“La Virgen de Cantonad
no es comprada ni vendida,
y sí bajada del Cielo,
y en Vivanco aparecida.
El ángel que las bajó,
la de Allende y la de aquí,
en la piedra las posó
y marcado el pie está allí”
Fracción del himno a la virgen de Cantonad patrona
del Valle de Mena desde el siglo XVII
Todos los que recorren la carretera nacional de
Bilbao a Burgos (N-629, hoy: CL-629 o BI-636 según donde estemos) en ese
sentido han visto una iglesia resaltada en blanco sobre una loma, en el barrio
de Orbaneja de Vivanco de Mena. Es el santuario de la Virgen de Cantonad que es
una de las advocaciones burgalesas más antiguas. Pero cuyo obispo es el de
Santander.
Parece existir cierto consenso –así se lee, al
menos- en que los primitivos pobladores realizaban rituales en este cerro. Luego
se cristianizó y se construyó una ermita que devino en el actual santuario. Nada
raro.
Pensemos que en el Valle de Mena había más de
cincuenta ermitas. Las principales supervivientes son: la protagonista de la
presente entrada; la de Nuestra Señora de los Prados, en Concejero; la de los mártires
San Cosme y San Damián, en Burceña; la de Santa María Egipciaca unida a su Casa Consistorial en Mercadillo; la de
Nuestra Señora del Buen Suceso, en el Berrón, barrio de Bortedo; y la de Santa
María Egipciaca en Anzo, en el mismo sitio donde se apareció esta Santa a
Lázaro de Cristantes.
Este muchacho de tan bíblico nombre era un
pastorcillo de ovejas de trece años en aquel año de 1645. Para dar veracidad a
su encuentro se cuenta que la Virgen tomó unos hilos de gabán de Lázaro y formó
una Cruz que le prendió al Rosario, y con esta prueba volvió a Anzo. Lamentablemente
esta ermita se encuentra en ruinas aun a pesar de que durante un tiempo Santa
María Egipciaca (344-422) fue la patrona del Valle de Mena. ¡Poco tiempo le
duró a esta asceta que se retiró al desierto tras una vida de prostitución!
Claro que, como el lugar de la aparición quedaba
a desmano, para darle culto a Santa María Egipciaca construyeron una ermita en
Mercadillo por ser el centro administrativo del valle. Cuando este culto decayó
la ermita de Mercadillo pasó a San Isidro -patrón de los agricultores- y la de
Cantonad volvió al patronazgo.
Comúnmente se dice que "cantonad"
deriva de "campus" y "donatus", cuya traducción sería campo
regalado o donado. La palabra Cantonad aparece vinculada a una escritura de pignoración
(dejar en prenda) de Pedro Rodríguez de 1166, junto a Incinillas, Bisjueces,
Villalázara o Leciñana. Es la primera noticia que se tiene. Sobre la fecha de
su construcción no se sabe nada. La escritura está otorgada a favor
del primitivo monasterio de Vivanco, titular de la ermita románica, cuyos
clérigos servían a la Virgen Morena de Cantonad.
Contra esta definición tenemos la explicación
dada por Ángel García Nuño en su libro “El Valle de Mena y sus pueblos” (1925)
que indica que Cantonad proviene del vascuence “junto a” o “cerca de...”. Incluso
se podría llegar a decir que la desinencia “dad” pudiera ser deformación del
“haitz” eusquérico que significa “roca” con lo cual, la referencia de Nuño
podría llegar a ser verosímil.
¿Se han fijado que nos dicen que hubo un
monasterio en Vivanco de Mena? Hablemos un poco sobre ello. Desgraciadamente la
pérdida de gran parte del archivo de los Señores de Vivanco ha creado muchas
sombras sobre la historia de la zona. Los falsos Cronicones divagan sobre el
Monasterio de Santa María de Vivanco, afirmando que fue fundado en 963 cuando
los foramontanos inician su avance hacia el sur. Un documento del archivo del
Palacio de los Abades, en Vivanco, afirmaba que el cenobio fue fundado por doña
Andrequina -o Enriquena- de Mena, a mediados del siglo XII, como “abadía
secular de patrocinio nobiliario”.
Se disponen de varias referencias temporales: un
sepulcro románico con el año 1188; 1244 gracias a un documento por el que
Alonso Pérez de Arnillas cede al obispo de Burgos una serie de propiedades, con
el fin de que se provea el Monasterio de Vivanco con un altar; 1370, cuando don
Fernán Núñez de Vivanco donó el Monasterio de Vivanco al hijo de Perejón de
Lezana -o, Lasana-, quien adoptó el apellido Vivanco y lo pasó a sus
descendientes. Los cuales continuaron con el señorío de la Abadía seglar de
Vivanco, ostentando sus miembros el tradicional cargo de “abad” y “abadesa”,
aún sin tener el estado religioso.
El Monasterio obtendría rentas por cultivos, por
paso de peregrinos y viajeros e, incluso, por la administración del culto en la
ermita-santuario de Nuestra Señora de Cantonad. Así las familias que poseyeron
el Monasterio-Abadía lo enriquecieron. Según la Visita del Arcedianato de
Briviesca, de 1706, la abadía tenía “un rico templo bien aderezado” con “noble claustro
fuerte”.
Resalte del artículo publicado por EL SOL |
Desconocemos la apariencia del monasterio de Vivanco porque
hubo una reforma bajo las órdenes de Pedro Antonio de Vivanco Angulo y Ortiz,
dueño de la abadía, quien 1771 mandó derribar el Monasterio y templo para
levantar el edificio actual. Por este edificio y las casas del pueblo se pueden
ver restos de la fábrica románica del viejo monasterio.
Volvamos a enfrentarnos a la ermita, al actual
santuario de la Virgen de Cantonad. Subimos en coche por el estrecho camino que
discurre entre una arboleda hasta llegar al prado en el que podemos aparcar. Luego,
entre plataneros, robles, hayas, encinas, guindos y algún tejo alcanzamos el
templo.
En ese espacio interior, sagrado y profano a la
vez, encontrarán el moderno altar de campaña (piedra y cemento) pensado para
las multitudes que asisten a la romería con la que se honra a la patrona del
valle cada ocho de mayo.
En el siglo XVII, cuando apenas se extendía la
devoción a la Egipciaca fuera del lugar de Anzo, se dio licencia al cura de
Vivanco (año 1654) para que pudiera celebrar dos misas consecutivas, y una de
ellas en Cantonad. (Papeles de D, Manuel de Novales).
La ermita que resiste es obra del siglo XVI
(sobre los restos de otra primitiva) cuando dicha advocación fue declarada
patrona del valle. En 1588, el papa Sixto V aprobó la fundación de la Cofradía de
la esclavitud (“He aquí la esclava del señor…Hágase en mí según tu palabra”) y
se conceden gracias a los cofrades. Este santuario fue restaurado y ampliado en
1620 y, nuevamente, se hicieron reparaciones y obra de cantería en 1713. Los
encargados fueron los maestros canteros Antonio Martínez y Antolín de Íñigo, de
Trasmiera, que se comprometieron a hacer la obra por 4.285 reales. La torre y
la casa adjunta fueron reconstruidas a mediados del XIX a causa de un incendio.
Pero no son las únicas modificaciones en la fábrica del Santuario: bóveda de
crucería del XIV, torre de principios del XVI, añadidos del XVII, etc.
Avancemos en el relato. Nos fijaremos ahora en
la planta del templo. Es el común de una sola nave dividida en tramos por arcos.
Según Novales, por sus arcos rebajados, parece la fábrica primitiva del siglo
XV. Si en la mayor parte de las iglesias y ermitas del Valle de Mena que nos han
llegado sin sufrir alteraciones en su estructura original, se emplean cubiertas
de corte clasicista vemos que en Cantonad la cubierta es con bóvedas de
crucería gótica.
Como diría Josep Pla: y esto, ¿quién lo paga?
Para los ingresos deben saber que se recogían limosnas de trigo de los vecinos
del valle y que, en 1917, se instituyó una limosna en metálico. Además tuvo el
apoyo del Vaticano cuando Pío VI decretó, el 8 de julio de 1794, a instancias
de Lorenzo de Vivanco y Angulo, conceder indulgencia plenaria, y remisión de
todos sus pecados, a todos y a cada uno de los fieles que, verdaderamente arrepentidos
de sus culpas, y preparados con los sacramentos de la penitencia y sagrada
comunión, visitasen devotamente el santuario en los días 25 de marzo y 8 de
septiembre: y en otra festividad también de N. S. que determine el Obispo. Esa
festividad fue la de la virgen de agosto, el día 15.
En 1924, el Obispo Juan Plaza concedió 100 días
de indulgencia a cuantos la visitasen.
La festividad de esta virgen –como ya hemos
dicho- es el ocho de mayo, día que también se celebra el de Nuestra Señora de
la Antigua. Ese día se realiza una misa presidida –siempre que es posible- por
el obispo, que es el de Santander, en la explanada del santuario con la imagen
de la Virgen bendiciendo a todos los visitantes. Pero para llegar a la misa de
las 13:00 horas debemos empezar por la procesión, en la que se saca en andas la
imagen de la Virgen hasta el altar exterior. Se reza, se cantan himnos a la
Virgen, hay juegos infantiles, pasean en procesión la imagen y, después de
todo, se dispersan por las campas para la comida campestre del
"Torto".
Generalmente no se puede acceder por la verja
ancha, que permite el paso de vehículos, al estar cerrada, pero siempre se
puede entrar por otra peatonal. O saltar el murito. El acceso al recinto solo
permanece abierto si se va a oficiar una misa, que suele ser los sábados a las
11 o si hay boda. Sin embargo, las vistas desde el lugar son excelentes y
merecen el paseo.
Quizá por eso unos ladrones robaron las tres
campanas de bronce del Santuario, ¡un Bien de Interés Cultural!
Sobre la imagen que presidió el altar mayor debemos
decir que es reciente. La talla románica fue una de las víctimas de muestra
última guerra civil cuando un destacamento de milicianos la destruyó. La que
ahora se contempla en Santuario de Vivanco es una imagen moderna, sedente, con
el niño en sus rodillas portando la bola del mundo. La suelen cubrir con mantos
de tela y va coronada.
Bibliografía:
Periódico “Burgos conecta.es”
“Arquitectura religiosa del Valle de Mena durante
la primera mitad del siglo XVIII” Isabel Cofiño Fernández
“Cuatrocientos Cincuenta años de la fundación
del convento de Santa Ana de Villasana de Mena por Sancho de Matienzo” por José
Bustamante Bricio.
“Manuscritos sobre el Valle de Mena, en el siglo
XVIII” José Bustamante Bricio.
“Informe sobre las pérdidas y daños sufridos por
el tesoro artístico de la provincia de Burgos desde el advenimiento de la
República, y principalmente durante los arios de 1936 y 37 en que parte de su territorio
del Norte fue ocupado por los rojos y separatistas vascos”. Por Luciano Huidobro
Serna.
“Fiestas y romerías, tradicionales y famosas en
tierras burgalesas” Ismael García Rámila.
“Santuarios marianos de Cantabria” María del Carmen
González Echegaray.
Periódico “El Sol”.
“Apuntes sobre la historia de las merindades antiguas
de Castilla” Julián García Sainz de Baranda.
“Medina de pomar arqueológico y centro de
turismo” Julián García Sainz de Baranda.
Periódico “Crónica de las Merindades”.
“Diccionario geográfico-estadístico-historico de
España y sus posesiones de ultramar” por Pascual Madoz.
“Noticia del noble y real Valle de Mena (provincia
de Cantabria)” Anónimo.
Periódico ABC
“Las Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional
y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media” María del Carmen Arribas
Magro
Para
saber más:
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