 1580, se centra en el asunto
bonaerense. En el bando que mandó pregonar en La Asunción se venden las
maravillas del lugar, las grandes expectativas existentes, las tierras a
repartir y la supuesta probabilidad de aprovecharse del ganado asilvestrado descendiente
del que quedó del tiempo en que estuvo Pedro de Mendoza. Los alistados fueron
63 colonos y 200 familias de indios guaranís. Organizada la expedición por
tierra, salió un convoy el día 9 de marzo de 1580, llevando mil caballos, 200
vacas, 500 ovejas, cabras, cerdos y varias carretas con carga diversa, bajo la
custodia de Alonso de Vera y 39 soldados a sus órdenes.
Escultura de Pedro de Mendoza |
Al mes siguiente, una escuadrilla compuesta de
dos bergantines, seis lanchones grandes de carga, tres balsas, canoas de los
indios Guaraníes y la carabela "San Cristóbal de Buena Ventura" donde
viajaban Garay, los principales capitanes, el padre Rivadeneira, fray Antonio
Picón, Antonio Tomás y Ana Díaz. Bajaron por el Paraná al mando de Garay con
cuarenta soldados, conduciendo armas, municiones, semillas y mantenimientos.
El día 11 de mayo de 1580, llegó al Río de la
Plata la flotilla de Garay. Después de fondear en el Riachuelo y de orar,
algunos expedicionarios exploraron la ribera aguas arriba; el teniente
gobernador y varios capitanes atravesaron el "bajo" y subieron a la
meseta en la que 44 años atrás se asentara la primera fundación (hoy parque
Lezama y el Museo Histórico Nacional de Argentina). Mientras esperaban al
contingente terrestre -llegaron a primeros de junio- estudiaron el terreno, lo
limpiaron de maleza y delinear las calles. Garay, a su vez, documentó los
repartimientos que asignaría a cada poblador.
Corrigiendo el error de Pedro de Mendoza, con su
apremiante necesidad de inmediatos rendimientos económicos, Juan de Garay determinó
que la nueva ciudad se levantaría a una legua del fondeadero, en la altura de
un gran barranco, para evitar cualquier posible inundación. Es la actual Plaza
de Mayo. Los fundadores completaron al emplazamiento previsto el día 29 de
mayo, festividad de la Trinidad, y llamaron a la ciudad Santísima Trinidad y
puerto de Santa María de Buenos Aires, en la provincia de Nueva Vizcaya.
Fundaciones de Buenos Aires (Google) |
El día 11 de junio de 1580, fiesta del Apóstol
San Bernabé, volvió a la vida la ciudad con todas las formalidades legales. Los
nuevos próceres, vestidos de gala, se dirigieron a la plaza pública. Juan de
Garay avanzaría abriendo la marcha, a su lado el Padre Rivadeneira y el capitán
Fernández de Enciso, portador del estandarte real. Al llegar al lugar elegido,
el escribano Pedro de Xerez, que redactó el acta, leyó las provisiones del
adelantado:
"[...]
yo Juan García Garay, teniente de Governador y Capitán General y Justicia mayor
y alguacil mayor en todas estas provincias, por el muy Ilustre el Licenciado
Juan de Torres de Vera y Aragón, del Consejo de su magestad, y su oidor en la
Real Audiencia de la ciudad de la Plata en los Reynos del Pirú, Adelantado...,
y en lugar del dicho señor Adelantado Juan de Torres de Vera y Aragón...
estando en este Puerto de Santa María de los Buenos Ayres, hago y fundo una
ciudad... La iglesia de la cual pongo su advocación de la Santísima Trinidad...
y la dicha ciudad mando que se intitule Ciudad de la Trinidad".
Finalmente se plantaría una cruz para levantar
la iglesia parroquial bajo la advocación de la Santísima Trinidad. (Es el mismo
lugar que hoy ocupa la catedral, junto a la Plaza de Mayo).
La ciudad tendría dos alcaldes ordinarios, Rodrigo
Ortiz de Zárate y Gonzalo Martel de Guzmán, y seis regidores. Garay les tomó
juramento y los invitó a acompañarlo para enarbolar "un palo y madero por rollo público", símbolo de la
justicia. Se les recordó, que según la regla general, al cesar el año
siguiente, debían formar otro Cabildo enteramente nuevo. Y agregaba Garay: "Aun cuando el asiento de la ciudad
parece el mejor, si los sucesores encuentran otro sitio más conveniente, que
pueden mudar la población, previo acuerdo con el Cabildo que a la sazón
hubiera".
Indios Guaraníes |
Y como culminación, Juan de Garay blandió su
espada, hendió el aire, y siguiendo el ceremonial de rigor, tomó posesión de la
ciudad, fundándola "en el nombre de
la Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo".
Cerca de donde se hallaban los restos de la
primitiva colonia, se colocó el pilar de la Justicia, en nombre de S. M. el Rey
Felipe II. En la plaza central se marcaron los solares destinados a Iglesia y
Casa Ayuntamiento y las calles quedaron trazadas de acuerdo con el modelo establecido
para todas las Indias españolas. La ciudad fue dividida en 250 manzanas, de las
que 40 se destinaron a la población propiamente dicha.
Parcelamiento de Buenos Aires |
El 14 de junio de 1580 fue nombrado Procurador
de la ciudad don Juan Fernández de Enciso, y el 19 mandó Garay al franciscano
Juan de Rivadeneira a España, en la carabela San Cristóbal, con la misión de
entregar al rey un mensaje dando cuenta de las fundaciones de Santa Fe y de
Buenos Aires y solicitando auxilios para ambas ciudades. Mandó a la vez
muestras de los primeros productos cultivados y elaborados, tales como: cueros,
limones, azúcar, conservas y confituras, que se supone procedían de Santa Fe, o
de La Asunción.
El día 21 de junio fue destinado para distribuir
los solares, a razón de un cuarto de cuadra por vecino, Cada uno de los 63
colonos, recibió el suyo, incluso tierras de labor para sembrar. También figuró
como colono doña Ana Díaz -hija natural de Mateo Díaz y una india paraguaya-, lo
que demuestra la igualdad de derechos y consideraciones que tenían la mujer y
los mestizos, amén de los criollos, en estos temas.
Bajo la presidencia de Juan de Garay, celebró
sesión el Cabildo el día 20 de octubre, asistiendo Rodrigo Ortiz de Zárate como
Alcalde ordinario, Juan Fernández de Enciso como Procurador, Justicia y
Regidores, para tratar y confirmar a San Martín por patrono de la ciudad con la
correspondiente celebración y solemnidades aquel día. Hubo concierto así mismo,
para señalar el blasón de la ciudad, en la figura de un águila negra con coronay cuatro crías debajo, en representación de los cuatro pueblos estipulados en
las capitulaciones de Juan Ortiz de Zárate, y como vástagos del águila coronada
que tiene su escudo. La corona y la cruz representaban la fe católica y la
Corona Real de Castilla y León.
Después de distribuir entre capitanes, soldados
y propietarios las familias de indios llevadas del Paraguay, Juan de Garay recorrió la costa
empadronando tribus y señalando el tributo que habían de pagar. Poco después de
la fundación de Buenos Aires, Alonso de Vera, escribía al rey: "La población que de nuevo se hace en
este puerto, será la más importante de Indias, por estar cerca los reinos de Chile,
y a 70 leguas del mar del Sur, en camino bueno para ir en carretas".
Esto confirma la opinión de Garay, cuando anteriormente había dicho: "La población del puerto de Santa María
de Buenos Aires, es necesaria y conveniente para el bien de toda esta
gobernación y del Tucumán".
Ataque de los indios Queradíes |
Los indios, con el caudillaje de Tabubá,
iniciaron la lucha contra los castellanos. Entre la población india, figuraba
un cautivo español, llamado Cristóbal Matute de Altamirano -"el
resucitado"-, que preocupado por los preparativos de sus vecinos, quería avisar
a sus compatriotas. A falta de otros procedimientos y para no incurrir en
sospechas, trazó con carbón este mensaje "Los
querandíes se están preparando para batiros; son muchos; no dejaros sorprender,
Altamirano, prisionero". Le metió en una calabaza y la arrojó al
riachuelo para que la corriente la llevase a la vista de los españoles. El
éxito fue completo, porque dos españoles llamados Juan Martín y Esteban Ruiz,
que estaban pescando, la vieron flotar y lo llevaron a Garay a tiempo de
organizar la defensa, y mandar a uno de los cautivos haciendo proposiciones de paz
al cacique y un escrito para Altamirano. Este, después de sortear grandes
dificultades pudo evadirse y llegar felizmente a Buenos Aires. Algunas
versiones dan un tinte épico a la fuga y cuentan que "fugado de sus tolderías una noche de lluvia logró cruzar a nado
el Riachuelo y arribar medio exhausto al campamento" para dar el
aviso.
Las proposiciones pacíficas hechas ante
intransigentes solo lleva a envalentonarlos más. Así, Tabubá dispuso su gente
de manera que pudiera atacar a la vez por mar y tierra. Intentaron abordar un
bergantín y otras embarcaciones pero tuvieron tantas pérdidas con el fuego de
los arcabuces que, a pesar de sus repetidas tentativas, perdieron los ánimos y
abandonaron la pelea. Mientras tanto Tabubá llegaba hasta los muros arrojando
flechas incendiarias que provocaron el fuegos en el poblado. Para
contrarrestarlo Garay hizo una salida desesperada para combatir en campo abierto
y emplear la caballería. Buena idea. Juan Fernández de Enciso acertará a dar un
sablazo a Tabubá matándole ante sus leales. Sin jefe los indios que todavía
luchaban huyeron en desbandada.
Mientras, en Santa Fe se habían amotinado los criollos
quejosos por no desempeñar cargos oficiales. Destituyeron a los funcionarios
municipales; depusieron al gobernador, y en su lugar nombraron a Cristóbal
Arévalo; convocaron Cabildo abierto y entregaron el mando militar a Lázaro
Venialbo. Cuando todo parecía apaciguado, se corrió el rumor de que iban a
desterrar a los españoles.
Cuando llegaron noticias de estos desórdenes Garay
salió de Buenos Aires para imponer el orden a los revolucionarios de Santa Fe.
Tan pronto como llegó, hizo respetar su autoridad, suspendió los procesos ya
incoados, impidió nuevas represalias, aquietó las pasiones y logró restablecer
la paz.
Entonces pudo regresar Garay a Buenos Aires para
organizar una nueva exploración que tenía en proyecto. Y en el mes de noviembre
de 1581, cuando tuvo equipado un contingente de soldados, dio órdenes para explorar
los campos y costas de la región del Sur (donde hoy se asienta la ciudad de Mar
del Plata). Buscó el mito de "la ciudad de los Césares".
A 30 leguas de la ciudad vieron como pastaban
caballos silvestres abandonados en los tiempos de Pedro de Mendoza y, libres,
se habían multiplicado formando grandes rebaños. Garay recorrió las faldas
orientales del Tandil, cordilleras formadas por grandes peñascos erizados que
se adentran en el mar.
En marzo de 1582 Garay retorna a Asunción. En el
viaje de regreso, ya en diciembre, al llegar a Santa Fé, se enteró que Alonso
de Sotomayor se hallaba en dificultades en el Río de la Plata, de paso para su
gobernación en Chile. Juan de Garay le concederá 300 caballos, indios baqueanos,
carretas, bueyes y todo el bastimento que le fue posible para que pudiera llegar
al territorio de su mando.
A fines de enero de 1583, hallándose Garay en
Santa Fe, recibió la visita de Alonso de Vera, que recién llegado de España,
portaba un mensaje pidiendo contestación a la información abierta por el
Consejo para averiguar si habla sido cumplido el contrato de capitulación. A
los pocos días, con fecha primero de febrero, contestaba Garay al cuestionario,
defendiendo vigorosamente la gestión del Adelantado y la de su yerno. Como
demostración elocuente del cumplimiento del contrato de capitulación con la
Corona, señalaba las fundaciones de Santa Fe, San Salvador, Villa Rica y Buenos
Aires. En febrero Garay se dirigió hacia Buenos Aires para acompañar al hermano
del gobernador de Chile hasta el Carcarañá, desde donde debía seguir a su destino.
Alonso de Sotomayor |
Posteriormente se poblaron Concepción del
Bermejo en el Chaco y San Juan de Vera de las Siete Corrientes. Hallándose
Garay de regreso en Buenos Aires, reuniendo los elementos con que ayudar a la
expedición Sotomayor, escribió al Rey para darle cuenta de los servicios
prestados y los acontecimientos más notables en que había intervenido hasta
aquel día 9 de marzo de 1583.
Al día siguiente, después de nombrar a Antonio
de Torres Pineda para su lugarteniente en Buenos Aires, Juan de Garay partió de
nuevo hacia Santa Fe, llevando en su compañía 40 hombres, un franciscano, algunas
mujeres, y los elementos ofrecidos a Sotomayor, con idea de reunirse con él,
quince días después en el Carcarañá.
Firma de Juan de Garay |
40 leguas antes de alcanzar Santa Fe (en las
cercanías de las ruinas de Sancti Spíritus, el antiguo fuerte de Caboto, en la
confluencia de los ríos Coronda y Carcañá) Garay entró con su navío por una
laguna desconocida, creyendo atajar camino y bogando a su alrededor sin
encontrar salida, decidió pasar la noche en tierra. Creyeron estar en zona
amiga pero, entregados al primer sueño, fueron agredidos por los indios. Murió Garay
con doce hombres más, un franciscano y una mujer. Los restantes lograron volver
al bergantín y llevar la triste noticia a Santa Fe.
Firma de la esposa de Juan de Garay |
La muerte de Garay debió ocurrir a los diez días
de haber salido de Buenos Aires. Esta es la noticia más concreta que se conoce,
y basándonos en ella, podemos determinar que fue en la noche del 20 de marzo
del año 1583. Cuando en La Asunción conocieron la desgracia, se hizo un inventarío
de los bienes propiedad de Garay, según acta suscrita por Antonio de Ontiveros
el día 26 de agosto de 1583.
Bibliografía:
"El burgalés Don Juan de Garay".
Gonzalo Miguel Ojeda
"Héroes burgaleses" Ernesto Ruiz y
González de Linares
"Santo Domingo de la Nueva Ríoja"
Carmen Martínez Martín.
Revista LEÓN del Centro Regional Leones.
"Los nombres de Castilla y León en América
y Filipinas" Eufemio Lorenzo Sanz y Gustavo redondo Moralejo.
"Los Castellanos y Leoneses en la empresa
de Las Indias" Junta de Castilla y León.
"Los Burgaleses en el descubrimiento y
formación de América" Eufemio Lorenzo Sanz.
"Castilla y León en América" Eufemio
Lorenzo.
Los Conquistadores (faggella.com)
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