Alfonso III quien
dio significado al concepto de Reconquista con un talento político insuperable.
Frente a él un emirato de Córdoba que dominaba la mayor parte de la Península.
Luego estaban los Banu-Qasi, momentáneamente sumisos a Córdoba, y los condados aragoneses
y la marca hispánica carolingia. Al norte Asturias con distintos tipos de
territorios: los controlados políticamente, los objeto de repoblación y los que
estaban bajo presión militar musulmán. Y, además, era la sociedad más dinámica.
Escultura portuguesa de Alfonso III |
¿Por qué era la más
pujante? ¿Qué es lo que hace a una sociedad más expansiva que otras? Aquí
entran factores demográficos (mucha población en poco sitio), económicos,
sociales (mayor libertad de los colonos), políticos y culturales (Mozárabes que
huyen del sur moro al ver a Asturias alternativa al islám) que vale la pena
mencionar, para entender mejor las cosas. Tal como lo hemos explicado lo
entendió Alfonso III y estructuró el mensaje: La reconquista de la hispania
perdida. Y ése fue el mensaje de las tres crónicas que Alfonso III ordenó
redactar: la Albeldense, la Profética y la De los Reyes Visigodos.
Alfonso III será
coronado con 18 años (14 para otros autores) venía de gobernar la difícil
Galicia y dirigido la repoblación de extensas áreas de Orense. Su padre Ordoño
había preparado lo impensable: un sucesor hereditario. Pero las viejas inercias
influyeron y un conde gallego (¡Gallego!), Fruela Bermúdez, de Lugo, se alzara
en armas y ocupara el trono.
Genealogía de Alfonso III |
El joven rey se vio
obligado a abandonar Oviedo; buscó refugio en Castilla, la tierra del conde
Rodrigo. Desde Castilla, Rodrigo reunió a sus huestes y marchó sobre Oviedo.
Los hombres de Fruela, al ver al ejército de Rodrigo con Alfonso a la cabeza,
abandonaron el campo. El conde de Lugo trató de huir pero atrapado fue
“eliminado”. Inmediatamente después de la rebelión del conde de Lugo surgen
otros levantamientos en tierras vasconas encabezados por magnates locales.
Uno de esos magnates
se llamaba Eilo o Egylon. Lo sabemos porque Alfonso fue allí, venció y sometió
a los insurrectos, y al tal Eilo se lo trajo cautivo a Oviedo como señal de
triunfo. Una vez más, con Alfonso estaban también en aquel trance sus fieles
caballeros y, en cabeza, Rodrigo de Castilla. Suyo, sí. Heredados de su padre, rey
al que sus parientes (hermanos, cuñados o lo que fueren) Gatón y Rodrigo,
condes del Bierzo y de Castilla respectivamente, debían de guardarle una
fidelidad a toda prueba. Y Ordoño daba a las fidelidades personales una
importancia fundamental: Gatón sale derrotado en el Guadacelete y Rodrigo en La
Morcuera, manteniendo sus prebendas. Por cierto, no consta que Alfonso III
tuviese hermanos, por si a alguien le suena la leyenda de que cegó a sus hermanos
traidores.
Y por encima de
todos estos leales, Rodrigo, el conde de Castilla, que ve cómo su jurisdicción
castellana se engrosa con un nuevo cometido: Álava, un territorio hasta
entonces difuso que pasaría a ser condado singular dos años después, cuando
muera Rodrigo.
¿y qué hacía el
emir de los creyentes? Muhammad tiene un objetivo: frustrar la repoblación al
sur de la Cordillera Cantábrica, y especialmente en las desguarnecidas tierras
castellanas y alavesas. Así se suceden las aceifas moras por tierras de Alava y
Castilla en 867 y 868, que coinciden con tensiones dentro de Asturias. Tratará
de sacar tajada de la bisoñez de Alfonso III atacando, infructuosamente, León y
el Bierzo.
Pero... ¡Vaya con el bisoño! Pacificado el
interior , Alfonso III actúa para:
- Afianzar la repoblación en las áreas donde ello es posible y avanzar sin desmayo hacia el sur: Portugal, el Duero y confirmación de presuras campesinos y de monjes. La conquista de Deza y Atienza cierra las incursiones de los moros al norte y la repoblación, en Castilla, podría seguir avanzando al sur de Alava, Burgos y La Rioja no se detiene. Tras la desolación de los años anteriores por las aceifas, la vida bombeaba a ritmo constante en Castilla. Consta, por ejemplo, que en el año 872 hay movimientos en la abadía de San Martín de Escalada, en el norte de Burgos, y se menciona expresamente al conde Rodrigo.
- Debilitar al emirato explotando al máximo las rivalidades dentro del campo musulmán: Pactos con los sublevados de Mérida (el muladí Ibn Marwan) y con los Banu-Qasi del Ebro, dejando al emir de Córdoba literalmente rodeado de enemigos.
- Alianzas con las coronas cristianas: Alfonso contrae matrimonio con una hija de la casa de Pamplona. Sancha Jimena Amelina Garcés es hija del rey de Navarra García Iñiguez I, el mismo que había sido secuestrado por los vikingos y que había orientado su política hacia la alianza con Asturias. Tenía veintiún años en el momento de su matrimonio (en 869), dará a Alfonso seis hijos, cinco varones y una mujer: García, Fruela, Ordoño, Gonzalo, Ramiro y Sancha. Tres de ellos llegarán a reinar.
- Militar: resistir, primero, y acosar después al emirato, hasta conseguir que la iniciativa guerrera pase al bando cristiano: Victoria de Polvoraria (Benavente)... En sólo diez años Córdoba pedirá una tregua. Esta tregua de 878 fue el mayor triunfo político del reino de Asturias en toda su historia. Alfonso la aceptó. Duraría tres años. Tres años en los que el rey de Asturias, por supuesto, no iba a estarse quieto. Por eso se ganó el apelativo de El Magno.
La morisma pedía
una tregua ¡la primera! Y Asturias no iba a desperdiciar la ocasión. Una tregua
solo es un alto en las hostilidades que sirve para preparar la guerra. Alfonso,
que tenía todos los triunfos en la mano y era perfectamente consciente de su
superioridad, impuso las condiciones: tres años de tregua y una fortuna en oro
por la libertad de Hasim, el primer ministro del emir, preso en Oviedo desde
varios meses atrás. No obstante, Muhammad no pagará ni un dinar; será Hasim quien
tenga que pagar íntegro su rescate. Alfonso, rey de un estado sin moneda, pidió
cien mil dinares de oro que le pareció una cantidad brutal... y para Hasim que
le resultó muy difícil pagarla, aún siendo andalusí. Dejó en Oviedo a dos
hermanos, un hijo y un sobrino como rehenes mientras reunía el dinero.
Córdoba heredó el
sistema económico de la época goda, asentado sobre una red de comunicaciones,
centros urbanos y áreas de producción que venía de tiempos de los romanos.
Había riqueza, el dinero circulaba y la fértiles vegas del Guadiana, el
Guadalquivir, el Ebro y el litoral mediterráneo garantizaban una cierta
abundancia. Incluso había empezado a nacer, al calor de los centros urbanos,
una incipiente industria que ya era algo más que artesanal. Hoy sería el primer
mundo, como podía serlo el Imperio bizantino.
¿Asturias? Era un mundo agrario y
ganadero, sin otros bienes en circulación que los productos del campo, con
explotaciones orientadas a la subsistencia de pequeñas comunidades, con una red
de comunicaciones muy limitada (porque las grandes calzadas romanas quedaban al
sur de la Cordillera Cantábrica) y sin moneda propia acuñada (la única moneda
que seguía circulando eran los sueldos de plata que introdujeron los francos
cuando Alfonso II, y otras piezas de menos entidad). Puritito tercer mundo,
pues.
Y ¿cómo era tan
pujante? Verán, la forma en que se colonizan los territorios dará lugar a una
sociedad de pequeños y medianos propietarios donde prácticamente todo el mundo
tiene una casa, un huerto y un solar. Hay bienes comunales (los montes, los
pastos…) que afirman la identidad de los grupos de pobladores frente a los
vecinos, frente a los forasteros y también frente al poder. León y Castilla
Vetula, Las Merindades, Castilla en general (no tanto Galicia) no tendrán un
feudalismo como el resto de la Europa cristiana. Añadamos que la esclavitud
prácticamente ha desaparecido por la influencia de la Iglesia y porque el
modelo de asentamiento es el familiar.
Por supuesto, el
que algo quiere algo debe dar y para defenderse (y proteger el reino) nos
encontramos con los campesinos en armas: propietarios pequeños o medianos que
pueden costearse un caballo y una lanza y que prestan servicios de guerra. Se
los conocerá oficialmente como Caballeros Villanos. Esta sociedad será la
apuesta regia que garantiza su autoridad sobre el conjunto de la comunidad
cristiana. Más adelante la nobleza fastidiará la idea pero.... Ahora, Alfonso
pone sus deseos repobladores en Zamora, Benavente, en Bricia y Sotoscueva.
¡Bendita tregua!
¿Más? Sí; en 880,
un fuerte temblor de tierra sacudía Andalucía causando estragos en la misma
Córdoba. Y en la serranía de Ronda había surgido un nuevo líder rebelde, Omar
ben Hafsún, un muladí de origen godo que se había hecho fuerte en el castillo de
Bobastro. Secundado por centenares de muladíes, mozárabes y hasta bereberes, Omar
había empezado una sublevación contra la aristocracia árabe que daría mucho que
hablar. ¿Por qué había tantos problemas internos en la rica Córdoba? Por la
división social, mandaba la élite árabe que odiaba a mozárabes, muladíes y
bereberes (que se odiaban entre sí) y a su vez todos estos odiaban a los
árabes.
El conde Rodrigo ha
muerto en 873. Castilla se extiende ahora sobre tres condados. El hijo de
Rodrigo, Diego Rodríguez, gobierna desde La Bureba hasta Oca; la zona norte, en
torno a Amaya, está bajo la jurisdicción del conde Munio Núñez, muy
posiblemente nieto del de Brañosera y Álava, queda bajo el gobierno del conde
Vela Jiménez. Los tres condes fronterizos han levantado sendas fortificaciones:
Munio ha fortificado Castrojeriz, que cierra la entrada a tierras leonesas;
Diego ha construido un castillo en el desfiladero de Pancorbo, y Vela ha hecho
lo propio en Cellorigo, que es la entrada a la Hoz de la Morcuera, de modo que
el paso hacia Álava queda también cerrado. Al este, la frontera navarra está
matrimonialmente tranquila.
Los años de paz
terminaban en 881, que era la fecha esperada. Ni Alfonso ni Muhammad ignoraban
lo que ocurriría después. Ambos se habían preparado para la guerra. La empieza
el emir atacando Galicia por mar y responde duro Alfonso. No es cuestión de
relatar la epopeya total de Alfonso III pero si nos centraremos en los efectos de
todo este lío en Las Merindades.
Muhammad no podía
callar ante la osadía de Alfonso en el valle del Guadiana. Lo hizo en la
primavera de 882. Preparó un ejército de 80.000 hombres a las órdenes de su
hijo Al-Mundir y puso a su lado a Hasim ibn Abdalaziz, el ministro que había
estado cautivo en Oviedo y que sin duda guardaba deseos de venganza, con el
objetivo de arrasar Castilla. Primero atacó a los Banu-Qasi. Pero Ismael, el
Banu-Qasi que había sido huésped del príncipe Ordoño, aguantó la embestida.
Tampoco lograron tomar Tudela, donde se había encerrado Fortún, hermano del
anterior. No llegaron, como era evidente, hasta Las Merindades, luchándose en
la zona de La Rioja, Pancorbo, Cellorigo... solo tuvo éxito contra la medio
construida fortaleza de Castrojeriz. Ahora se abría ante ellos la gran llanura
que lleva hasta León y Astorga. Y terminando de una forma especial que traería
cola. A partir de ese momento se inauguraba un largo periodo de paz entre
Córdoba y el reino de Asturias. Una paz que definiríamos como “guerra fría”
pero paz.
Castillo de Castrojeriz (Cortesía de Castillos del olvido) |
Pero eso no impide
que Galicia y sus revueltas y los Banu-Qasi en el este con el fiero Muhammad
ibn Lope y con su hijo y sucesor, Lope ibn Muhammad intranquilicen a Alfonso
III. Aunque será en el año 899, cuando Lope suceda a su padre como jefe de la
casa Banu-Qasi, cuando Alfonso actué contra Tarazona y pierda. Se resquebrajaba
así el equilibro estratégico de la zona. Suerte que el emir de Córdona tenía
problemas internos que si no... Para cuando se libró la batalla de Zamora (901)
Alfonso III estaba en forma y les ganó.
Quedaba el asunto
de “los hijos de Casio”, para acabar con el jeque Banu-Qasi, Lope ibn Muhammad,
Alfonso necesitaba apoyos. Necesitaba a Fortún, el rey de Pamplona. Pero Fortún
no quería. ¿Por qué? Fortún Garcés I, rey de Pamplona desde 880, de la dinastía
Iñiga o Arista, era el hijo primogénito del rey García Íñiguez. Siendo príncipe
heredero, hacia 860, cayó cautivo del emir Muhammad. Fue llevado a Córdoba y
allí estuvo preso durante largos años. Su hija Oneca fue dada en matrimonio al
entonces príncipe Abdallah. Cuando García Íñiguez murió, hacia 870, y dado que
Fortún aún se hallaba en cautiverio, desempeñó la regencia de Pamplona García
Jiménez, de la dinastía Jimena. Fortún retornó a Navarra en 880 y ocupó el
trono.
¿Por qué Fortún se
mostraba remiso a atacar a los Banu-Qasi? Por miedo. Alfonso recurrió a Aragón
y Pallars que sufrían también los golpes de los Banu-Qasi. En 904 Alfonso atacó
los territorios Banu-Qasi, la frontera solo. Y le obligaron a cambiar de
objetivo y a replegarse. Necesitaba al reino de Pamplona. Y la consiguió
políticamente. En 905.
Podríamos titularlo
“las ventajas de un golpe de estado”. Es difícil saber quién tomó la iniciativa,
si Alfonso III, rey de Asturias; Galindo II Aznárez, conde de Aragón, o Ramón
I, conde de Pallars y Ribagorza pero los tres necesitaban una Navarra
inequívocamente alineada con la cruz. La mano ejecutora será Sancho Garcés,
hijo de García Jiménez, el noble que había regentado la corona de Pamplona
durante el cautiverio de Fortún y (¡mira qué bien!) sobrino del conde de
Pallars. No solo eso, estaba casado con una nieta del propio Fortún, doña Toda
Aznárez. Doña Toda, hija de Oneca, la misma que había sido entregada a
Abdallah, pero que, concluido el cautiverio de su padre, volvió a Pamplona y se
casó con un noble local, don Aznar Sánchez de Larraun.
Pero el rey de
Asturias no paraba. Mientras metía cuchara en Navarra les hacía la cama a los
Banu-Qasi en Toledo. Lope reacciona atacando Pamplona pero muere en combate el
29 de septiembre de 907. Era el fin de la dinastía de Casio.
Recapitulemos, a la
altura del 909 la ganancia territorial asturiana en occidente, en Portugal, es
mucha; por el contrario, es más limitada en el área oriental, en Castilla. Se
han creado tres entidades territoriales: desde Galicia hasta Portugal; desde
Asturias hasta León y desde Cantabria y Vizcaya hasta Castilla. La nuestra es
de difícil repoblación y vida áspera, guerrera vida de frontera y, como área de
expansión natural, los Campos Góticos hacia el oeste y, hacia el sur, el
territorio que se extiende hasta el Sistema Central. Distintas. Y serán
gobernadas de diferente forma. Castilla, seguirá siendo gobernada por condes. A
principios del siglo X, ese conde es Munio Núñez, seguramente el mismo que
defendió Castrojeriz en 882 y 883, y consuegro del rey, porque su hija
Muniadona está casada con el infante Don García.
Pronto serán tres
reinos diferentes.
Bibliografía:
“Atlas de Historia
de España” de Fernando García de Cortazar.
“Historia de
España” de Salvat.
"La gran
aventura del reino de Asturias" de José Javier Esparza.
Dedicado a Adrián, de asturiano corazón.
Dedicado a Adrián, de asturiano corazón.
Muchísimas gracias lebato
ResponderEliminarMuy interesante, muy ameno y muy bien escrito. Simplemente haré dos comentarios; el primero es la confusión que puede causar la coincidencia de los nombres antiguos con los modernos; en aquella época, ni lo que se llamaba Asturias coincide con lo que ahora se llama Asturias, ni Castilla a lo que después se llamó Castilla; y, por otra parte, el reino nunca se llamó "de Asturias" (este nombre es una creación moderna).
ResponderEliminarEl segundo comentario es sobre el final del post, que puede causar la impresión de que la herencia territorial de Alfonso III se repartió en tres franjas verticales: Galicia-Portugal, Asturias-León, Cantabria-Vizcaya-Castilla (usando nombres modernos). No es el caso: cuando Fruela (hijo de Alfonso) hereda "Asturias" como rey, este territorio abarca por lo menos las modernas Asturias y Cantabria al norte de la cordillera. Y León se lleva al menos el territorio de la meseta. No sé cuál pudo ser la situación en el alto Ebro, si Asturias o si León. Probablemente el valle de Mena sería Asturias en la época, por una simple cuestión geográfica. Desde luego hay muy pocos documentos al respecto. Pero, por ejemplo, cuando gobernó el hijo de Fruela años más tarde, se sabe perfectamente que el territorio de Santoña pertenecía a su reino.
Muy amable por sus puntualizaciones que complementan sabiamente la entrada. Sobre los nombres que cambian de significado con el tiempo (o al menos de ámbito geográfico) poco se puede hacer salvo, como usted hace, avisar.
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