Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 10 de marzo de 2024

Cartas al director en 1873

 
 
“Señor director de El Pensamiento Español. Burgos, 7 de agosto. — Dice Vd. bien, señor director, en su artículo del 6 de agosto “La honra de España”: “Abrase el proceso de la conducta” de los carlistas, júzguesela comparándola con la que siguen con ellos, hasta los periódicos que blasonan de justos y acogen más de una vez y con verdadera fruición especies calumniosas.
 
Comparemos las fuerzas combatientes de esta provincia por la más santa de las causas, con las mercenarias de la República. ¿Qué hacen los carlistas? Pregúntese al juez de Belorado, á quien no ha muchos días presentó el jefe don Ruperto Blanco, una cuadrilla de ladrones, á quienes había perdido de vista la benemérita. Óigase al exsenador D. Francisco Arquiaga, quien á cuantos ve hace extraordinarios elogios de los carlistas que entraron en Villarcayo, y visitaron á su familia en la propia casa.

 
No hay nadie en Burgos que no sepa que este señor radical ha dicho á todos, inclusas las autoridades, que las fuerzas carlistas capitaneados por su compañero de diputación el señor Varona, y el militar Sr. Aguirre, se han portado de una manera dignísima, y hecho estudio de finura y consideración con los liberales de Villarcayo.
 
¿Qué hacen los republicanos? En vez de batirse en buena lid con los atletas del Norte, se contentan con apresar Sacerdotes y hacinarles en oscuros calabozos del castillo de esta ciudad, tienen la cobardía de insultar y amenazar a Párrocos virtuosos é ilustrados como el licenciado Sr. Sainz Baranda, de Medina de Pomar, por el enorme crimen de tener alguno de su familia en las filas de la legitimidad. Horror y repugnancia causa presenciar escenas tan bárbaras como las representadas en el religioso pueblo de Medina de Pomar. Quizá el Sacerdote á que aludo esté enfermo del susto que le proporcionaron algunos caníbales, que sin consideración á su inocencia, siquiera no fuera á su estado, lo trasladaron á la cárcel pública en medio de las burlas más sangrientas y haciendo alarde cínico de crueldad.
 
De este modo se portan los defensores de la libertad en todas sus manifestaciones. Cuán distinto es, dirá el ex-constituyente Sr. Arquiaga, el proceder de los soldados del altar y del trono. — Un suscritor”.

 
Acaban de leer una carta al director publicada en el periódico “el Pensamiento Español” el 9 de agosto de 1873 y, del mismo, nos surgen varios interrogantes. El primero ¿qué ideología tenía este periódico? Entiendan que por lo que dice la carta y estando en guerra… Era un diario católico, tradicionalista, que empezó a venderse el dos de enero de 1860 y estará entre los diarios de mayor circulación.
 
Fue fundado por Gabino Tejado (1819-1891) y dirigido por Francisco Navarro Villoslada (1818-1895) el autor de “Amaya o los vascos en el siglo VIII”. A partir del tres de abril de 1860 se hará diario vespertino. Formalmente, es un periódico típico de cuatro páginas, compuestas a cinco columnas, en un buen papel de prensa. Desde el uno de enero de 1866 se subtitulará “diario católico, apostólico y romano”, es decir, vaticanista. La edición vespertina incluía el parte oficial de la Gaceta de Madrid de ese día, despachos telegráficos y noticias de interés recibidas por el correo.

 
Tras la revolución de 1868, Navarro Villoslada fue encarcelado junto a su hermano Ciriaco que, además de redactor, ejercía de administrador del periódico. Todo esto hará de Francisco, el soldado liberal de la guerra de 1833-1840, un carlista. Durante el Sexenio Democrático, el vaticanismo y el carlismo disponen de casi un centenar de periódicos en provincias siendo “El Pensamiento español” vocero del catolicismo ultramontano y absolutista. En marzo de 1872, Francisco Navarro Villoslada, que había sido diputado y senador entre 1869 y 1871 por el tradicionalismo, se mostró contrario a la designación de Cándido Nocedal como máximo responsable del partido y, por ello, fue sustituido en la dirección del periódico por Luis Echevarría.
 
Tras el golpe de Estado del general Manuel Pavía (03/01/1874) quedan suprimidos los periódicos carlistas y cantonales. Con este título volverá a publicarse un diario tradicionalista entre 1919 y1922.
 
Con lo cual tenemos un periódico clerical, conservador y procarlista que publica una carta al director -favorable a sus postulados- donde una persona anónima, y quizá inexistente, nos empieza contando que los periódicos liberales mienten para continuar proclamando lo buenos que son los carlistas y lo malo que son las tropas de la primera república. Por cierto, hoy llamaríamos a los mercenarios “contratistas”. Dicho lo cual nos enfrentamos a unos nombres propios que, en general, han caído en el olvido que todo lo perdona.

 
Ruperto Blanco fue un carlista que levantó una partida en 1872 y que, cual bandido del oeste americano, era reclamado por jueces de lugares tan dispares como: Evaristo Calderón, Juez de primera instancia de Salas de los Infantes; Juan José Bonifaz, Juez de primera instancia del Burgo de Osma; Santos Manrique Castro, Alférez fiscal de Burgos; Victorino Luna González, Juez de primera instancia de Burgos; y, por supuesto, Manuel Castro Teijeira, Juez de primera instancia de Briviesca. Vale, ¿y Belorado? Porque en la carta se habla de Belorado. Pues el de Belorado no lo reclamaba por delito de rebelión (¿o es sedición?) pero Ruperto se presentó ante él a mediados de julio de 1873 para entregarle cuatro salteadores que se decían carlistas y que exigían raciones y dinero a los vecinos de la zona de Huerta de Abajo. ¡Pura picaresca!
 
Ruperto Blanco era alto y con una poblada barba media rubia. Vestía un capote de paño color de castaña y usado, zamarra negra, boina blanca con borla sobredorada, pantalón gris oscuro y calzaba botas. Descripción cortesía de la prensa del momento.
 
Nuestro corresponsal, tras felicitar a Ruperto por su caballeresca acción -sin pensar que, aparte de ladrones, esos bribones entregados soliviantaban a los campesinos contra el carlismo-, se refiere a que un pope del liberalismo como era el venerado senador de la república Francisco de Arquiaga felicitaba a los carlistas por su buen comportamiento en Villarcayo. No he encontrado esas afirmaciones bien porque no se publicaron -no se quisieron publicar- o bien no se dijeron. Creo que el remitente las encuadra en el fallido asalto a Medina de Pomar del 30 de julio de 1873 y que terminó con los carlistas instalados en Villarcayo. Me agarraría a que fue entonces por su cercanía temporal, porque la prensa no refiere luchas Villarcayo, porque participaba en ella el comandante carlista interino de Álava Joaquín Aguirre y por la posdata de la carta sobre el incidente publicada en el periódico “La Esperanza”: “Señores redactores: se me olvidaba consignar un detalla importante, durante la acción cogimos cinco prisioneros, uno herido. De ellos, dos sirven en nuestras filas y los tres restantes se les dejó en libertad, facilitándole al herido un bagaje, después de perdonarle la vida, que le pedía al general con clamores y lágrimas”.

 
La tercera parte de la carta es su poquito de victimismo. Además, centrado en una figura tabú para el carlismo como era un sacerdote. Nos cuenta la detención por colaboración con el carlismo de uno de los curas que pululan por Medina de Pomar. El protagonista fue el presbítero Antolín Sainz de Baranda -un apellido muy medinés-, de treinta y tres o treinta y cuatro años que fue detenido el 29 de julio de 1873. Él se quejaba de que había sido por una denuncia falsa. Vale. Pero si lo asociamos a que el día 25 de julio se había presentado el carlista Villamor en Medina de Pomar con unos 100 hombres podemos llegar a entender la postura de los liberales. Requisaron alimentos, secuestraron algunos mozos -o se fueron voluntariamente con los carlistas- y amenazaron con imponer 4.000 reales de multa a la población por cada muchacho en edad militar que escapase a Burgos. Y, aun con eso, “el pensamiento español” comentaba que Antolín “fué tratado con las mayores atenciones por el comandante y oficialidad de la columna que verificó su prisión. Con el mayor gusto complacemos á nuestro amigo, ya que por desgracia son tan pocos los casos en que puedo hablarse de atención y delicadeza de los liberales con los carlistas cada vez más perseguidos”.
 
Quizá no hubieran sido tan educados con el presbítero si hubieran sabido que el 30 de julio aparecieron las unidades carlistas del primer y segundo distrito de Álava, compuestas de unos 300 infantes útiles, y 60 caballos. Medina disponía de dos compañías completas del regimiento de Castilla y 37 caballos, al mando del coronel La Calle. El ya mentado carlista Joaquín Aguirre, general interino de Álava, instó a la rendición de La Calle en una hora y bloqueó y fortificó los caminos con, el posteriormente asaltado, Villarcayo.

 
Hay cierta comunicación que informa sobre lo ocurrido. La prensa decía que llegó a Briviesca un medinés con una nota: “He sido atacado por fuerzas considerablemente superiores; salí con mi fuerza abatirles, y visto su número he regresado á defender este punto, fortificándose en el alcázar. Ruego á V. E. mande fuerza con urgencia para que, partiendo, conmigo, caigan sobro Villarcayo, que no puedo socorrer”. El mensajero aseguraba que era una nota del jefe de la columna de Medina de Pomar, y que el número de carlistas rondaban los 2.000 soldados. Parece ser que, de Miranda, salieron dos compañías de infantería y 25 caballos en ayuda de Medina de Pomar. Parece que el calcular multitudes de forma torticera no es sólo de nuestros tiempos.
 
La prensa continuó hablando de que el coronel Lacalle, desde Medina de Pomar, tuvo que volver a espantar a los carlistas el día 9 de agosto de 1873. Quizá por eso continuaba Antolín preso a finales de agosto.
 
 
 
Bibliografía:
 
Periódico “Gaceta de Madrid”.
Periódico “La Nación”.
Periódico “La Correspondencia de España”.
Periódico “El Gobierno”.
Periódico “La Independencia española”.
Periódico “La paz de Murcia”.
Periódico “El constitucional”.
Atlas topográfico de la narración militar de la guerra carlista.
Periódico “El pensamiento español”.
Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España.
Boletín Oficial de la Provincia de Burgos.
Periódico “La Esperanza”.
Estadística del Arzobispado de Burgos.
Periódico “El Imparcial”.
 
 

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