Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


viernes, 30 de agosto de 2019

Verberana, el pueblo del final, o del principio. Y su poquito de Valpuesta.



Roma estuvo aquí. Curiosa afirmación cuando todos lo tenemos claro. Esta parte de Las Merindades, a escasos metros de Álava, tiene muestras de la presencia de la ley del imperio. Evidentemente, esta era un zona de amplios valles cerealistas. ¡Nada que ver con el occidente montañoso! Septentrión, con suelos no aluviales, malos para la agricultura extensiva y falto de villas romanas. Dicho.


Además por esta zona pasaron vías romanas que, desde la cuenca de Miranda, penetraba en Las Merindades por el Valle de Losa. Aquí se recoge uno de los varios topónimos “Las Calzadas”. Podríamos asumir que la vía se desdoblaría en el entorno de Berberana con un ramal por Losa y otra carrera hacia Orduña. Este camino quedó establecido posteriormente como el principal entre Orduña y Castilla, y posteriormente entre Bilbao y Madrid. Pero, además, una red de hospitales, alberguerías y ventas nos marcan una intrincada red de comunicaciones entre el mar por los puertos de La Sía y Los Tornos y la meseta a través del páramo de Masa y Berberana.

La zona de Berberana estaba, por ello, habitada durante Roma y, por supuesto, siglos antes. Pero, ¿desde cuándo está habitada como “Berberana cristiana y castellana”? Para ello tenemos que recurrir al chivato de la advocación religiosa que en Berberana debió ser San Cipriano. Este hecho nos situaría en el siglo X aunque bien pudo tener fundaciones de lugares aledaños de la población en periodos sucesivos.

Abramos el arco y fijémonos en Villalba de Losa, en su jurisdicción, diferente del Valle del mismo nombre, que nos aparece en 934 en la reja de San Millán. Esta población fue de realengo hasta finales del siglo XIV, aunque antes, con ocasión de las discusiones por el señorío de Vizcaya, se acordó que el rey daría a Lope -hijo de Diego López de Haro, el Intruso- las villas de Miranda y Villalba de Losa. Al intentar tomar posesión de ellas el año siguiente (1308) se opusieron los vecinos, aunque después tuvieron que ceder. En 1352 Villalba de Losa tiene jurisdicción real y son aldeas de ella los lugares de Barriga, Zaballa, Villodas, Mijala, Murita, Llorengoz, Teza, Villota, Berberana -¡aquí quería llegar!-, Villacián y San Llorente. Ya tenemos situada nuestra población.


Sobre el lugar de Berberana podemos indicar que en 1465 –según Ismael García Rámila- “Don Fernán Sánchez de Velasco, casado con Doña Mayor Gutiérrez de Olea, natural de Medina de Pomar. Fue Señor de Herramelluri, Río Tirón, Obilla y Villaescusa. Previa autorización real, de Juan II de Castilla, cambió su villa de Herramelluri, por la de Berberana, fundando, en ella, mayorazgo con sus vasallos solariegos, heredades y agregados, a favor y en cabeza de su hijo Día Sánchez de Velasco”. Aunque ya he comentado en la entrada BerberanaTower que este enmarañamiento familiar es bastante lioso.

Por otra parte, Julián García Sainz de Baranda nos cuenta que “la villa de Berberana fue realenga hasta que, por compra, paso a constituir señorío, en la casa de los Gil Delgado, que se titularon Condes de Berberana. Pagaba la villa a sus señores alcabala y martiniega y así continuaron hasta principios del siglo XVIII en que los vecinos pusieron pleito sobre ello a los Señores”.

Aparece Berberana, en 1591, como unidad independiente, si bien es cierto que en el Becerro de Behetrías no se cita como aldea de Villalba de Losa sino que se incluye en el encabezamiento de Aujala o Mijala para parte de los tributos, como lo que pudiera ser un agrupamiento fiscal y no jurisdiccional, hecho raro pero, obviamente, no inexistente.

Detalle del Becerro de Behetrías

En fin, dejémoslo correr y marchemos hacia temas más pedestres tales como las cosas de la vida y la hacienda de los humildes de este pueblo. Empezaremos por el año 1594 donde se sabe que en el pueblo vivían 60 vecinos pecheros y que, ya lo vamos a añadir, en Valpuesta eran 61. Un poco más: Berberana pertenecía al arciprestado de Losa y contaba con una pila –una iglesia- y setenta vecinos. Ya sé que no coinciden los datos. Pero no me pregunten por lo que no puedo llegar a saber. De hecho, Valpuesta tiene una iglesia y treinta vecinos. Lo dicho.

Tendremos que esperar unos 150 años para conocer la fotografía que hizo el catastro de la Ensenada de “Verberana”. Exactamente era el año 1753. Nos cuenta que el lugar es de señorío y que es propiedad de Rafael Gil Delgado, regidor perpetuo, y vecino de Burgos. Esto choca con lo que afirmaba arriba Julián García Sainz de Baranda salvo que los vecinos perdiesen ese citado pleito. ¡Él sabrá que era juez!

Mirando este catastro (al fin y al cabo un registro tributario) descubrimos la poca conciencia ecológica que tenían –no como nosotros- al haber una falta de árboles frutales en el pueblo. Gracias al cielo había veintidós colmenas donde destacamos a los dos mayores propietarios: diez colmenas pertenecían a Gaspar de Guinea y cuatro a Diego de Guinea.


Ningún vecino tenía yeguada ni ganado que pastase fuera del término municipal. Otra cosa es dentro. Así Juan de Guinea, beneficiado en este pueblo, tiene cinco yeguas, una vaca y cinco novillos; Gaspar de Guinea tenía nueve yeguas, dos potras, veintidós ovejas, diez corderos y nueve cabras; y un tercer Guinea -¡a saber si son parientes!- dos potras, treinta y nueve ovejas y más piezas de diferentes ganados. La relación amplia de vecinos y ganados nos deja constancia de su abundancia.

Y, hablando de vecinos, el número de estos es de treinta y dos que ocupan treinta y siete casas habitables frente a siete inhabitables. En una de aquellas estaría la taberna del pueblo que, seguramente, serviría a lugareños y transeúntes –arrieros, peregrinos, etc.-. La gestionaba Ana María de Gar(…). Lo que no había eran hospitales, conventos o cambistas. Sí tenían un cirujano, Esteban (…), un herrero y agricultor llamado Miguel Palacios, un pastor…y veintisiete labradores. Entre estos últimos tenemos a Cipriano de Guinea, Pascual de Guinea, José Díaz… y ningún pobre. Bueno, no nos olvidemos, había cuatro clérigos: Juan de Guinea, Manuel de Montoya, Juan y Francisco de Guinea. Todos vivían en el pueblo.


Desde el catastro de Ensenada la cosa se acelera y durante el siglo XIX abundan los estudios nacionales de información local. El primero en el que nos pararemos es el de Sebastián Miñano que nos dice que Berberana pertenece al partido y merindad de La Bureba. Nos informa que tiene 32 vecinos que representan a 145 habitantes. En este segundo lustro de la década de 1820 mantiene una parroquia y produce trigo, poca cebada, legumbres, avena y yeros (algarrobas). Distaban 17 leguas de la capital de la provincia. Pagaba de contribución 1.691 reales.

Hacia 1850 se publica el Diccionario geográfico de Madoz donde nos sorprenden con esto: “Despoblado en la provincia de Álava. Partido Judicial y jurisdicción de La Guardia (1 legua al oeste). Existía en 1366 y contaba 21 fuegos; en 1571, 10 vecinos y una parroquia. Hoy día no quedan más que las paredes de esta, y algunas ruinas de casas, ignorándose el motivo de su desaparición. Tenemos por tanto un despoblado en Álava”. ¿Sorprendente? Mucho porque no es nuestra Berberana.


Sobre nuestra Berberana dice que es del “partido judicial de Villarcayo (8 leguas). Situación: en una ladera al S. de la sierra que divide el valle de Ayala y es la que cruza de Asturias a Vizcaya, siendo su altura respecto al nivel del mar, de 2.820 pies. La combaten todos los vientos especialmente el Sur. Su CLIMA es sano, y las enfermedades más comunes (son) las propias al cambio de tiempo. Consta de 100 CASAS de 20 a 30 pies de elevación con piso alto, y las calles que forman están sin empedrar, sucias y poco cómodas. Hay casa de ayuntamiento, una torre de la propiedad del conde de Berberana, la cual sirvió de fuerte en la última guerra civil; escuela de primeras letras concurrida por 30 a 40 niños; una iglesia parroquial bajo el título de San Cornelio, servida por un cura párroco que provee el arzobispado de Burgos, en patrimoniales, y un sirviente; el cementerio en paraje bien ventilado que no perjudica a la salubridad pública, y dos fuentes de buenas y abundantes aguas para los usos domésticos.

El TÉRMINO confina: por N. Murita; por E. Osma (Álava); por S. Astulez, y por O. Hozalla. El TERRENO es arcilloso á la parte S. y delgado á la del N.; se divide en primera , segunda y tercera suertes, constando la una de 100 fanegas de sembradura, 150 otra y la última 250; hay algunos montes poblados de pinos y encinares: baña el término un riachuelo de curso perenne que se forma inmediato á la villa, y corre de N. á S. á incorporarse por Bergüenda (ahora rebautizada Bergonda), al Ebro: hacia el S. se encuentra un puente de piedra, y debajo á distancia de 200 varas, un molino harinero.


Los CAMINOS son de pueblo á pueblo, y pasa por medio de la villa el que de Burgos conduce á Orduña y Bilbao. La CORRESPONDENCIA la deja el correo que se dirige á Bilbao, PRODUCCIÓN: trigo, cebada, avena, yeros, titos, garbanzos, habas, patatas y hortalizas, ganado lanar, cabrío, vacuno, caballar y de cerda. INDUSTRIA: consiste en la arriería, dos fabricantes de herraduras y un molino harinero, y el COMERCIO en la exportación de ganados é importación de granos, vino y géneros de vestir. POBLACIÓN: 26 vecinos de catastro, 190 almas. CAP. PROD.: 340.010 reales. IMP.: 28.929. CONTR.: 4.338 Reales”.

Bueno, la tendencia del pueblo era acrecentar su población. Tenemos arrieros y servicios para caballerías y ganados, hosteleros y tejedores o modistas o similares. ¡Y maestro! El pueblo tiene una línea ascendente. Llegábamos a casi 200 habitantes que cubrían sus necesidades. El censo de 1877 nos desglosa la población diciéndonos que hay 203 varones y 245 hembras en el municipio.

Para 1881 el Anuario del Comercio nos da una población de 452 habitantes. Se enorgullecía de su maestro, Venancio Gómez Arranz, y su escuela. ¡No solo eso! Establecidos en la villa estaba un sofisticado plantel médico: como albéitar o veterinario tuvimos a Miguel Bernangoa y como cirujano –probablemente cirujano menor- a Agapito Ortega Sáez quién nos aguantó desde, al menos, 1879 hasta 1886.


En 1882 el anuario Riera nos detallaba, también de forma enciclopédica, de Berberana: “Villa con ayuntamiento, á la que se halla agregada la villa de Valpuesta, distante 11'1 km. Cuenta 455 habitantes y 139 edificios, entre habitados é inhabitados”. El incremento de la población creo que puede ser debida a la suma de los habitantes de Valpuesta y Berberana porque también nos detalla la distancia a Burgos de ambos pueblos (43 km y 90 km). No da un curioso dato electoral: “Corresponde á la prov. de Burgos, al segundo distrito de su partido judicial para las elecciones de diputados provinciales y al distrito de Miranda de Ebro para las de Cortes”. Nos recuerdan que la iglesia está bajo la advocación de San Cornelio (¿y San Cipriano?) y que forma parte del partido judicial de Villarcayo. Los caminos que les comunicaban eran vecinales y de herradura.

Sostenida por los fondos del municipio, disponen de una escuela de primeras letras destinada a todos los niños del pueblo. La mayor parte de los vecinos trabajan en el campo salvo oficios mecánicos y profesiones “más indispensables”. Nos dice que había 80 casas distribuidas en calles irregulares y de mal piso. Que tenía ayuntamiento, cárcel y una fuente abundante y de buena agua con la que se abastece el vecindario. Mejor porque el riachuelo colindante no daba para mucho.


El anuario Riere termina: “El terreno está formado por tierras arcillosas en la parte S. y por tierras delgadas en la del N. Las producciones consisten en granos, algunas hortalizas, legumbres y tubérculos; cría varias clases de ganado y diversas especies de caza”. Fin. Desde este año los anuarios nos informarán de que la estación de ferrocarril más próxima era Briviesca.

En 1887 el bueno del maestro Venancio es reforzado por la maestra Gregoria Ayala. Y descubrimos que en Orduña abrieron estación de tren ¡Solo once kilómetros de distancia! Berberana estaba ya en la era de la comunicación.

Ese año el alcalde era Esteban Garcinea; el secretario, Pedro Peña; el juez municipal, Valentín Ayala y el párroco Remigio Ruiz. ¿Y Valpuesta? Pues, su maestro era Juan Barrenengoa.


Para 1888 no hubo cambios pero si saltamos unos años, hasta 1894, vemos como los pequeños cambios derivan en grandes variaciones. Ahora el alcalde es Narciso Quincoces y Pedro Peña sigue como secretario. Pero tenemos a Matías Arbelas como juez municipal y a Bruno Gómez como fiscal. En el sector de la sanación de almas y en el de la sanación de bestias continúan el bueno de Remigio y de Bernangoa. Tristemente el Profesor Venancio Gómez vuelve a estar solo. Y aquí tenemos uno de las tradicionales disparidades de las publicaciones del siglo XIX. Comparen con la imagen adjunta:

 
Anuario Riera.

Valpuesta, ese año de 1894, tiene como párroco a Manuel Peña y como maestro a Ambrosio Castresana. El primer año del siglo XX (1901) todos seguían en su puesto.

En estos veinte años de fin de siglo XIX la población del municipio evolucionó desde los conocidos 448 contabilizados a 388 en 1902. Un bajón de 50 individuos. ¿Causas? La primera es pensar en un error en los datos –nada improbable- y después en el inicio de una paulatina despoblación dado que tienen el ferrocarril a 11 kilómetros y enseguida se llegaba a Bilbao.

Sea lo que fuese, y si fuese un problema o no, quien se enfrentaría a ello como alcalde fue Lucas Montoya aunque para 1905 volvió Matías Arbelas. Le acompañaban como fuerzas vivas del lugar Pascual Ramírez (Secretario); Agapito Salazar (Juez municipal); Juan Manrique (Fiscal) que en 1904 será sustituido por Félix Santa María y este en 1909 por Pascual Ramírez; Valentín Badillo (párroco)-en 1904 lo será Braulio Villaluenga-; Celso Ruiz (maestro); y Raimundo Martínez (Médico –que no cirujano-). Ramón Ramírez era el veterinario y conocemos dos personas de otras ocupaciones no agrícolas: Manuela Escudero en el papel de modista y Cayetano Florenciano como platero. En 1903 se les unirá Clemente Barquín con un negocio de tejidos.

En Valpuesta las fuerzas vivas estaban representadas por el párroco Pedro Pereda y la maestra Obdulia Martínez.


En 1904 se detalla mejor cuántos y cuáles eran los comerciantes de la población. Tal vez efecto del desarrollo económico, de la automoción o de las artes gráficas y la venta de revistas. En todo caso, aparecen como carpinteros Juan Ramírez y Tiburcio Vadillo; como vendedores de comestibles constaban la viuda de Gregorio Salazar -que, además, tiene un mesón-, Tiburcio Vadillo (¿pluriempleo?) y Clemente Varguín que no hay que confundir con Clemente Barquín y su tienda de tejidos; la herrería y cerrajería de Ignacio Fernández (en 1905 transmuta en Ignacio Castillo); y el zapatero Tomás Bustamante. Aparte de los que ya hemos citado como emprendedores en párrafos anteriores.

En 1905 el negocio de las modistas de Berberana eclosiona llegando a competir con la conocida Manuela las señoras Eusebia Quintana y Juana Ramírez pero esta última se cae del cartel en 1906.

Quizá por todo esto la población del municipio de Berberana asciende en 1906 a 329 almas sin contar las 82 de Valpuesta. Tendremos a Juan Montoya como juez municipal –sustituido en 1909 por Saturnino Quintana- y a Antonio Salazar como fiscal –sustituido en 1909 por Felipe Ramírez. Sigue aumentando la nómina de empleados y oficios diversos con la incorporación de Norberto Anuncibay como cartero y el estanco de Mariano Salazar.


En 1908 el cartero fue Alejandro Pérez que o bien coincide en nombre con el maestro o este redondeaba su sueldo con el reparto de cartas. Recordemos aquello de “pasar más hambre que un maestro de escuela”. La viuda de Gregorio Salazar desaparece –esperamos que porque se jubilase- y los negocios que esta llevaba los administrará Salazar y compañía. De hecho, los incrementa con una tienda de vinos. Por cierto, este año tiene consulta en Berberana el doctor en medicina Ángel Garaizabal.

El andar de un lugar a otro no debió gustarle a Alex Pérez porque en 1909 aparece como cartero Pedro Angulo. Quizá eso mismo le pasó al médico Ángel que es sustituido por Ignacio Herraiz. Las implacables leyes del mercado también tocaron el mundo de las modistas dejando solo a Eusebia Quintana y mostrándonos los principales contribuyentes del lugar: Matías Arbelas y Lucas Montoya. Nada raro, si se han fijado son quienes han ostentado los principales cargos públicos.

En Valpuesta tenemos a Pedro Pereda como sacerdote y a Crescencia Barcenilla como maestra. En 1911 será Valentina Díaz.


Vamos a dejar este avance detallado en 1911 porque hay suficiente distancia en el tiempo para que resulte atractivo. El alcalde fue Ciriaco Pérez, Pascual Ramírez como Secretario, Saturnino Quintana como juez y Felipe Ramírez como fiscal.

Como a muchos otros lugares la paulatina despoblación del siglo XX acrecentada con la guerra, el hambre y la industria vizcaína mermó el número de vecinos de Berberana, y de Valpuesta. Pasaron a tener, en 1950, 294 vecinos y 63 respectivamente con 67 y 11 viviendas en cada lugar. En 2011 había 72 vecinos en 30 hogares.

 
Evolución población municipio de Berberana.


Bibliografía:

“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1845-1850)” Pascual Madoz.
“Diccionario Geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar” de Pablo Riera y Sans.
“Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal” por Sebastián de Miñano.
“Anuario Almanaque del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración”.
“Anuario Riera”.
“Indicador general de la industria y el comercio de burgos. (Marciano Velasco.)”
“EL VALLE DE LOSA NOTAS PARA SU HISTORIA” Julián García Sainz de Baranda.
“Censo de la población de España en 1877”
“Censo de la población de España en 1897”
“Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI”.
“Nomenclator de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el instituto nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
“Historia del Condado de Castilla” Fray Justo Pérez de Urbel.
“Las Merindades de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Arribas Magro.
“Poblados, Monasterios y Castillos desaparecidos en la provincia de Burgos”. Basilio Osaba y Ruiz de Erenchun.
“Del Burgos de Antaño”. Ismael García Rámila.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.