Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 20 de octubre de 2024

La (Santa) Cruz de Llano de Mena

  
Mezclo a sabiendas el nombre de dos poblaciones que están a unos 800 metros entre sí porque la vida de Llano de Mena debió discurrir siempre paralela a la de su vecino Santa Cruz. Fue tal esta situación que, a mediados del siglo XVIII, ambas localidades eran “barrios” de un municipio conjunto, de un Concejo. Incluso es probable que el origen de Llano y Santa Cruz fuese consecuencia del establecimiento en las cercanías del monasterio de San Julián, del que existe referencia en el siglo XII (1174). Tristemente la iglesia superviviente de ese conjunto reventó por la explosión de las municiones que se guardaban dentro durante la guerra de 1936-1939. Lo que pueden ustedes llegar a ver son sus restos: un lienzo de campanario y un paredón con aleros moldurados. Estos restos dan sensación de la existencia de una sala rectangular. Existía una portada románica de finales del siglo XII que tuvo una azarosa vida hasta terminar en el castillo de Ampudia.

 
Llano se documenta en el apeo de los bienes diocesanos de 1515. Su iglesia debió estar dedicada a Santa María y pertenecía en propiedad al obispado que recogía allí todos los diezmos, granados y menudos. En 1591 Llano se censa en un mismo epígrafe con Santa Cruz, Ciella y Novales, y todos suman 40 vecinos, 39 de los cuales eran hidalgos y un clérigo. No solo entonces, sino también en la visita del arzobispo Navarrete de 1707 recogen lo relativo a Llano en el acta de Santa Cruz. Allí se indica que la iglesia de Santa María de Llano estaba “decente”, no obstante, mandó el obispo llevar la imagen a la ermita. Es irónico que tuviese esa calificación frente a los diecisiete templos calificados como "pobres", "muy pobres" o "indecentes", dado que ya no hay rastro de la iglesia de Llano. Entendemos que, con mucha probabilidad, la iglesia estaría situada lejos de las casas, lo que llevaría a ordenar el traslado de la imagen a la ermita de Santa Isabel situada en medio del poblado. Quizá eso aceleró la desaparición de la iglesia. Santa Isabel aparece en 1870 como santuario del que procedía una heredad desamortizada.
 
Si se fijan en una pequeña loma al Suroeste de Llano, a unos 100 m en el camino a Santa Cruz, se encuentran restos de teja, cerámica común y loza lo que es indicativo de un hábitat y apuntamos la posibilidad de que se trate de los restos de la iglesia de Santa María.

Llano de Mena 2023 (Google)
 
El arzobispo añadió que "las iglesias de los abades de este valle..., son las peor servidas y mal ornamentadas, las iglesias de la cámara son de las más indecentes y desprovistas de todo y en las más es necesario hacer otra mayor y cuidar de que estén más asistidas y ornamentadas de lo que se hallaron...". Esta situación era causada por la imposibilidad de los feligreses del valle de Mena para mantener sus numerosos templos y ermitas en buen estado. El tiempo hizo el resto del trabajo. Y la guerra, claro.
 
Elías Rubio Marco, amigo de entrevistar lugareños, anotaba que “las personas más mayores del contorno sólo recuerdan en este lugar la existencia de una ermita dedicada a Santa Isabel. Esta ermita aún se mantiene en pie, pero está fuera de culto y totalmente vacío su interior”. Y, comentaban, que fue utilizada como iglesia del pueblo.
 
Si quieren acercarse al pueblo, Llano se encuentra a 7 kilómetros de Villasana. Se accede por la carretera Burgos-Santoña (C-629); desde Villasana de Mena a Santa Cruz, y desde este pueblo a Llano, por camino carretero y en un trayecto de 800 metros. Formaba, por tanto, parte del partido de Arriba del Valle de Mena. Poco encontraremos cuando logremos acercarnos salvo un bello paisaje porque solo se conserva una casa habitada. Nada raro en el Valle de Mena, ni en la total extensión de Las Merindades porque, si lo recuerdan, ya se habló en esta bitácora de Berrandúlez, en este valle, y de otros pueblos muertos.

Foto cortesía de "Tierras de Burgos".
 
El inevitable Catastro de Ensenada nos mostró lo unidos que estaban ambos pueblos al recogerlos en una única referencia. Allí se presentó Gregorio Marcos Vallejo como subdelegado regio para entrevistarse con Francisco de llano, Antonio Fernández de Villa, Manuel Gil, Juan Manuel Zorrilla y Antonio de San Román, amén del cura de la parroquia conjunta, Andrés Fernández García. El texto deja sentado desde el principio que "este Concejo se llama de Santa Cruz y Llano, que son dos barrios unidos y es Jurisdicción Real de este Valle de Mena". Dijeron que eran tierras de secano, alternando anualmente en algunas de ellas el trigo y el maíz. También señala que tenían una comunidad de pastos con Viergol. Había manzanos, perales, nogales, cerezos, ciruelos… Como curiosidad diremos que los vecinos -no sabemos si de Llano o de Santa Cruz- no tenían medida la extensión de las fincas. Quizá por eso -siendo irónicos- carecían de molinos, batanes, minas o salinas. Entre ambas aldeas tenían veintidós colmenas y solo tres vacas. Eso sí, había sesenta ovejas, ocho pollinos, veinte cerdos y “como cien cabezas de cabras”.
 
En el concejo había quince vecinos, cinco viudas y “dos habitantes” que no vivían ni en casa de campo ni en alquerías. Tampoco había pobres. Ni convento. Ni hospitales. Dadas las características del concejo no sabemos separar los habitantes y las casas de Santa Cruz y las de Llano. Una pena.
 
El diccionario Miñano (1826-1828) nos crea una entrada de este pueblo, pero nos subraya que está integrado en el de Santa Cruz. Sin más datos. En 1850, el diccionario Madoz nos dice que Llano, solo, tenía ocho casas y una iglesia bajo la advocación de San Pedro que era anexa a la de Santa Cruz. Puede que este diccionario se equivocase al nombrar la advocación por lo que dicen Elías Rubio y María del Carmen Arribas-Magro. También nos indica que tiene la ermita de Santa Isabel y que por allí pasa un arroyo llamado Iberino. Cosechaban trigo, cebada, avena, yeros, habas, alholvas, maíz, patatas y lino. Había ganado vacuno, yeguar, mular y cerda. Y, si querían variedad, podían cazar perdices, liebres, jabalíes, zorros y codornices.

Llano de Mena 1946
 
En 1884 residían veinte personas en Llano y se contaban siete edificios, pero sólo dos habitados. En 1894 son veinticuatro habitantes y Santa Cruz cincuenta y ocho. Para 1905 han bajado a diecinueve residentes. Y en 1906 anotan dieciséis. No nos fiemos mucho de las cifras que publicaban los anuarios porque el “Riera”, para 1908, habla de veinticuatro vecinos de hecho. Para 1950 residían doce personas en Llano de Mena repartidos en tres viviendas.
 
El pueblo nunca tuvo escuela y sus niños asistieron a las de Medianas y Menamayor. Al no haber tenido molino los vecinos llevaban a moler su grano al de Cerezo. Por supuesto, nunca llegó a disfrutar de luz eléctrica ni de agua corriente. Se surtían de una fuente lejana al pueblo. En general, los de Llano tuvieron que desplazarse para cualquier tema, excepto para cocer la cal y fabricar tejas, al disponer de un calero junto al camino de Viergol.
 
Los últimos tres residentes de Llano de Mena fueron: Tiburcio Ortiz, Gabino Luengas y José López. El primero de ellos, junto con su familia, permaneció en el pueblo hasta principios de los años cincuenta. El abandono fue fruto de la falta de servicios que empujaba a marcharse a poblaciones de mayor tamaño cercanas, la emigración a Bilbao y el envejecimiento. Cuando hubo vecinos, las fiestas patronales de Llano tenían lugar con motivo de la festividad de Santa Isabel, la de la ermita. Sin embargo, en el tiempo en el que solo vivían las tres familias citadas no se recuerda haberse celebrado fiesta alguna.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Burgos. Los pueblos del silencio”. Elías Rubio Marcos.
“Colección historia de Las Merindades de Burgos. El Valle de Manzanedo. El Valle de Mena”. María del Carmen Arribas Magro.
“Arquitectura religiosa del Valle de Mena durante la primera mitad del siglo XVIII”. Isabel Cofiño Fernández.
“Noticia del noble y real Valle de Mena provincia de Cantabria”. Anónimo.
“Indicador General de la industria y el comercio de Burgos”.
“El espacio geográfico de Castilla la Vieja y León. I congreso de geografía de Castilla la Vieja y León. Burgos, 4-7 mayo 1.981”.
“Las Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
“Diccionario geográfico estadístico de España y Portugal”. Sebastián de Miñano y Bedoya.
“Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera y Sans.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar”. Pascual Madoz.
Censo de la población de España en 1877.
Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI.
“Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el Instituto nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración.
Anuario Riera.
Blog “Tierras de Burgos”.
Google.
Fototeca Digital de España.
 
 

domingo, 13 de octubre de 2024

Descubriendo la maravillosa vida del embajador Pedro de Ontañón, u Hontañón, que reposa en Medina de Pomar con su tercera esposa.

 
 
Para descubrir el lugar de nacimiento de una persona de esa época debemos saber la procedencia de su familia. Cosa que tampoco es fácil. Entenderán que empiezo así la entrada porque no tengo ni remota idea de donde nació Pedro de Ontañón. Eso sí, podemos casi afirmar que los Hontañón estaban radicados en el valle de Angulo en el siglo XV. Los hermanos Arturo y Alberto García Carraffa, expertos en heráldica, cuando hablan de este apellido, escriben: “aunque varios autores afirman que es originario de Navarra, es más cierto que procede de Ontaneda, de la Montaña de Santander”. Y cuando hablan de las armas de los Hontañón, dicen que los tratadistas que atribuyen a este apellido origen navarro le asignan estas armas: “Cuartelado: primero de gules con las armas de Navarra de oro...” Que aparezcan las armas de Navarra no implica origen navarro. Lo siento. Y nos aleja del viejo reino.

Valle de Angulo
 
En un manuscrito de la colección Salazar y Castro se lee: “Este linage y familia de Ontañón desciende legítimamente por varonía de la casa de su apellido, que está en el Valle de Carasa. Su divisa es un castillo y una encina con dos lobos. Salieron de Carasa antiguamente estos cavalleros y poblaron en Viílamezán lugar media legua de Medina de Pomar, allí tienen una buena casa y dentro de ella yglesia y el señorío de Villalaço, Soto de los Cameros y otros lugares y en la yglesia de Santa Cruz de Medina entierros honoríficos al lado del evangelio, en la capilla mayor. De uno en otro varón vino esta casa en mosén Pedro de Ontañón, el cual fue embaxador de los Reyes Cathólicos don Fernando y doña Ysabel, para el reyno de Navarra y por su cuerda dirección y diligencia, se reduxo aquel Reyno a esta Corona y en gratificación de este servicio, le hicieron merced de que en el escudo de su divisa pusiese, juntamente las reales armas de Navarra y encima de todo el escudo, la corona, como hoy la usan”. Aparte del párrafo hagiográfico podríamos decir que… perfecto. Solucionado. ¿O no?
 
En Carasa (Cantabria) existe el barrio denominado Ontañón, pero el genealogista Varona de Sarabia no dice de dónde saca la información para atribuir a los Hontañón su origen en Carasa. ¿Le decidió la existencia de ese barrio? Amén de que comete errores e inexactitudes: la merced de las armas de Navarra en su escudo está fechada el 30 de marzo de 1517 cuando ya estaban muertos los Reyes Católicos.

Medina de Pomar
 
Descartado Carasa y Navarra nos fijamos ahora en el valle de Angulo. Para ello podríamos apoyarnos en el pleito de hidalguía litigado por Bernardino Hontañón de Angulo, nieto del hermano del embajador Pedro, donde el testigo Juan de Liaño vecino de Torrejón (de la Calzada o de Velasco) de setenta años, declaró:
 
"Otrosí dixo que como dicho tenía este testigo conoció al dicho Martín Hontañón de Angulo, abuelo del que litigaba, residir en la dicha mi corte y ser alguazil de la Santa Ynquisición y en el tiempo que le conoció le tubo por hijo porque a muchas personas que con él trataban les oyó dezir que era hijodalgo y de la Montaña, de la Casa y Solar de los Hontañones de Angulo, que es en el de Angulo”.
 
El testigo Juan de Villaseca, vecino de Illescas, de más de setenta años, declaró Martín fue natural del valle de Angulo. El testigo Juan de la Torre, presbítero vecino de Segovia, de sesenta años, declaró que Martín era de las Montañas de la Casa de Hontañon de Angulo. Según los testigos anteriores está claro que ese grupo familiar vivía en el valle de Angulo. Si añadimos que en este valluco existe una localidad llamada Las Fuentes podemos entender que nuestro embajador pudiera haber nacido allí.

 
Julián García Sainz de Baranda lo hacía hijo de Medina de Pomar, pero, ciertamente, solo sabemos que vivió allí sus últimos años. Podríamos pensar que este linaje Hontañón se originase en la venta y monte Ontañón, situado junto a la granja de Pajares. Lo decimos porque en el Becerro de Behetrías figura un descampado en la Merindad de Castilla Vieja con el nombre de Fontagón. El hecho de que el embajador Hontañón comprase las propiedades de Villamezán y la granja de Pajares, así como el haber desplazado su residencia desde Calahorra, donde vivió con su segunda esposa, a Medina de Pomar donde acabó sus días y donde residió con su tercera esposa, así nos lo podría hacer pensar, pero no se ha encontrado ningún documento alusivo.
 
No solo desconocemos donde le posó la cigüeña, sino que tampoco sabemos quiénes encargaron el pedido, sus padres. Y demás antepasados. También, descartamos un origen judío o morisco de Mosén Pedro de Hontañón que podría ser una razón para ocultar su origen. Claro que, en este último caso, tengamos en cuenta que el converso adoptaba el nombre de su padrino. Y no parece ser el caso. Por los diversos documentos, conocemos alguno de los hermanos de Pedro de Hontañón: Martín, Juana, Elvira y Sancho. Tampoco tenemos la fecha de nacimiento que se suele deducir por otros actos.

Alfonso V de Portugal
 
La noticia más antigua encontrada del embajador en Navarra mosén Pedro de Hontañón es de finales de junio de 1480. Es la carta del rey Alfonso V de Portugal a los Reyes Católicos solicitando el perdón para todos los castellanos que lucharon a favor de Juana “la Beltraneja”. Allí estaba Pedro de Hontañón, para quien solicitaba el rey de Portugal que fuese restituido en el regimiento en Toledo. No es una unidad militar sino el gobierno municipal de la ciudad homónima. Ese regimiento le había sido concedido por el rey Enrique IV, por renuncia del adelantado de Galicia Fernando de Pareja. Los Reyes Católicos, finalmente concedieron a Hontañón ese regimiento de Toledo.
 
Ya que tenemos una fecha intentemos deducir el momento en que nació Pedro. Enrique IV murió en el año 1474 y fue este rey quien concedió el regimiento de Toledo a Pedro de Hontañón, lo que significa que tuvo que ser ese mismo año o en años anteriores. Hontañón estaba casado con una prima del adelantado Fernando de Pareja, por lo que tendrían relación. Además, ambos fueron partidarios de Juana la Beltraneja, hasta el punto de ponerse al servicio del rey de Portugal en su guerra contra los Reyes Católicos por el trono de Castilla. Otrosí, una vez muerto en Portugal Fernando de Pareja, Hontañón fue el encargado de solicitar la devolución de los bienes a su viuda e hijos. Ya en agosto del año 1475, los Reyes Católicos ordenan a Sancho de Velasco que secuestre los bienes, vasallos y heredamientos del adelantado Fernando de Pareja, lo que significa que el adelantado de Galicia ya formaba parte del bando contrario a los Reyes Católicos y, muy posiblemente, también militaría en ese bando Pedro de Hontañón.

Juana la Beltraneja
 
Dado lo dicho podemos entender que Pedro de Hontañón estaba muy bien relacionado entre los partidarios de Juana, de su difunto padre, y del rey portugués. Esta posición en la corte no se consigue de la noche a la mañana, como tampoco, posiblemente, se consiga siendo muy joven y por ello Hontañón podría tener en el año 1480 una edad próxima a los treinta años, quizá algunos más, por lo que debería haber nacido en torno al año 1450 o quizá antes. Quedémonos en que hubo de nacer a mediados del siglo.
 
Mosén Pedro de Hontañón, como ya saben, casó tres veces. En primeras nupcias con Catalina de Barca, prima del adelantado de Enrique IV en Galicia, Ornando de Pareja. Esta primera esposa fue confirmada por el testamento del embajador donde ordena un legado de 10.000 maravedís para dos sobrinos de su primera esposa Catalina de Barca. Esta entrega a los sobrinos de su difunta esposa indica que Catalina y Pedro no tuvieron hijos o, si llegaron a tener alguno debieron morir jóvenes, pues ni el embajador en su testamento nombra ninguno, ni aparecen en ningún otro documento superviviente.

Los reyes Católicos, Fernando e Isabel.
 
Desconocemos cuándo y dónde fue la boda. Seguramente este matrimonio se fraguó entre Fernando de Pareja y Pedro de Hontañón. Fernando era originario de las Mariñas en Galicia y dado que también Martin Hontañón de Angulo, el hermano de Perdo, fue corregidor de Betanzos, es posible que el matrimonio entre Pedro de Hontañón y Catalina de Barca se produjese en Galicia, en torno a 1474, tal vez antes, cuando el adelantado Pareja renunció a la regiduría de Toledo y le fue concedida a Hontañón. Sobre todo, porque tras la muerte de Enrique IV y comienzo de la guerra de sucesión castellana no sería factible.
 
En el año 1482 Hontañón se encontraba en Portugal, pero el 4 de enero de 1486, Elvira de Gotor y sus dos hijos Fernando y María, otorgan un poder a Pedro de Hontañón para que pudiese cobrar de los Reyes Católicos la libranza de 30.000 maravedís de juro, que se los dieron a Pedro de Hontañón en cuenta y pago de los maravedís de renta que Pedro debía haber recibido por el casamiento con Catalina de Barca, prima del adelantado Fernando de Pareja.

 
El 22 de diciembre de 1487 Pedro de Hontañón era contino (un tipo de enviado personal del rey, o espía) de los Reyes Católicos y así lo declaran los propios reyes en carta dirigida a Hontañón: “Don Fernando e doña Isabel &. A vos Pedro de Fontañón, contino de nuestra casa, salud e gracia, sepades que los diezmeros e recaudadores e otras persona que tienen cargo de acer e recaudar los diezmos e aduanas en los puertos de los nuestros reynos de Castilla e de León, de los que pasan a estos nuestros reynos”. Es posible que en esta fecha Hontañón tuviese ya el rango, o grado militar de coronel, pues este es el grado que le asigna Luis de Salazar. Actualmente el grado de coronel es el inmediatamente inferior al de general de brigada, pero en los siglos XVII y XVIII, el coronel era el grado inferior al de brigadier.

Enrique IV de Navarra
 
Ese año de 1487 cobró Pedro de Hontañón su quitación de contino. Cobró Hontañón 30.000 mrs. que parece ser el sueldo anual otorgado por los reyes. Según las cuentas de Gonzalo de Baeza, los años 1498 y 1499 cobró la misma cantidad que en 1487. En estas mismas cuentas aparecen dos partidas en enero del año 1493:
 
“Por otra cédula de la Reyna, fecha a 8-I del dicho año, a Pedro de Hontañon, contino, 151.000 mrs. t que los ovo de aver para comprar vn cauallo, por mandado de su Alteza, para dar al embaxador de Navarra”.
 
“Por otra cédula de la Reyna, fecha a 25-I del dicho año, a Pedro de Hontañon, contino, 15.000 mrs que su Alteza le mando dar para ayuda de su costa, del camino que fue por su mandado al reyno de Navarra”.
 
Pensamos que la cantidad de maravedís, de la primera de las dos partidas anteriores, equivalente a poco más de cinco años de quitación, no fuese solamente para comprar un caballo para dar a Hontañón, sino que tendría algunos objetivos más, pues no es posible que un caballo valiese cinco años de sueldo de un embajador. Por otra parte, sabemos que Fernando, el católico, concedió a Pedro Hontañón una renta vitalicia anual de 50.000 maravedís, por un albalá del 26 de julio de 1506, pues el 25 de julio del año 1509 dirige una real cédula ordenando al tesorero que se los pague a Hontañón. Cinco días después, el 30 de abril, el Rey envía otras dos cédulas al tesorero Francisco de Vargas, una de ellas, según parece, dándole el pago de los 50.000 mrs a Pedro de Hontañón y otra por la otra: “Licenciado Francisco de Vargas... Yo vos mando que de cualesquier mrs. de vuestro cargo deis é paguéis luego á mossen Pedro de Hontañon, á quien nos enviamos por nuestro Embaxador á Navarra, sesenta castellanos de oro, que los ha de haber para en cuenta de su salario.... Dada en Valladolid”.

Calahorra
 
Hontañón vigilaba las recaudaciones en su función de contino como sabemos que hizo en la cobranza de rentas del partido de Baza: “Según cálculos del citado Hontañón, receptor de todo el amplio distrito conquistado en el norte de las actuales provincias de Almería y Granada durante el verano de 1488, las franquicias de estos lugares provocaban una pérdida de 1.000 doblas, o lo que es lo mismo, de 445.000 maravedíes anuales”. Quiere esto decir que, ya desde el año 1488 actuaba como receptor en esas localidades de Granada.
 
Hontañón recibió donaciones de los Reyes Católicos en las localidades en las que ejercía de receptor de la cobranza de rentas: estas y otras posesiones le permitieron fundar mayorazgo. Tuvo pleito Hontañón por una parte de estos bienes, pues se había apoderado de ellos el gobernador de Baza nombrado tras la conquista, Enrique Enríquez, tío carnal del rey Fernando el Católico: Hubo un acuerdo entre Hontañón y Enrique para que este le devolviera sus bienes. Pero muerto Hontañón aún no le habían sido devueltos sus bienes y su nieta María de Hontañón seguía litigando con Enrique Enríquez de Guzmán, descendiente del tío del rey Fernando el Católico. (¡Tela!)

Vélez Blanco.
 
El 19 de agosto de 1489 obtuvo Pedro de Hontañón una de las mercedes reales otorgadas por la Corona en el término de Baza. La merced consistió en dos casas y una huerta por valor de 19.000 mrs. Es muy probable que el año 1511 todavía tuviese una de estas casas alquilada.
 
Sabemos que mosén Pedro de Hontañón formaba parte del Consejo Real en el año 1517, pero ya ejercía de consejero en el año 1508: " Sepan quantos esta carta de compromiso vieren como nos, Diego de Fuelles, señor de la villa de Autol, de la una parte, y mosén Pedro de Hontañón, contino e del Consejo del Rey nuestro señor y doña Aldonza de Puelles, muger del dicho mosén Pedro de Hontañón, de la otra ". En el documento siguiente se le nombra, señor de la villa de Soto de los Cameros, como en efecto lo era. Lo importante del documento, para este caso, es la fecha: 1518, enero, 7. Zaragoza.

 
Para el 8 de enero de 1493 Pedro de Hontañón está ejerciendo de ejercía de embajador de los Reyes Católicos en Navarra. No ha sido posible encontrar ningún documento anterior a esa fecha. Pedro de Hontañón ocupó el cargo de embajador hasta la integración de Navarra en Castilla e incluso continuó con los negocios de Navarra hasta el 30 de marzo de 1517, aunque esta fecha pudiera tratarse de un error, ya que el documento donde se cita es una carta de “Juan de Albret, rey de Navarra, a Pedro de Ontañón" y en esta fecha hacía ya más de nueve meses que había fallecido este rey. En el inventario realizado por su esposa Catalina Enríquez de Mendoza, en septiembre de 1525, de los bienes dejados por su marido, uno de los documentos enumerados es: "Otra carta e merced real fecha por Sus Magestades del Enperador, Reyna e Rey nuestros señores, al dicho mosén Pedro de Ontañón e a su hermano y herederos, para que puedan traer a la mano derecha de su escudo, las armas de Nabarra, fecha en Madrid en treinta de marzo de mil e quinientos e diez y siete años".

Toledo (cortesía de jmonproductions)
 
Por lo tanto, consiguió la regiduría de Toledo. No sabemos la fecha exacta pero quizá lo fuese desde su llegada a Castilla. Este gobierno lo confirma la real cédula del 2 de septiembre de 1494 cuando los Reyes Católicos ordenan al corregidor, justicia y regidores de Toledo, que abonen a Pedro de Hontañón su salario de regidor, aunque en esa fecha no podía residir en Toledo por encontrarse ejerciendo de embajador en Navarra. El tres de agosto de 1495, los Reyes Católicos le exoneran de residir en Toledo conceden licencia de residencia y comunican a la ciudad de Toledo que deberá seguir pagando a Pedro de Hontañón por su oficio de regidor en esa ciudad, aunque ya no residiese en ella.
 
Ese agosto de 1495 es casi seguro que Pedro de Hontañón viajase a Tierra Santa dadas las dos cédulas reales conservadas en Simancas, dirigidas a Martín de Salcedo (Procurador de la Custodia de Tierra Santa, en Jerusalén) y en las que se nombra a Pedro de Hontañón. Parece que pudo llegar a realizarlo, tal y como anuncia la reina Isabel la Católica en sus cartas a Martin de Salcedo, aunque hay cierto “amontonamiento” de fechas que pueden restar veracidad a este viaje. ¡Pero no digo que no lo hiciese, ojo!

Torre de Santacara (cortesía de Castillos Peninsulares)
 
La reina Isabel I de Castilla, la católica, otorga un poder el 19 noviembre de 1496 a Pedro Hontañón, en Burgos, para realizar el “asyento del casamiento de! marichal de navarra con mi criada doña mayor de cueva, hermana del duque de Alburquerque”. Supongo que se adoptó esa decisión porque Pedro fue alcaide de la fortaleza de Santacara en Navarra, desde septiembre de 1495 y continuaba siéndolo en abril del año 1496 y, según se deduce de dos cartas de la reina Catalina de Navarra, en noviembre de 1500 seguía siéndolo porque los navarros exigían la devolución de la plaza a Hontañón. Según esta carta, parece ser que estaba concertado que, pasados cinco años desde que Hontañón fue nombrado alcaide, este debía entregar la fortaleza a los navarros. No sabemos cuándo dejó Hontañón de ser alcaide de Santacara, pero en el año 1512 el alcaide no era Pedro.
 
Debemos saber que el Tratado de Valencia de 1488 restauró luego en parte el entendimiento entre los Reyes Católicos y Navarra. Y, el más importante cargo que Hontañón ejerció durante el reinado de los Reyes Católicos fue el de embajador en Navarra. Posiblemente, en un principio le nombraron embajador temporal en Navarra, pero el cargo se fue renovando. En la etapa final del siglo y en la primera del siglo XVI, Hontañón estuvo casi continuamente encargado de la representación de los Reyes Católicos en Navarra. La atracción de Navarra hacia la línea política de los Reyes Católicos, la posibilidad de entablar relaciones familiares sólidas, eliminar la influencia francesa fueron tareas que Hontañón acometió. El tratado de enero de 1494 es tenido por la “obra diplomática” suya. Durante mucho tiempo fue Hontañón el ejecutor principal de la política de los Reyes Católicos con relación al reino pirenaico y el representante ante los Reyes Juan y Catalina.

Soto de Cameros
 
Y, Hontañón, tenía tarea. Deben saber que la dinastía de los reyes de Navarra, reino peninsular principalmente, tenía que hispanizarse. Para ello su hija Ana y los otros hijos que pudieren nacer, tendrían que casarse con nietos de los Reyes Católicos, y si éstos no dispusiesen de ellos con personas que les fuesen aceptables. La neutralidad a que se comprometían se extendía a todos los demás señoríos de la Casa de Foix.
 
El 30 de julio de 1501, mosén Pedro de Hontañón, fue nombrado alcaide de la fortaleza de Vélez Blanco en Almería, con 100.000 maravedís de tenencia. También de la de Vélez Rubio. El periodo de tenencia de las villas, por parte de Hontañón, debió finalizar el 24 de julio de 1503 en que la reina Isabel la Católica ordena el cambio, o transacción de Cartagena, por los Vélez. Durante la alcaidía de Vélez Blanco y Vélez Rubio, Hontañón continuó como embajador en Navarra.

Medina de Pomar
 
En un protocolo del notariado de Baza, en enero de 1518, se denomina a Pedro de Hontañón señor de la villa de Soto de los Cameros y, en efecto lo fue, pero no de toda la villa sino de una parte de ella. En el inventario hecho por mandato de Catalina Enríquez de Mendoza en septiembre de 1525, de los bienes que fueron propiedad de su marido:
 
"Un prozeso y escriptura signada del dicho Cristóbal López, escrivano, entre el dicho mosén Pedro de Ontañón e Diego de Puelles, señor de la villa de Autor en que ay ziento e beinte oxas, e ynsertas en él ziertas executorias reales". "Una carta de benta, escripta en pergamino de cuero, signada de Cristóbal López, escribano real, otorgada por Diego Zapata como procurador de Diego de Puelles, señor de la villa de Autor, al dicho señor mosén Pedro de Ontañón, de la quinta parte de la villa de Soto e su aldea e términos e vasallos treinta e seis e medio, con los pechos, derechos, jurisdicción civil e criminal, alta, baja, mero misto ynperio, por precio de trescientos e treinta mil mrs, e más quantia de mrs ciertas sentencias arbitrarias e difinitibas e cartas ejecutorías y execución que se abia fecho en la dicha villa e aldea, es la fecha de la dicha carta, en la dicha villa de Soto a veinte días del mes de diziembre de mil e quinientos e ocho años”.

Iglesia de Santa Cruz de Medina de Pomar
 
Pedro de Hontañón tomó la propiedad de esta quinta parte de la villa, o sus treinta y cinco vasallos (sobraban uno y medio), el primer día de enero del año 1509, según se explica en una de las sentencias presentadas en el pleito que mantuvo el embajador Ontañón y su segunda esposa Aldonza de Puelles, por la legítima de esta, contra el hermano de ella, Diego de Puelles, señor de la villa de Autol (no Autor). Esa sentencia data del 14 de diciembre del año 1508 cuenta la causa de que el embajador Pedro de Hontañón fuese señor de la quinta parte de la villa de Soto de los Cameros. Diego de Puelles pagó a mosén Pedro de Hontañón la cantidad de medio millón de maravedís.
 
Una parte de los 500.000 mrs fue pagada con los 35 vasallos que Diego de Puelles poseía en Soto de los Cameros, con su jurisdicción civil y criminal, mero y mixto imperio y con todos los derechos. La sentencia es bastante reveladora porque nos dice la cantidad en que fueron valorados cada uno de los vasallos, 6.000 mrs. cada vasallo de Soto de los Cameros, haciendo un total de 210.000 mrs. El resto de la sentencia se pagó con otros bienes, como las casas de Calahorra en que vivían Pedro de Hontañón y su esposa.
 
Aldonza de Puelles y Pedro de Ontañón tuvieron una hija llamada Juana Ponce de Puelles y Hontañón que casó con Lope García de Porras, señor de la Casa de Porras de Virtus y Cidad.

Interior de la iglesia de Santa Cruz de Medina de Pomar
 
Cuando enviudó de Aldonza, Pedro, tuvo tratos carnales que derivaron en un hijo llamado Pedro de Hontañón, que hubo de nacer entre los años 1514 y 1516. Se sabe que seguía vivo en octubre del año 1525, cuando testó su padre. Se puede suponer que lo llamó Pedro porque no hubiese tenido hijo varón alguno anteriormente, por tener ya una edad avanzada -sexagenario-, y por no tener concertado su tercer matrimonio. Daba igual que el hijo fuera ilegítimo. Lo que no sabemos es si Hontañón tuvo algún hijo varón con de sus dos esposas anteriores.
 
Pudiera ser que hubiera tenido algún hijo varón con Aldonza de Puelles antes del 22 de abril de 1512 al permitirle la reina Juana I de Castilla a crear un mayorazgo. Claro que, este mayorazgo también podía corresponderle a una hija.

Tumba de Pedro de Hontañón
 
Casó Pedro en terceras y últimas nupcias con Catalina Enríquez de Mendoza, hija de Pedro de Mendoza y María de Zúñiga y Pareja. Era nieta de Fernando Pareja y seguramente nacida en Alcalá de Henares, donde estaban establecidos sus padres. Nació entre 1492 y 1498 -cuando muere su madre- al ser menor de edad en 1517. Casaría, por tanto, con Pedro de Hontañón a una edad entre los dieciocho y veinticuatro años. Estupendo si no fuese porque Pedro tendría más de sesenta y cinco años. El matrimonio duró ocho años, hasta la muerte del embajador. Por contrato entre los esposos, Catalina, recibió 20.000 mrs. cada uno de los años que duró su matrimonio y con ello no tendría derecho a los bienes que ya poseía Pedro ni a los que pudiesen generarse durante la convivencia.
 
¿Y esa maldad avarienta de Pedro? Entendamos que Catalina venía con dificultades económicas, pues el embajador hubo de pagar 5.000 mrs para desempeñar unas ropas que ella tenía empeñadas. Además, le regaló algunas joyas de oro, e incluso, algunas de las ropas que habían sido de su anterior esposa.
 
Vivieron en la calle Mayor de Medina de Pomar, lugar donde nacieron sus hijos Manuel (nacido en 1518) y Pedro de Hontañón (1519).

Escudo de Pedro de Ontañón
 
El embajador mosén Pedro de Hontañón testó en sus casas de Medina de Pomar, el 23 de octubre de 1524, otorgó un codicilo en el mismo lugar dos días más tarde y falleció el día 28 de octubre de 1524. Su futura viuda fue una de las testamentarias y tutora de sus hijos.
 
Mientras la todavía joven Catalina permaneciese viuda -Pedro la hizo prometer que le guardaría luto toda la vida- administraría y gobernaría los bienes de sus hijos. Pedro de Hontañón ordenó fundar un hospital con tres camas que supervisaría catalina. Claro que… la “donna e mobile” y Catalina se volvió a casar hacia las navidades de 1525 con Francisco de Mendoza. Seguro que su hijastra Juana de Hontañón estaría al quite de la herencia, y Manolito y Pedrito. Tampoco hubieron de preocuparse mucho porque Catalina murió siendo una precursora de la “violencia de género” al ser asesinada por su segundo marido en 1531 víctima de un ataque de cuernos.
 
Pedro de Hontañón dejó hecha una sepultura en la iglesia de la Santa Cruz de Medina de Pomar donde pidió enterrarse. Suponemos que después de cambiar de opinión sobre enterrarse en Soto de Cameros. La tumba medinesa tiene una cartela con un epitafio que, como todo en esta vida, contiene inexactitudes. Transcrita dice así: "Aquí yace el muy magnífico caballero don Pedro de Hontañón, contino y embajador, del consejo del muy alto y católico rey don Fernando y de la muy esclarecida y católica reina doña Isabel. Falleció el dicho embajador año de MDXXVI (mDXXbI en el texto) años, día de San Simón y San Judas y la muy magnífica señora doña Catalina de Luna Enríquez de Mendoza, mujer que fue del dicho embajador. Falleció año de MDXXII años, día de San Andrés”.

 
El apellido Luna de Catalina Enríquez y Mendoza es la única vez que lo leemos. Aunque su bisabuela paterna se llamaba María de Luna y quizá en recuerdo de ella se pusiese este apellido en el epitafio. La fecha de la muerte de Pedro resulta extraña al contener una “b” que se suele interpretar como “V” y, más aún, esa fecha de 1526, no es correcta. La fecha correcta es el día de San Simón y San Judas de 1524, día 28 de octubre, como se vio al hablar de su testamento y su fecha de muerte. Pensemos que, si fuese cierto, Catalina sería bígama. La fecha de fallecimiento de Catalina Enríquez de Mendoza tampoco es correcta debiendo ser el día 30 de noviembre de 1531.
 
En el folleto medinés para la visita de la iglesia parroquial de Santa Cruz, "Guía para su visita", firmado por el difunto Antonio Gallardo Laureda constan algunas imprecisiones como lo relativo a los escudos: “Como el de los Salinas, el zócalo o camera del sepulcro está adornado con escudos heráldicos. A la derecha del observador el de Enríquez de Mendoza y a la izquierda, el de los Hontañón”. El de la izquierda es el del embajador Hontañón con sus cadenas navarras en los cuarteles primero y cuarto. En los otros dos cuarteles vemos las armas del linaje Hontañón. El otro escudo volvemos a ver en el primer cuartel las mismas armas del tercero cuartel del escudo de Hontañón y en los otros cuarteles, las de Roza o Rozas, tal vez Salinas y las de Angulo. Podría ser de la anónima madre del embajador. Lo que no existe ninguna duda es que este escudo de armas no es del linaje Enríquez de Mendoza. La conclusión es que los dos escudos llevan las armas del embajador Pedro de Hontañón y, quizá, sus antepasados.
 
Otro de los errores de esa guía fue este párrafo: “Se refiere el epitafio a don Pedro de Hontañón y Salinas, embajador perpetuo de los Reyes Católicos en el reino de Navarra y Señor de Pajares, y a su mujer, doña Catalina de Luna Enríquez de Mendoza, hija de los Condes de Castro y prima, por tanto, de la reina doña Juana I de Castilla”. Tiene de todo. En ningún documento aparece un segundo apellido del embajador, ni que fuese Salinas. Ninguno de sus familiares conocidos lleva Salinas de primero o segundo apellido. Asimismo, en ninguno de los documentos consultados, Pedro de Hontañón se titula Señor de Pajares. Se titulan señores de Pajares algunos de sus descendientes, pero nunca el embajador Hontañón.
 

¡Vamos por más! Catalina Enríquez de Mendoza no fue hija legítima ni ilegítima de ninguno de los condes de Castro. Sus padres no fueron condes de Castro ni ninguno de los cuatro abuelos, ni los bisabuelos, ni tatarabuelos. Claro que Catalina casó en segundas nupcias con Francisco de Mendoza, bisnieto del primer conde de Castro. Catalina tampoco fue prima de Juana I de Castilla ni “sobrina del almirante de Castilla, abuelo del noble rey don Fernando de gloriosa memoria, rey de Aragón y Castilla”. Frase que procede de un testamento falsificado.
 
Por último, no fue Fernando el Católico quién le entregó las armas de Navarra para su escudo. Fue su hija Juana I de Castilla.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Los Hontañón. Pedro de Hontañón, embajador de los Reyes Católicos en Navarra. Sus matrimonios y decendencia”. Francisco Javier Polanco Muñoz.
“Medina de Pomar. Cuna de Castilla”. Asociación Amigos de Medina de Pomar.
 

domingo, 6 de octubre de 2024

Uriarte´s emporium

 
 
A mediados de julio de 1991 los villarcayeses grababan en su retina la explosión controlada de la fábrica de chorizos de URISA. Era el fin de una época más por la espectacularidad del acto que por los efectos del derribo sobre la realidad de Villarcayo. Ni siquiera simbolizó la caída de una familia, los Uriarte, porque no se produjo.

 
Una familia, un nombre, que ha sido mucho en Las Merindades durante el siglo XX. El nombre “uriarte” es, evidentemente, de origen vasco. Procede de Oba (Dima), en Vizcaya. Allá por 1825 nació Cristóbal Uriarte Amorrortu Lejarcegui Orobiogoitia, hijo de Manuel Uriarte Amorrortu y de María Antonia Lejarcegui Orobiogoitia, natural de Yurreta (en vasco: Iurreta) y vecina de Dima. Nuestro héroe nació en el caserío “Amorrortu”. Cristóbal Uriarte, con veinte años, emigra al valle de Valdivielso. Es 1845. Allí trabajará en la construcción del puente de piedra de Valdenoceda sobre el río Ebro. Parece que fue contratado porque sabía el oficio de cantero. El 21 de enero de 1850 se casa con Castora Andino, de Puentearenas. Les casó Eusebio Uriarte, cura beneficiado de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Dima. Entiendo que porque era familiar del novio.
 
Cristóbal es el fundador de la rama de los Uriarte de Villarcayo, los Uriarte burgaleses. Él y Castora fueron padres de Martín, Isidra y Petra. Estas dos hermanas se dedicaron a la hostelería: taberna, fonda, hotel... Isidra, su fonda, era conocida como “de la vizcaína”. Martín Uriarte casó con Clementina Gómez y tuvieron cuatro hijos: Valentín, Fausto, José y Juana. Estos cuatro hermanos -la segunda generación de uriartes de Las Merindades- trabajarán en el negocio de los embutidos. Supongo que, dado lo que recoge el “Anuario del comercio, la magistratura y la administración”, lo hacían por tradición familiar al presentarnos la carnicería de “Viuda de Valentín Uriarte”. Valentín Uriarte Andino debió fallecer antes de 1900 y, por eso, el cambio de nombre de la carnicería. Los hijos de Martín crearon su primera fábrica de embutidos en una casa de la plaza Santa Marina. Luego se separarán.

 
Juana se casó con Aurelio López, alias “El Americano”, que había estado en Méjico durante muchos años y era propietario de la finca “La Lechosa”, en Manzanedo. Trabajarán en Medina de Pomar. Juana falleció el 19 de abril de 1946 a los 52 años y será enterrada en Villarcayo. Valentín Uriarte Gómez, casado con Ascensión Rubio Martínez (1885-1969), fabricó embutidos bajo la marca "La Predilecta” en la actual calle de Calvo Sotelo. La tercera y cuarta plantas del inmueble se emplearon como secadero y el patio como obrador. Consta su existencia ya en 1911. Fausto Uriarte, casado con Susana Guerra Porres, trabajó con la marca "La Fama” (irónicamente adquirió también fama gracias a las notas de prensa sobre los incendios en ella). Fausto falleció el 7 de julio de 1959 con 69 años de edad. El último hermano, José Uriarte Gómez, casado con Silvana Aguirre, creó su fábrica de chorizos con el nombre "La Villarcayesa”.
 
Ascensión Rubio Martínez era descendiente de Félix Martínez Diez, conocido como "el Chisco", y héroe de la guerra carlista de 1833 a 1840. Valentín y Ascensión fueron los únicos que tuvieron hijos: Teófila, Hipólito, Jesús, Adolfo, Lorenzo, Ricardo, Valentín, Clementina, José Martín, María Teresa y Manuel. Quizá esto les permitió diversificar sus negocios -o les obligó a ello- y entrar en sectores como la agricultura, la construcción o la ganadería. Cuentan que enviaban importantes cantidades de ovejas desde Villadiego y Sedano a Barcelona, a través de la estación de Ferrocarril de Miranda de Ebro.
 
También tocaron el sector del transporte de personas por carretera. Cuando la administración saco a concurso la explotación del servicio Burgos, Villarcayo y Espinosa de los Monteros, Valentín Uriarte Gómez lo solicitó. Consigue esa adjudicación la sociedad “Villarías y Cía.” formada por Enrique Martínez, Gregorio Villarías y Valentín Uriarte. Quizá fuese Gregorio el que aportase el conocimiento del sector porque nos consta la existencia, a finales del siglo XIX, de una empresa de diligencias a Bercedo propiedad de Eugenio Villarías. Sus catorce primeros autobuses son importados de Alemania, unos Mercedes, y con ellos los chóferes. Estos conductores permanecen el tiempo suficiente para formar a los trabajadores de la empresa. Esta empresa pudo irse al garete cuando, en 1922, hubo un incendio en sus instalaciones de Horna. Villarcayo no tenía gasolinera por lo cual esta compañía guardaba bidones de gasolina en su nave. La marca Mercedes dice a Valentín Uriarte que no debe preocuparse porque "...cuando se queman Mercedes, se soluciona con más Mercedes..." que le son financiados por la central de esta marca. Y, por supuesto, construyen nuevos talleres. Nos sigue contando Manuel López Rojo que, a resultas de ese accidente, Valentín Uriarte Gómez promovió la construcción de una Estación de Servicio en el centro de Villarcayo y que, en 1930, Valentín Uriarte y sus hijos toman el control de la empresa de autobuses. Surge “Autobuses Uriarte S.R.C.”. Valentín, también, fue adjudicatario de las novilladas de las fiestas de Villarcayo y sus autobuses trasladaban a los aficionados a la feria de Villarcayo desde distintos pueblos cercanos. Este 1930 se autoriza a Fausto Uriarte Gómez a instalar un matadero particular en su fábrica de embutidos.

 
Por su parte, según nos cuenta el “Diario de Burgos”, Valentín Uriarte trasladó su fábrica -que no la carnicería- en 1920 a las afueras de Villarcayo, a Horna. Fundó la comercial “Uriarte-La Predilecta” con la razón social de URISA, en tres fases. En 1930 hizo la primera ampliación, hacia el año 1938 instaló el matadero industrial, y la extensión definitiva se realizó hacia 1962. De media docena de trabajadores pasó a tener en sus mejores tiempos más de cien. Fabricaron chorizo, jamón, lomo, salchichón, mortadela, foie-gras, costillas... Estos productos se vendían en casi toda España. Hubo depósitos fijos en Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Málaga y Canarias, entre otros lugares y, también, exportaban. La fábrica fue heredada por los once hermanos, aunque sólo cuatro de ellos se dedicaron a ella por completo. La guerra de 1936 a 1939 requisó la mayoría de los autobuses y reclutó a cinco de los hijos de Valentín Uriarte Gómez.
 
El grupo empresarial familiar llegó a emplear a más de 200 trabajadores en la década de 1970 lo que da idea de su relevancia en una localidad que en esa época no superaba los 4.000 habitantes. Pero como el perro flaco que se llena de pulgas nos encontramos con más incendios entre los charcuteros de Villarcayo. Así en 1982 se declaró un incendio en una de las cámaras frigoríficas de la fábrica, la número cinco, perdiéndose 20.000 kg de carne de cerdo valorada en unos 2.750.000 pts. de 1982. Los daños en la cámara fueron de unos 2.000.000 pts. Todo fruto de un cortocircuito que prendió en el corcho de la cámara y generó una gran humareda. La crisis de esa década (1981-1990) afectó a este tipo de empresas familiares y la fábrica dejó de funcionar en 1984. Mucha gente quedó sin empleo, no sólo los trabajadores fijos sino también otros empleos que se crearon alrededor de la empresa como complementarios. El cadáver de esta empresa pervivió hasta la década de los noventa cuando la Comisión Liquidadora de URISA subastaba la maquinaria, los útiles, las herramientas y el mobiliario de oficina. Una vez exprimido al máximo los restos del negocio quedaba el solar. Claro que había un problema: el edificio. Que había que eliminarlo. ¡Nada de memoria industrial ni zarandajas!

 
El derribo, mediante voladura controlada, afectó a la nave principal de la fábrica, el secadero de 30 metros de altura. Se encargó la empresa de explosivos de Antonio Rey. Colocaron 250 barrenos de goma-dos en los pilares y vigas principales, en el nivel superior colocaron 100 barrenos y luego repartieron la carga con medio cartucho (75 gramos). Mediante detonadores secuenciales progresivos de medio segundo el edificio empezó a caer por una de sus puntas, derrumbándose por completo con disparos consecutivos.
 
En los 15.000 metros cuadrados aproximados de la fábrica de embutidos Uriarte se proyectó una promoción de viviendas con a una zona verde central con piscina, pista deportiva y zona infantil. No resultó como inicialmente se esperaba.

 
Valentín Uriarte Gómez había fallecido en Villarcayo el día 16 de julio de 1947 a la edad de 63 años. La empresa de autobuses, por cuestiones legales, pasó a llamarse “Viuda e hijos de V. Uriarte S.R.C.”. La flota de autobuses alcanzó hasta treinta unidades. Este era un sector de alta demanda en Las Merindades y, por ello, reiteradamente habrá que defender los derechos de la concesión ante nuevos proyectos de líneas regulares de autobuses. Por supuesto, también se ampliaron los recorridos.
 
Teófila Uriarte, la mayor de los hermanos, estuvo al frente de la gestión de los diversos negocios. Hipólito, Jesús y Ricardo gestionan los embutidos “La Predilecta”: Hipólito, en compras, relaciones públicas y ventas; Jesús en administración, gestión contable, facturación y finanzas; y Ricardo en personal, mantenimiento de las instalaciones y en todo lo relativo a la producción de productos cárnicos. Hipólito (fallecido en 1986 y enterrado en Villarcayo) fue también gerente de la empresa y presidente del consejo de administración de ANSA. Manuel Uriarte, en el negocio de transportes, era responsable de los talleres y mantenimiento de la flota, y también de la adquisición de nuevos vehículos. Adolfo Uriarte Rubio se ocupaba de “La Villarcayesa”, propiedad de su tío José Uriarte Gómez, y Valentín Uriarte Rubio, lo hizo en “La Fama”, propiedad de Fausto Uriarte Gómez.

 
“La Villarcayesa” sigue produciendo chorizos hoy en día, pero lejos de la población que identifica su nombre. Está en Santander y es dirigida por los descendientes de Ricardo Uriarte: Ricardo y Fausto Uriarte González, que serían los uriartes cántabros. La fundaron el mismo año de la quiebra de “URISA”. El proceso de fabricación en la fábrica santanderina sigue empleando métodos tradicionales, conocida por el adobo de sus productos cárnicos, entre los que destaca el lomo, el chorizo, la panceta o la costilla. Los hermanos Uriarte presentaron en el año 2000 un proyecto que obtuvo el beneplácito de la Consejería de Agricultura y Ganadería de Cantabria, levantando un complejo industrial en el Polígono de Cros (Camargo).
 
A pesar de trabajar en el sector de las gasolineras, en 1955, “Viuda e hijos de V. Uriarte S.R.C.” recibe autorización para tener un depósito subterráneo de 7.500 litros de gasóleo en sus instalaciones para uso de sus autocares. En 1957, dicha empresa se fusiona con “Autobuses La Estrella S.A.” dando origen a "Autobuses del Norte S.A.-ANSA". De la gestión de esta empresa se encarga el hijo menor de Valentín Uriarte Gómez, José Martín Uriarte Rubio, junto a un representante de la extinta “Autobuses La Estrella S.A.”. Eso no fue óbice para que otros hermanos estuviesen en el consejo de administración de ANSA, como Jesús Uriarte Rubio (y en el de URISA). José Martín Uriarte, licenciado en derecho, se había casado un año antes con María Concepción López Sainz de Rozas, hija de Ángel López García, alcalde de Villarcayo en el año 1936. El convite se celebró en el hotel “La Rubia” y en su viaje de novios visitaron la Costa Azul y Suiza. ¡Toma nivelazo! En 1960 y 1964, a iniciativa de José Martín Uriarte, la familia construye las Estaciones de Servicio de Bercedo de Montija y Entrambasaguas de Mena, creándose la Sociedad “Estación de Servicio San Miguel S.L.”. Allí paraban los autobuses de ANSA.

José Martín Uriarte y María Concepción López
 
José Martín Uriarte Rubio alcanzará la Presidencia de la Patronal de Servicios Discrecionales de Transporte de Viajeros de España en el año 1971 y estará hasta 1977, y en 1986 es designado Consejero Delegado, por el Presidente de RENFE, Alejandro Rebollo, de la Sociedad Internacional de Transporte de Viajeros-SAIA, lo que le obligaba a viajar constantemente por Europa, ya que esta empresa es titular de numerosas concesiones de transporte internacional de viajeros, que unen España y Portugal con Francia, Alemania e Inglaterra. José Martín, junto a otros socios, creó en 1995 la Sociedad “El Transbordador de Vizcaya S.L.", titular de la concesión para la explotación del Puente Colgante.
 
ANSA, GETSA, VIACARSA, La Predilecta, estación de servicio San Miguel son alguna de las referencias vitales y sentimentales de Las Merindades que siguen presentes o vivas en nuestros recuerdos. Cómo la familia que ganó sus sueños dejándonos una dilatada historia de la que estas líneas sólo son una somera descripción.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Villarcayo. Capital de la comarca Merindades”. Manuel López Rojo.
www.lavillarcayesa.com
Periódico “Cantabria económica”.
Blog “Las Merindades en la memoria”.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “El Castellano”.
“Anuario del comercio, la magistratura y la administración”.
“Anuario Riera”.