Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


martes, 7 de mayo de 2013

Luchando contra molinos en Loma de Montija.

En el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (de Pascual Madoz (1806-1870)) lo define de la presente forma:

“L. en la provincia, diócesis, audiencia territorial y e.g. de Burgos (17 leg), partido judicial de Villarcayo (3 Leg), y ayuntamiento titulado dé la Merindad de Montija (1/2 Leg). Sit. en una pequeña cuesta a manera de loma, con clima húmedo y frío a causa de reinar el viento N; las enfermedades que más comúnmente se padecen son dolores de costado, toses y afecciones de pecho. Se compone de 32 CASAS; escuela de primeras letras concurrida por 17 niños, cuyo maestro disfruta la dotación de 450 reales; una fuente de excelente calidad en el término y una iglesia parroquial (Sta. Maria) servida por un cura párroco y un sacristán, siendo aquel de patronato de tres particulares. Confina el término N. Edesa; E. Villasante; S. Villalázara, y O. Cuestahedo. El TERRENO es de segunda y tercera clase, bañándolo el río Trueba que nace en el sitio de este nombre, y corre por Barcenas y por la izquierda de Espinosa de los Monteros; en dicho terreno se encuentran dos deh. poco pobladas. CAMINOS: los que dirigen a los pueblos limítrofes en mal estado por el mucho lodo de que siempre están llenos, a causa de ser el terreno muy húmedo. CORREOS: la correspondencia se recibe de Villarcayo por el correo que pasa a Santoña, el cual deja aquella en Villalázara, llega y sale los domingos, miércoles y viernes. PRODUCTOS: trigo, centeno, habas, maíz y algunas legumbres; ganado lanar, vacuno y yeguar; caza de perdices, liebres, lobos, corzos, jabalíes y zorros; y pesca de truchas, barbos, anguilas, nutrias y cangrejos, INDUSTRIA: la agrícola y dos molinos harineros en buen estado, POBL. 14 vecinos, 52 almas. CAP. PRODUCCIÓN PRINCIPAL: 278,600 reales IMP. 25,694.”
Loma de Montija (Burgos)



En 1894 el “Indicador general de la industria y el comercio de Burgos” nos habla de los molinos de Trifón Gómez, veterinario y profesor. Destaco lo de los molinos porque este será el tema de esta entrada.

Presentamos el caso que se expone en las “Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España con inclusión de los reales decretos, ordenes, cedulas aranceles y ordenanzas expedidas para su gobierno y fomento” Tomo XXXIII por don Eugenio Larruga.

Se produce durante el reinado de Carlos III de Borbón (1716–1788), que fue, sucesivamente, duque de Parma entre 1731 y 1735, rey de Nápoles y rey de Sicilia de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte.

Rey Carlos III

Son unos años de regeneración del País, con un rey que hoy definiríamos como más europeo, apoyado en los ilustrados y su confianza en la razón humana. Estos eran firmes partidarios de la educación y del progreso, es decir del enriquecimiento del saber y de la progresiva mejora de las condiciones de vida de todos los seres humanos.

Criticaron la organización económica, la falta de libertad para comprar y vender y defendieron la propiedad y la libertad de comercio e industria. Las ideas de La Ilustración calaron en una minoría de intelectuales españoles pertenecientes a la baja nobleza y a la burguesía que, centraban sus actividades en profesiones liberales: médicos, abogados, escritores y actividades industriales y comerciales. La preocupación básica de los ilustrados era encontrar soluciones a la decadencia española. Y para ellos la causa de la decadencia era económica.

Sólo dando un nuevo tono a la actividad económica se podrá dar una nueva vitalidad al país. Fue un balance positivo: Se limitó el nepotismo y la corrupción en la administración, se impulsaron reformas de tipo económico, se apoyaron propuestas y proyectos para el progreso de la instrucción pública, para el saneamiento de las ciudades o para la mejora de la red de calzadas. También se defendieron las prerrogativas del Estado frente al clero y se animó a los súbditos a desarrollar las actividades económicas, agrícolas e industriales, rompiendo con el viejo prejuicio de que era deshonroso su ejercicio.

Los ilustrados enviaron técnicos al extranjero, organizaron expediciones científicas y promovieron las publicaciones técnicas. También se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País que se extenderían por muchas provincias para estudiar y determinar la situación de cada una de ellas, fomentar la agricultura, el comercio y la industria, traducir y publicar libros extranjeros e impulsar la difusión de las ideas fisiócratas y liberales.

Se instó a los súbditos a desarrollar un trabajo productivo, declarando honestas las profesiones manuales y el comercio.

Este es el entorno general, pasemos al lío de los molinos.

Tenemos a Don Gerónimo Marcos Vallejo, de Villasante, con derecho a dos ruedas de molino en el arroyo de San Vicente que fabrica en 1769, moliendo el grano del territorio. Lo repara en 1770 y otra vez en 1775. En esa última reconstrucción realiza varias reformas. ¿Qué reformas? Bueno, buscó aumentar la producción de abatanado de lana de Las Merindades. Este empresario quería recoger esa lana que salía de la comarca hacia molinos en Frías o Vega de Pas. Hoy diríamos que vio el hueco en el mercado y actuó.

Por supuesto, como hoy, se acercó al poder a pedir ayudas (Lo típico: o dinero o monopolio zonal u otras) y justifica la viabilidad de su empresa explicando las instalaciones, la continuidad de la fuente de energía y el efecto primario de su negocio para el desarrollo de la industria y el trabajo en la merindad. Recordemos que esto era una de las obsesiones de la monarquía de Carlos III. Incluso don Gerónimo carga las tintas y resalta que si le privilegian manarán ríos de leche y miel.

Con ello, insiste en la construcción de una hendería para aprovechar el agua que salía del circuito de moler y abatanar. Parece ser que se refiere a una herrería u otro taller relacionado con el hierro. La administración de entonces no era como la de hoy y decidieron que construyese y luego volviese a pedir.

Además le surgen otros problemas: intentan paralizarle las obras. La estrategia la ejecutan don Narciso José de Salinas, abogado de los Reales Consejos, vecino de Villanueva de Mena y don Benito García, de Loma. Aducen que la nueva represa inundará tierras de su propiedad y del Duque de Frías lo que provocará hambruna y muerte de animales y gentes. Insisten en la pérdida de valor de sus terrenos y en el daño producido por el lucro cesante, adornado con la mención a un poderoso y lo rematan diciendo que el proyecto presentado por don Gregorio adolecía de graves inexactitudes, por no decir mentiras. Remataban su movimiento subrayando que no se había sacado la licencia de obra del ayuntamiento de Loma, y supongo que tampoco pagado sus tasas. Pero fijémonos que en la trama se presenta don Diego Pacheco Téllez-Girón Gómez de Sandoval, el duque de Frías y posteriormente afrancesado, miembro de la alta nobleza, grupo que no comulgaba con las ideas ilustradas. No digo que Diego Fernández de Velasco fuese reaccionario, pero lo parece.

¿Dónde presentaron su demanda? Ante el Juzgado de lo Civil de entonces. La Junta solicitó informe al intendente de Burgos que delegó en el Corregidor de Villarcayo que era el Juez de Letras más cercano. Concluyó que todo era mentira y que la nueva industria favorecería al territorio y al libre mercado al crear competencia en un sector monopolizado de facto. La teoría económica dice que eso baja los precios.

Vale, un enemigo derribado y surge otro. Don Juan José Ortiz de Bustamante, vecino de Villalázara, presenta que tiene un molino harinero y que ya en 1772 denunció a don Gregorio por intentar restringirle el agua. Fue acompañado en la demanda por don Narciso José de Salinas y don Benito García en defensa del duque de Frías... Y continuaban a la fecha en pleitos sobre aquel asunto. Lo que diríamos hoy una parte interesada. Indicó que Gregorio había recrecido una presa, la había trasladado arrollo abajo y que tras ello su molino, el de Juan José Ortiz, quedaba inutilizado durante el estío. (Genial para Gerónimo).

Pero no solo alegó eso sino que denunció la amistad existente entre el corregidor de Villarcayo y Gerónimo Marcos Vallejo.

¿Quién tenía razón?

Bueno, el intendente de Burgos informa que ya se previó la existencia de tramas para obstaculizar el proyecto de molino. Y que era de interés para la nación su desarrollo.

Si quieren pueden leer el documento original y fijarse en el cambio de nombre del molinero.













Bibliografía:
Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España. Tomo XXXII por Eugenio Larruga.
Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de Pascual Madoz.
Indicador general de la industria y el comercio de Burgos de 1894.

2 comentarios:

  1. Interesante historia molinar. AL final lo de siempre, nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.
    Me ha gustado mucho.
    Saludos,

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  2. Realmente lo tiene todo: Guerra industrial, preservación de privilegios, protoecologismo, tráfico de influencias y nepotismo... y mucho, pero mucho, cainismo.
    Qué se le va a hacer, somos así.
    Un abrazo.

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