Hoy volcamos nuestra mirada, nuevamente, en uno
de esos ciudadanos anónimos que como viejos romanos buscaron el bien de su
gente mediante la filantropía. ¡Sobre todo después de haber sudado en América!
Nos fijamos en Domingo Fernández Peña que fundó
las escuelas de Quintanilla del Rebollar. Lo dejó dicho en su testamento del
año 1919 aunque no serían construidas hasta 1934 como lo explicaba una placa
hoy desaparecida.
No he podido averiguar los años exactos que
estuvo abierta a la formación de los niños pero, seguramente, rondaría los
treinta, o cuarenta años máximo. A primeros de los años 90 del siglo XX el
edificio estaba en ruinas.
Domingo era soltero, natural de este pueblo pero
vecino de la villa de Bilbao y otorgó testamento ante el notario Francisco
Santiago Marín el 9 de abril de 1919. En este documento legaba 400.000 pesetas
para la creación y fundación de estas escuelas gratuitas (en enseñanza, libros
y menaje) para niños y niñas de Quintanilla del Rebollar, El rebollar, Redondo,
Herrera, Hornillalatorre, Barcenillas de Cerezos y Cornejo.
A tiempo porque este caballero moriría el 13 de
junio de 1919 en su casa de Bilbao a los 81 años de edad.
La institución se llamó “Fundación Fernández” y
ella se encargó de adquirir los terrenos y construir el edificio para las dos
escuelas (niños y niñas) con sus habitaciones para el maestro y la maestra.
Fueron albaceas y ejecutores del testamento
Pablo Corral Villate, Raimundo Larrazábal Ibarrola, Manuel Gómez González, Jacinto
Larrazábal Cabasas y Ruperto Miquelarena Ulacia. La escritura de la fundación se
otorgó en Bilbao el 18 de Mayo de 1924 ante mismo notario que el testamento -Sr.
De Santiago y Marín- siendo los firmantes Manuel Gómez González y Ruperto
Miquelarena Ulacia. Se constituía así la “Fundación Fernández” y se encomendaba
su patronazgo a la Junta provincial de Beneficencia de Burgos. Esta última
comisionaba para las gestiones que fuesen necesarias a Pedro Díaz Montero y
Antonio Atocha Fernández.
Como nota curiosa vemos que el número de
albaceas se había reducido sobremanera a causa de la muerte de Pablo Corral
Villate (23/11/1919), la renuncia de Jacinto Larrazábal Cabasas (07/03/1923) y pleitos
contra Raimundo Larrazábal e Ibarrola a consecuencia de denuncias formuladas
por los dos albaceas restantes.
Evidentemente, la Junta provincial de
Beneficencia aceptó el Patronato manifestando haberse hecho cargo de los bienes
de la Fundación, de los cuales deberían destinarse 100.000 pesetas a la construcción
del edificio escolar.
En diciembre de 1927 el capital con que contaba la
Obra pía eran 600.409`85 pesetas, repartidas en la siguiente forma: 496.000
nominales en títulos de la Deuda perpetua interior al 4 por 100; 55.500,
también nominales, en varios electos cotizables; 1.000 en que se evalúa el
solar destinado al edificio Escuela, y 47,909`85 en efectivo metálico. Con
ello, la Junta provincial de beneficencia elevó al ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes el proyecto del edificio escolar redactado por el
Arquitecto José Tomás Moliner. Su presupuesto ascendía a un total de 129.222`69
pesetas. El proyecto fue informado favorablemente por la Oficina técnica de
construcción de Escuelas, dependiente del dicho ministerio.
El tres de junio de 1929 se abrieron los pliegos
para la contrata de construcción con un coste “definitivo” de 142.658 `62
pesetas. Por supuesto hubo un plazo previo para presentar ofertas y estudiar el
proyecto con el pertinente depósito del 5 por 100 del presupuesto de la
contrata -10 por 100 en el caso del ganador- y, entre el condicionado, dejar
constancia del plazo de 10 meses para ejecutar la obra.
Por Real Orden del 30 de diciembre de 1926 se
clasificaba como benéfico de carácter particular y se determinaba que se
destinasen 100.000 pesetas a la construcción del edificio invirtiendo el resto
en una inscripción intransferible de la Deuda pública, a nombre de la propia
Fundación. En el mismo documento se aprobaba el proyecto del arquitecto y se
determinaba su realización por contrata mediante concurso público.
El centro en la década de 1990 |
El tiempo, y el abandono, ejercieron su función
hasta que el Servicio Territorial de Medio Ambiente, de la Junta de Castilla y
León restauró y abrió al público “La Casa del Monumento Natural” el 8 de
diciembre de 2005. Legalmente han sido cedidas por las Entidades Locales
propietarias para este uso.
El 21 de marzo de 2006 se procedió a su
inauguración con la presencia del Presidente de la Junta de Castilla y León del
momento, Juan Vicente Herrera, y demás autoridades. Actualmente las viejas
escuelas son la Casa del Parque del Monumento Natural de Ojo Guareña donde hay
un centro de interpretación del entorno con Sala de Reuniones, una Biblioteca y
un Aula-Taller Laboratorio.
Bibliografía:
Periódico “el Magisterio Español”.
B.O.E.
“Memorias de Burgos. Entre la tierra y la voz”
de Elías Rubio Marcos.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “El Sol”.
Personas como esta, cada vez hay menos. Todo un ejemplo.
ResponderEliminarDe como se utilizó el dinero no me quiero manifestar, por que la curiosidad me ha llevado a calcular a lo que equivaldrían hoy 600000 pta. de la época, y son nada más y nada menos que 18.000.000 de €. que no es moco de pavo. Ahí queda eso.
Un abrazo.
Tiene toda la razón, Manuel.
Eliminar