Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 19 de noviembre de 2017

Un Grillo muerto.


Viajemos al sur de la Sierra de Árcena junto a la entrada del desfiladero del río Purón, en el Espacio Natural de Montes Obarenes. Evidentemente no hablaremos del insecto ortóptero sino de un pueblo que se llamó Villanueva del Grillo. Eso sí, el pueblo está bien muerto desde 1966 y se encamina hacia el olvido. Si están interesados en visitarlo deben ir desde Promediano o Pajares, en el valle de Tobalina. Verán, o intuirán, restos dispuestos a lo largo de la calle que llamaban “mayor” y algunas casas aisladas.

Fotografía cortesía de Tierras de Burgos.

Remontándonos, vemos que en el “Becerro de Behetrías” figuraba como lugar Yermo de Castilla Vieja. Pensemos que a mediados del siglo XIV, época del Becerro, existía en Las Merindades un importante número de despoblados, lugares de los que aún permanecía el nombre, y también un gran número de solares que figuraban como despoblados. Quizá esa segunda era la situación de nuestra población. El nombre que figuraba era el de Villanueva del Grillo del Rey.

Pero, ¡remontémonos más aún! ¿Cuándo pudo surgir el pueblo? Bueno… el problema es que –como hemos comprobado ya- no suele aparecer una piedra o una caja de acero donde se guarde un ejemplar del periódico del día o, al menos, una hoja o piedra con la fecha. Hay que ir por otros vericuetos. Descartaremos, por absurdo, que la fecha de creación de una población sea la primera fecha en la que aparece documentada. ¿Diríamos, entonces, que Villanueva del Grillo había surgido en 1270 cuando aparece escrito de forma completa?

Fotografía cortesía de Wikiburgos.

Concretando: que no conste antes no significa que no exista. De hecho, la aparición en registros y donaciones de un lugar podría significar lo contrario, que existía desde hacía tiempo. Piensen que muchas de las donaciones a los monasterios se producían cuando ya se había agotado su utilidad original, muchas tierras de las que tenemos constancia de su donación son tierras improductivas situadas en zona pedregosas en las que no crece ni la hierba para el ganado. ¡Para que luego hablen de generosidad rural!

Un elemento que nos dirige a unos periodos de tiempo aproximados es la advocación religiosa de su iglesia. En nuestro caso tenemos la ermita de Nuestra Señora de la Mata que asumimos es en el siglo VIII, en un época de cultura neovisigoda en el que se cristianiza el norte, y comienza la reestructuración por Fruela I y su hijo Alfonso II en los años finales del siglo VIII y mediados del IX, cuando parece que se asientan en la zona.

Otra pista nos lo da la primera parte del nombre de la población. Es una “Villa Nueva”. A través de esta denominación se registra el proceso de aparición de nuevos núcleos, cercanos a otros más antiguos y cuyos caracteres originales comparten: son villas propiedad de una familia colonizadora o de un grupo de familias, y consisten en un agregado rodeadas de terrenos de labranza y montanera. Poblada y desde antiguo.

Eremitorio de El Pópilo (Cortesía de Valle de Tobalina)

Y no hay dos sin tres. Cerca hay una necrópolis altomedieval, la de “El Mazo” que está a menos de un kilómetro. Tumbas antropomórficas. Y no muy lejos también hallamos los eremitorios rupestres de “El Pópilo” y de la garganta del río Purón que nos retrotraen, nuevamente, al siglo VIII.

No nos liemos, quédense con que es de temprano poblamiento en la reconquista.

Para el siglo XVI tenemos más datos. Por un lado el “Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI” (1591) nos dice que la Merindad de Cuesta Urria eran 444 vecinos y el pueblo de Villanueva del Grillo tenía una pila bautismal –una iglesia- y treinta vecinos. Y según la fe de un curioso reparto de pechos que conserva el Archivo Histórico de Protocolos de Burgos (1594), dicha Merindad estaba integrada por treinta y tres lugares entre los que se encuentra nuestra población, con un total de 519 vecinos.

Y nos interesa esta pertenencia porque la Merindad de Cuesta Urria hizo su vecindario –para razones tributarias- en junta celebrada el 25 de marzo de 1613 y, para Villanueva del Grillo, dieron los regidores la cifra de veintiún vecinos. En 1737 la cifra fue de dieciséis vecinos.

Registro de labradores de Villanueva del Grillo en
el Catastro de Ensenada

Y llegamos a 1751 donde vemos que continúan siendo dieciséis vecinos. La comisión del Catastro de la Ensenada estuvo presidida por el señor Fernández de la Peña. Era lugar de realengo con tierras de secano. Disponían de manzanos, cerezos, almendros, nogales, robles y olmos. Cosechaban trigo, cebada, comuña, habas, avena, garbanzos, vino… Tenían bueyes, burros, cerdos, ovejas y cabras.

En número de vecinos era el mágico dieciséis. Bueno, dieciséis y medio si contamos a una viuda que valía la mitad. Con dieciséis casas más la del cura beneficiado, Tomás Vélez de Ángulo que era comisario del Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad de Logroño. Por cierto, ocho pajares también. Disponían de una taberna, panadería y posada pero al no ser rentables nadie quería arrendarlas.

Avanzando unos pocos años, hasta el censo de Floridablanca (1787) leemos que Villanueva del Grillo era de realengo y contaba el pueblo con alcalde ordinario local.

En el diccionario geográfico de Sebastián Miñano (1826-1828) nos dice que hay dieciocho vecinos que se traducen en 74 habitantes y que tiene una parroquia. Nos sitúa el pueblo al pie de la sierra de Plágaro, junto al río “Herranz” (sic) que la baña.

Cortesía de Tierras de Burgos

Al finalizar el Antiguo Régimen se incorpora al ayuntamiento constitucional de Merindad de Cuesta Urria, dentro del partido de Villarcayo. El cambio de régimen nos lanza al siglo XIX y a la guerra carlista. Una vez calmado el entorno y enfilado el reino de Isabel II se pone en marcha el “diccionario” de Pascual Madoz que sobre Villanueva del Grillo cuenta:

“V. en la prov., aud. terr., c. g. y dióc. de Burgos (13 leg.), part. jud. de Villarcayo (5), ayunt. dé la merind. de Cuesta Urria (4): sit. al pie de una sierra que le defiende de los vientos del N., y a la libre influencia de los demás: su clima es templado y sano, aunque afecto a constipados y gastritis. Tiene 26 casas, y una igl. parr. (San Martin), servida por un cura párroco. El térm. confina N. Villafria; E. Pajares; S. Gabanes y Ranedo, y O. Herran. El terreno es de mediana calidad, la parte montuosa está poblada de malezas; le fertiliza un arroyo de escasas aguas. Los caminos son locales. El correo se recibe de Briviesca. prod.: cereales, legumbres, patatas, frutas y vino chacolí; cría ganado lanar y cabrío; caza de perdices y liebres. Pobl: 11 vecinos, 41 almas, cap. prod.: 68.700 rs. imp.: 6,781”.

Había cuarenta y una personas viviendo en el pueblo. Quizá por ello en 1866 el curato de la población estaba vacante. Claro que hemos podido localizar un nombre para el cura que obtuvo la parroquia de San Martín Obispo en 1887: Eusebio Moradillo Martínez, Aunque el periódico “La Unión” lo bautiza “Eusabio” con cierta ironía no exenta de inteligencia.

Cortesía de Wikiburgos

Lo cierto es que el lugar tenía su pequeño atractivo: Ganadería, mucho viñedo que cubría el glacis de la Árcena y dos molinos de una sola rueda en el Purón.

Más curiosidades: este pueblo perteneció a Cuesta Urria y cuando esta merindad se separa de las otras en 1735 Villanueva del Grillo fue gobernada por el alcalde ordinario de la cuadrilla de las Quintanillas del partido de Extramiana. No será hasta finales del siglo XIX cuando pase a Tobalina.

Pero no todo fue una balsa de aceite en la vida del lugar. Retornémonos a 1520 para ver como el Duque de Frías ordenaba a Villanueva del Grillo y a Pajares permitir cortar leña en el monte Usar a los de Gobantes. Esta sentencia todavía era válida en 1841. En 1928 los de Villanueva acusaban a los de Gobantes de robar leña en el citado monte comunal

Retablo pintado
(Cortesía de Memorias de Burgos)

Para los que se acerquen a la población el espacio más interesante será la iglesia –sus restos-. Estaba dedicada a San Martín Obispo. Constaba de un presbítero cuadrado cubierto con bóveda estrellada y de un cuerpo más estrecho y bajo que resulta de una ampliación frustrada a finales del siglo XVI. Junto al coro se encontrarán una capillita.

Ante la decadencia del lugar se arrancó el retablo tallado y se encontró tras él otro pintado al fresco en la pared. Se estima de la época en que se construyó la cabecera. Está coronado con temas de la ascensión de la Virgen María inspirado en temas decorativos de Diego de Siloe. En las calles laterales tenemos, arriba, a San Juan Bautista y un santo Papa y abajo, en dos grupos, a los doce apóstoles. Los deteriorados colores son tonos rojos y marrones con algún detalle en azul y blanco. Disfrútenlo mientras aguante.

El retablo tallado presidido por San Martín es algo que –gracias a Dios- sobrevivirá a su pueblo. Es parte de los fondos del Museo del Retablo, en la iglesia de San Esteban, de Burgos, donde lo restauraron.

Retablo de Villanueva del Grillo
(Cortesía de Memorias de Burgos)

Accederán al peligroso templo través de un arco gótico. El pórtico es más moderno ya que nos lo cuenta la inscripción que lo data en 1830. Los vecinos tenían dos cofradías: de la Vera Cruz y del Santísimo.

Existieron dos ermitas: la Petronila o Nuestra Señora de la Mata que estuvo junto al monte; y Las Ánimas que era muy pequeña, abovedada y con pinturas alusivas al purgatorio. Esta última estaba en el cruce de los caminos que llevaban a Gabanes y Pajares.

Villanueva del Grillo hacia los primeros años 70

Cuando salgan de esta iglesia arruinada piensen que en 1950 figuraban en el censo 38 habitantes que vivían en nueve casas a las que había llegado la electricidad pero que se desplazaban a través de un mal camino de carros. Sin casa de concejo las reuniones de vecinos se hacían en el horno del pueblo y sus hijos debían ir a Herrán, y luego a Pajares, a la escuela. Ya no tenían molino y el grano se llevaba a lomos de bestias hasta los de Herrán.

El cura venía desde gabanes y el médico desde Barcina del Barco. El último nacimiento fue el de José Ramón Vélez Alonso (1960) hijo de los únicos vecinos que quedaban en 1966. Al poco se trasladaron a Pajares. Y murió Villanueva del Grillo.

Villanueva del Grillo en 2017 (Google)




Bibliografía:

Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración.
Anuario-Riera.
Periódico “El correo de Burgos”.
“Las Merindades de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media” por María del Carmen Arribas Magro
“Del Burgos de Antaño” por Ismael García Rámila.
“Apuntes sobre la historia de Las Merindades antiguas de Castilla” por Julián García Saiz de Baranda.
“Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI”
“Diccionario geografico-estadistico de España y Portugal” por Sebastián Miñano.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar”. Por Pascual Madoz.
“Nomenclator de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el instituto nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
Periódico “El pensamiento español”.
Periódico “La Unión”.
“El valle de Tobalina” de Inocencio Cadiñanos Bardeci.
“Burgos. Los pueblos del silencio” de Elías Rubio Marcos.
Telecentro Tobalina.
Fototeca digital de España.


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