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miércoles, 2 de julio de 2014

Alfonso III "el Magno": Tiempos de cambio (del 866 al 910)

Alfonso III quien dio significado al concepto de Reconquista con un talento político insuperable. Frente a él un emirato de Córdoba que dominaba la mayor parte de la Península. Luego estaban los Banu-Qasi, momentáneamente sumisos a Córdoba, y los condados aragoneses y la marca hispánica carolingia. Al norte Asturias con distintos tipos de territorios: los controlados políticamente, los objeto de repoblación y los que estaban bajo presión militar musulmán. Y, además, era la sociedad más dinámica.

Escultura portuguesa de Alfonso III

¿Por qué era la más pujante? ¿Qué es lo que hace a una sociedad más expansiva que otras? Aquí entran factores demográficos (mucha población en poco sitio), económicos, sociales (mayor libertad de los colonos), políticos y culturales (Mozárabes que huyen del sur moro al ver a Asturias alternativa al islám) que vale la pena mencionar, para entender mejor las cosas. Tal como lo hemos explicado lo entendió Alfonso III y estructuró el mensaje: La reconquista de la hispania perdida. Y ése fue el mensaje de las tres crónicas que Alfonso III ordenó redactar: la Albeldense, la Profética y la De los Reyes Visigodos.

Alfonso III será coronado con 18 años (14 para otros autores) venía de gobernar la difícil Galicia y dirigido la repoblación de extensas áreas de Orense. Su padre Ordoño había preparado lo impensable: un sucesor hereditario. Pero las viejas inercias influyeron y un conde gallego (¡Gallego!), Fruela Bermúdez, de Lugo, se alzara en armas y ocupara el trono.

Genealogía de Alfonso III

El joven rey se vio obligado a abandonar Oviedo; buscó refugio en Castilla, la tierra del conde Rodrigo. Desde Castilla, Rodrigo reunió a sus huestes y marchó sobre Oviedo. Los hombres de Fruela, al ver al ejército de Rodrigo con Alfonso a la cabeza, abandonaron el campo. El conde de Lugo trató de huir pero atrapado fue “eliminado”. Inmediatamente después de la rebelión del conde de Lugo surgen otros levantamientos en tierras vasconas encabezados por magnates locales.

Uno de esos magnates se llamaba Eilo o Egylon. Lo sabemos porque Alfonso fue allí, venció y sometió a los insurrectos, y al tal Eilo se lo trajo cautivo a Oviedo como señal de triunfo. Una vez más, con Alfonso estaban también en aquel trance sus fieles caballeros y, en cabeza, Rodrigo de Castilla. Suyo, sí. Heredados de su padre, rey al que sus parientes (hermanos, cuñados o lo que fueren) Gatón y Rodrigo, condes del Bierzo y de Castilla respectivamente, debían de guardarle una fidelidad a toda prueba. Y Ordoño daba a las fidelidades personales una importancia fundamental: Gatón sale derrotado en el Guadacelete y Rodrigo en La Morcuera, manteniendo sus prebendas. Por cierto, no consta que Alfonso III tuviese hermanos, por si a alguien le suena la leyenda de que cegó a sus hermanos traidores.

Y por encima de todos estos leales, Rodrigo, el conde de Castilla, que ve cómo su jurisdicción castellana se engrosa con un nuevo cometido: Álava, un territorio hasta entonces difuso que pasaría a ser condado singular dos años después, cuando muera Rodrigo.

¿y qué hacía el emir de los creyentes? Muhammad tiene un objetivo: frustrar la repoblación al sur de la Cordillera Cantábrica, y especialmente en las desguarnecidas tierras castellanas y alavesas. Así se suceden las aceifas moras por tierras de Alava y Castilla en 867 y 868, que coinciden con tensiones dentro de Asturias. Tratará de sacar tajada de la bisoñez de Alfonso III atacando, infructuosamente, León y el Bierzo.

Pero... ¡Vaya con el bisoño! Pacificado el interior , Alfonso III actúa para:
  • Afianzar la repoblación en las áreas donde ello es posible y avanzar sin desmayo hacia el sur: Portugal, el Duero y confirmación de presuras campesinos y de monjes. La conquista de Deza y Atienza cierra las incursiones de los moros al norte y la repoblación, en Castilla, podría seguir avanzando al sur de Alava, Burgos y La Rioja no se detiene. Tras la desolación de los años anteriores por las aceifas, la vida bombeaba a ritmo constante en Castilla. Consta, por ejemplo, que en el año 872 hay movimientos en la abadía de San Martín de Escalada, en el norte de Burgos, y se menciona expresamente al conde Rodrigo.
  • Debilitar al emirato explotando al máximo las rivalidades dentro del campo musulmán: Pactos con los sublevados de Mérida (el muladí Ibn Marwan) y con los Banu-Qasi del Ebro, dejando al emir de Córdoba literalmente rodeado de enemigos.
  • Alianzas con las coronas cristianas: Alfonso contrae matrimonio con una hija de la casa de Pamplona. Sancha Jimena Amelina Garcés es hija del rey de Navarra García Iñiguez I, el mismo que había sido secuestrado por los vikingos y que había orientado su política hacia la alianza con Asturias. Tenía veintiún años en el momento de su matrimonio (en 869), dará a Alfonso seis hijos, cinco varones y una mujer: García, Fruela, Ordoño, Gonzalo, Ramiro y Sancha. Tres de ellos llegarán a reinar.
  • Militar: resistir, primero, y acosar después al emirato, hasta conseguir que la iniciativa guerrera pase al bando cristiano: Victoria de Polvoraria (Benavente)... En sólo diez años Córdoba pedirá una tregua. Esta tregua de 878 fue el mayor triunfo político del reino de Asturias en toda su historia. Alfonso la aceptó. Duraría tres años. Tres años en los que el rey de Asturias, por supuesto, no iba a estarse quieto. Por eso se ganó el apelativo de El Magno.

La morisma pedía una tregua ¡la primera! Y Asturias no iba a desperdiciar la ocasión. Una tregua solo es un alto en las hostilidades que sirve para preparar la guerra. Alfonso, que tenía todos los triunfos en la mano y era perfectamente consciente de su superioridad, impuso las condiciones: tres años de tregua y una fortuna en oro por la libertad de Hasim, el primer ministro del emir, preso en Oviedo desde varios meses atrás. No obstante, Muhammad no pagará ni un dinar; será Hasim quien tenga que pagar íntegro su rescate. Alfonso, rey de un estado sin moneda, pidió cien mil dinares de oro que le pareció una cantidad brutal... y para Hasim que le resultó muy difícil pagarla, aún siendo andalusí. Dejó en Oviedo a dos hermanos, un hijo y un sobrino como rehenes mientras reunía el dinero.



Córdoba heredó el sistema económico de la época goda, asentado sobre una red de comunicaciones, centros urbanos y áreas de producción que venía de tiempos de los romanos. Había riqueza, el dinero circulaba y la fértiles vegas del Guadiana, el Guadalquivir, el Ebro y el litoral mediterráneo garantizaban una cierta abundancia. Incluso había empezado a nacer, al calor de los centros urbanos, una incipiente industria que ya era algo más que artesanal. Hoy sería el primer mundo, como podía serlo el Imperio bizantino. 

¿Asturias? Era un mundo agrario y ganadero, sin otros bienes en circulación que los productos del campo, con explotaciones orientadas a la subsistencia de pequeñas comunidades, con una red de comunicaciones muy limitada (porque las grandes calzadas romanas quedaban al sur de la Cordillera Cantábrica) y sin moneda propia acuñada (la única moneda que seguía circulando eran los sueldos de plata que introdujeron los francos cuando Alfonso II, y otras piezas de menos entidad). Puritito tercer mundo, pues.

Y ¿cómo era tan pujante? Verán, la forma en que se colonizan los territorios dará lugar a una sociedad de pequeños y medianos propietarios donde prácticamente todo el mundo tiene una casa, un huerto y un solar. Hay bienes comunales (los montes, los pastos…) que afirman la identidad de los grupos de pobladores frente a los vecinos, frente a los forasteros y también frente al poder. León y Castilla Vetula, Las Merindades, Castilla en general (no tanto Galicia) no tendrán un feudalismo como el resto de la Europa cristiana. Añadamos que la esclavitud prácticamente ha desaparecido por la influencia de la Iglesia y porque el modelo de asentamiento es el familiar.



Por supuesto, el que algo quiere algo debe dar y para defenderse (y proteger el reino) nos encontramos con los campesinos en armas: propietarios pequeños o medianos que pueden costearse un caballo y una lanza y que prestan servicios de guerra. Se los conocerá oficialmente como Caballeros Villanos. Esta sociedad será la apuesta regia que garantiza su autoridad sobre el conjunto de la comunidad cristiana. Más adelante la nobleza fastidiará la idea pero.... Ahora, Alfonso pone sus deseos repobladores en Zamora, Benavente, en Bricia y Sotoscueva. ¡Bendita tregua!

¿Más? Sí; en 880, un fuerte temblor de tierra sacudía Andalucía causando estragos en la misma Córdoba. Y en la serranía de Ronda había surgido un nuevo líder rebelde, Omar ben Hafsún, un muladí de origen godo que se había hecho fuerte en el castillo de Bobastro. Secundado por centenares de muladíes, mozárabes y hasta bereberes, Omar había empezado una sublevación contra la aristocracia árabe que daría mucho que hablar. ¿Por qué había tantos problemas internos en la rica Córdoba? Por la división social, mandaba la élite árabe que odiaba a mozárabes, muladíes y bereberes (que se odiaban entre sí) y a su vez todos estos odiaban a los árabes.



El conde Rodrigo ha muerto en 873. Castilla se extiende ahora sobre tres condados. El hijo de Rodrigo, Diego Rodríguez, gobierna desde La Bureba hasta Oca; la zona norte, en torno a Amaya, está bajo la jurisdicción del conde Munio Núñez, muy posiblemente nieto del de Brañosera y Álava, queda bajo el gobierno del conde Vela Jiménez. Los tres condes fronterizos han levantado sendas fortificaciones: Munio ha fortificado Castrojeriz, que cierra la entrada a tierras leonesas; Diego ha construido un castillo en el desfiladero de Pancorbo, y Vela ha hecho lo propio en Cellorigo, que es la entrada a la Hoz de la Morcuera, de modo que el paso hacia Álava queda también cerrado. Al este, la frontera navarra está matrimonialmente tranquila.

Los años de paz terminaban en 881, que era la fecha esperada. Ni Alfonso ni Muhammad ignoraban lo que ocurriría después. Ambos se habían preparado para la guerra. La empieza el emir atacando Galicia por mar y responde duro Alfonso. No es cuestión de relatar la epopeya total de Alfonso III pero si nos centraremos en los efectos de todo este lío en Las Merindades.

Muhammad no podía callar ante la osadía de Alfonso en el valle del Guadiana. Lo hizo en la primavera de 882. Preparó un ejército de 80.000 hombres a las órdenes de su hijo Al-Mundir y puso a su lado a Hasim ibn Abdalaziz, el ministro que había estado cautivo en Oviedo y que sin duda guardaba deseos de venganza, con el objetivo de arrasar Castilla. Primero atacó a los Banu-Qasi. Pero Ismael, el Banu-Qasi que había sido huésped del príncipe Ordoño, aguantó la embestida. Tampoco lograron tomar Tudela, donde se había encerrado Fortún, hermano del anterior. No llegaron, como era evidente, hasta Las Merindades, luchándose en la zona de La Rioja, Pancorbo, Cellorigo... solo tuvo éxito contra la medio construida fortaleza de Castrojeriz. Ahora se abría ante ellos la gran llanura que lleva hasta León y Astorga. Y terminando de una forma especial que traería cola. A partir de ese momento se inauguraba un largo periodo de paz entre Córdoba y el reino de Asturias. Una paz que definiríamos como “guerra fría” pero paz.

Castillo de Castrojeriz (Cortesía de Castillos del olvido)

Pero eso no impide que Galicia y sus revueltas y los Banu-Qasi en el este con el fiero Muhammad ibn Lope y con su hijo y sucesor, Lope ibn Muhammad intranquilicen a Alfonso III. Aunque será en el año 899, cuando Lope suceda a su padre como jefe de la casa Banu-Qasi, cuando Alfonso actué contra Tarazona y pierda. Se resquebrajaba así el equilibro estratégico de la zona. Suerte que el emir de Córdona tenía problemas internos que si no... Para cuando se libró la batalla de Zamora (901) Alfonso III estaba en forma y les ganó.

Quedaba el asunto de “los hijos de Casio”, para acabar con el jeque Banu-Qasi, Lope ibn Muhammad, Alfonso necesitaba apoyos. Necesitaba a Fortún, el rey de Pamplona. Pero Fortún no quería. ¿Por qué? Fortún Garcés I, rey de Pamplona desde 880, de la dinastía Iñiga o Arista, era el hijo primogénito del rey García Íñiguez. Siendo príncipe heredero, hacia 860, cayó cautivo del emir Muhammad. Fue llevado a Córdoba y allí estuvo preso durante largos años. Su hija Oneca fue dada en matrimonio al entonces príncipe Abdallah. Cuando García Íñiguez murió, hacia 870, y dado que Fortún aún se hallaba en cautiverio, desempeñó la regencia de Pamplona García Jiménez, de la dinastía Jimena. Fortún retornó a Navarra en 880 y ocupó el trono.

¿Por qué Fortún se mostraba remiso a atacar a los Banu-Qasi? Por miedo. Alfonso recurrió a Aragón y Pallars que sufrían también los golpes de los Banu-Qasi. En 904 Alfonso atacó los territorios Banu-Qasi, la frontera solo. Y le obligaron a cambiar de objetivo y a replegarse. Necesitaba al reino de Pamplona. Y la consiguió políticamente. En 905.

Podríamos titularlo “las ventajas de un golpe de estado”. Es difícil saber quién tomó la iniciativa, si Alfonso III, rey de Asturias; Galindo II Aznárez, conde de Aragón, o Ramón I, conde de Pallars y Ribagorza pero los tres necesitaban una Navarra inequívocamente alineada con la cruz. La mano ejecutora será Sancho Garcés, hijo de García Jiménez, el noble que había regentado la corona de Pamplona durante el cautiverio de Fortún y (¡mira qué bien!) sobrino del conde de Pallars. No solo eso, estaba casado con una nieta del propio Fortún, doña Toda Aznárez. Doña Toda, hija de Oneca, la misma que había sido entregada a Abdallah, pero que, concluido el cautiverio de su padre, volvió a Pamplona y se casó con un noble local, don Aznar Sánchez de Larraun.

Pero el rey de Asturias no paraba. Mientras metía cuchara en Navarra les hacía la cama a los Banu-Qasi en Toledo. Lope reacciona atacando Pamplona pero muere en combate el 29 de septiembre de 907. Era el fin de la dinastía de Casio.



Recapitulemos, a la altura del 909 la ganancia territorial asturiana en occidente, en Portugal, es mucha; por el contrario, es más limitada en el área oriental, en Castilla. Se han creado tres entidades territoriales: desde Galicia hasta Portugal; desde Asturias hasta León y desde Cantabria y Vizcaya hasta Castilla. La nuestra es de difícil repoblación y vida áspera, guerrera vida de frontera y, como área de expansión natural, los Campos Góticos hacia el oeste y, hacia el sur, el territorio que se extiende hasta el Sistema Central. Distintas. Y serán gobernadas de diferente forma. Castilla, seguirá siendo gobernada por condes. A principios del siglo X, ese conde es Munio Núñez, seguramente el mismo que defendió Castrojeriz en 882 y 883, y consuegro del rey, porque su hija Muniadona está casada con el infante Don García.


Pronto serán tres reinos diferentes. 

Bibliografía:

“Atlas de Historia de España” de Fernando García de Cortazar.
“Historia de España” de Salvat.
"La gran aventura del reino de Asturias" de José Javier Esparza.


Dedicado a Adrián, de asturiano corazón.

3 comentarios:

  1. Muchísimas gracias lebato

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  2. Muy interesante, muy ameno y muy bien escrito. Simplemente haré dos comentarios; el primero es la confusión que puede causar la coincidencia de los nombres antiguos con los modernos; en aquella época, ni lo que se llamaba Asturias coincide con lo que ahora se llama Asturias, ni Castilla a lo que después se llamó Castilla; y, por otra parte, el reino nunca se llamó "de Asturias" (este nombre es una creación moderna).
    El segundo comentario es sobre el final del post, que puede causar la impresión de que la herencia territorial de Alfonso III se repartió en tres franjas verticales: Galicia-Portugal, Asturias-León, Cantabria-Vizcaya-Castilla (usando nombres modernos). No es el caso: cuando Fruela (hijo de Alfonso) hereda "Asturias" como rey, este territorio abarca por lo menos las modernas Asturias y Cantabria al norte de la cordillera. Y León se lleva al menos el territorio de la meseta. No sé cuál pudo ser la situación en el alto Ebro, si Asturias o si León. Probablemente el valle de Mena sería Asturias en la época, por una simple cuestión geográfica. Desde luego hay muy pocos documentos al respecto. Pero, por ejemplo, cuando gobernó el hijo de Fruela años más tarde, se sabe perfectamente que el territorio de Santoña pertenecía a su reino.

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    1. Muy amable por sus puntualizaciones que complementan sabiamente la entrada. Sobre los nombres que cambian de significado con el tiempo (o al menos de ámbito geográfico) poco se puede hacer salvo, como usted hace, avisar.

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