Todos
en España conocemos la existencia de las peculiaridades fiscales de Vizcaya,
Álava, Guipúzcoa y Navarra en base a "su foralidad". Sepamos que un fuero es,
simplemente, una norma o código otorgado a un territorio determinado y, también,
cada uno de los privilegios y exenciones que se conceden a una provincia, a una
ciudad o a una persona.
Fueros
hubo muchos en nuestro país y poblaciones más o menos distantes se podían
acoger al mismo fuero. Al fin y al cabo, solo es un código de leyes. Pero
también creaba una división administrativa.
Hagamos
un rápido repaso sobre las divisiones administrativas medievales: Partimos de
los alfoces creados por los navarros de Sancho III (992-1035) donde, por ejemplo,
los aforados de Moneo pertenecieron al de Tedeja. Luego, Alfonso VIII
(1155-1214) crea la organización mediante merindades. Surgirá la Merindad Mayor
de Castilla Vieja que contendrá al antiguo alfoz de Tedeja renombrado Merindad
Menor de Castilla Vieja.
Continuamos:
esta merindad menor, dado su excesivo tamaño, fue dividida en ocho merindades
locales (en 1525 serán siete) y una de ellas se llamará Merindad de Castilla la
Vieja.
Los
Velasco aprovecharon su cercanía al monarca para consolidarse en esta tierra de
realengo: Se hacen con Medina de Pomar en 1369; en 1372 intentan controlar en
Valle de Tobalina, Valdivielso y Manzanedo y en el lote vemos Moneo,
Bascuñuelos y Bustillo; en 1384 Juan Fdez. de Velasco obtiene el cargo de
Merino Mayor de la Merindad Menor de Castilla la Vieja; en 1387 el nombramiento
de los merinos menores de la misma. Pero la justicia seguía haciéndose en
nombre del rey hasta que en 1560 el rey Felipe II crea el corregimiento de
Villarcayo.
Recordemos que el
cargo de Merino conlleva las funciones judiciales y sus anejas administrativas,
fiscales, económicas, de obras públicas y alistamiento de soldados.
Y,
claro, varios lugares tomaron la decisión de escaparse de este abrazo del oso.
Paradigmática será la "Batalla del Capitán" en Frías. Los pueblos que
se encuadran en este término de Aforados debieron cambiar su situación jurídica
antes de 1385.
Pero...
¿era esto posible? Quiero decir, ¿era posible que un lugar decidiese que era
aforado? ¿Que estaba sujeto a las obligaciones y derechos de ese lugar ajeno?
Pues sí. En 1325 Alfonso XI daba libertad a todo vecino de señorío para poderse
mudar a lugares de realengo donde pagaría sus impuestos. Mermaba así poder a
los señores feudales. Vale, pero Las Merindades eran de realengo y no casaban en
esa plantilla hasta el advenimiento de los Velasco como señores... ¡Línea!
En
1386 Juan I reconocía la capacidad para que los de realengo pudiesen
avecindarse en tierras de señorío para disfrutar de exenciones fiscales...
¡Bingo!
Y
no olvidemos que desde 1371 el futuro rey de Castilla, Juan I, era el señor de
Vizcaya. Un monarca con una hacienda precaria (Quizá vendió la posibilidad de
ser forales) y con voluntad de contener la ambición de los Velasco.
Por
un lado, ante los abusos políticos de los Velasco se produce la fuga de estos
pueblos. Y por otro, el aforamiento de Vizcaya y la Encartación suponía
interesante ventajas fiscales y de recluta en una zona de fuerte, y creciente,
presión tributaria.
Fijémonos
que en 1690 los vecinos encuadrados en los Aforados de Moneo presentaron al
Síndico General de las Encartaciones las armas que disponían para la guerra.
Frente a esto, ya en 1590, Las Merindades acusaban a los aforados de
insolidarios, tramposos y que, por estar alejados, no se alistaban ni en un
lado ni en otro.
Ojo,
en lo demás siguieron enlazados con las Siete Merindades de Castilla-Vieja en
cuyo solar estaban, rigiéndose por su Derecho, usos y costumbres tanto en el
Derecho privado como en lo institucional (asistían a sus Juntas Generales y también
enviaban un procurador a las de Avellaneda, en la Encartación, su régimen
municipal es similar a los otros concejos castellano -viejos, etc.). Así, en
1525, Moneo prometía obediencia al condestable pero como Justicia o Merino
Mayor, no como Alcalde Mayor.
Concretemos
un poco más: Estaban exentos de tributos y pechos (en especial alcábalas
-Impuesto sobre el volumen de ventas-); aportación de carruajes; no ser
alistados en tiempos de guerra y solo acudir a los puertos vizcaínos; y no se
podían hacer padrones de moneda forera porque no se pagaban.
Pero...
algunos de estos lugares aforados sí pagaban alcabalas: Bustillo siguió pagando
-como se condicionó en 1387- sus 1200 mrs., corroborado en las alcabalas de las
Merindades de Castilla-Vieja correspondientes a 1569. Lo mismo pasó con Villarán
o Moneo. Seguramente por devengarlas antes de su supuesto aforamiento.
¡Se
me olvidaba! Los pueblos eran:
- Grupo de Aforados de Moneo: Moneo, Villarán, Bascuñuelos y Bustillo, enclavados en el corazón mismo de Castilla-Vieja. Estos pueblos se segregaron a partir de Cuesta-Úrria, de forma separada, partiendo de situaciones jurisdiccionales, administrativas y privilegios diversos. Claro que después formaron un concejo con centro en Moneo.
- Grupo de Aforados de Losa: Bajo este nombre se agrupan los concejos de Momediano y Paresotas (de la Junta de Oteo), y Villalacre y Villaventín (de la de Traslaloma), todos ellos en el Valle y Tierra de Losa/Angulo. Las noticias de su aforamiento a Vizcaya datan del siglo XVI, de septiembre de 1554, que citan a Villalacre y Villarán. Poco después el procurador de estos Aforados compareció ante dicha Junta General (1560), quejándose de que Castilla-Vieja les empadronaba entre sus vecinos incluyéndoles en sus padrones del pago de pechos, alcabalas, etc. siendo así que no debía hacerlo pues ellos eran "adheridos" a Las Encartaciones. En el fondo todos sabían que era una situación injusta porque estos pueblos disfrutaban de caminos y puentes que no ayudaban a mantener.
Comisionado
el Corregidor de Vizcaya para conocer del tema, su informe fue favorable a los
Aforados; y en el caso de Villalacre reconoció que contribuyese con Vizcaya y
no con la Merindad de Castilla-Vieja. Los demás lugares de estos Aforados
vieron reconocido estar aforados al Fuero de la Encartación como consecuencia
del pleito que iniciaron cuando el Dr. Diego de Acevedo, Alcalde y Justicia
Mayor de las siete Merindades de Castilla-Vieja, las incluyó en el apellido de
las Siete Merindades, lanzado para alzarse en armas todos los varones de 18 á
50 años para que, en servicio del rey, se pusieran bajo las órdenes del sargento
D. Juan de Zaballos Guzmán.
La
pregunto del millón es: ¿Por qué el fuero del señor de Vizcaya y no otro como
el de Logroño?
La
presencia de los señores de Vizcaya en el solar castellano-viejo es muy
antigua. Por ejemplo: En lo que respecta a la zona cercana a los Aforados
encontramos que en 1228 Lope Díaz de Haro cambiaba con Rioseco "total illam meam hereditatem... in Val
(de la Cuesta) qui est inter Quintana de la Cuesta... et Villamagrin... e el
rey don Alfonso dióla a don Diago López pater meus". O, en su
condición de Merinos Mayores desde Belorado, en 1273, Lope Díaz ordenó a todos
sus merinos en Castilla-Vieja, Bureba y tierra de Burgos no coger servicios, yantares
y otros sus derechos a los vasallos del monasterio de Oña. Y son más de 200 los
lugares donde Nuño es solariego o que comparte divisas, vasallos y naturales
con otros señores en dichas Merindades.
En
el Becerro de Behetrías encontramos:
- Bascuñuelos y Villalacre, solariegos de D. Nuño.
- Villaventín, donde comparte el solariego con Lope García de Salazar, la Orden de S. Juan y otros.
- Paresotas en donde comparte el solariego con Fernán Pérez de Ayala, la Orden de S. Juan y otros caballeros.
Pero
también hay que remarcar el hecho de que el citado Becerro cita igualmente a Momediano
(solariego de Juan Sánchez de Torres y otros hidalgos) y Villarán (solariego de
ciertos hidalgos y del monasterio de Oña), sobre los cuales Nuño no aparece
relacionado. Y nada consta sobre Bustillo y Moneo.
Todo
esto para decir que no se sabe quién concede el fuero. Igualmente difícil resulta fijar cómo lo recibieron:
¿Fue mediante un documento notarial y público específico? ¿Se acogían a la
"inmemorialidad" de su vinculación o adherencia a Vizcaya? Y resulta
sintomático el hecho de que "ninguno" de los pueblos interesados
pudiera presentar el título jurídico que avalara su derecho.
Nos
hubiera iluminado si hubiésemos conservado la pesquisa del obispo de Burgos
realizada entre 1387 y 1388, fruto del pleito tributario entre el Valle de Losa
-no Cuesta Úrria- y Moneo, y que conllevó la sentencia que confirmaba la
pretensión de los Aforados.
Pero
en este asunto hay dos partes, ¿qué ganaban las Encartaciones y el Señorío de
Vizcaya? Pues las contribuciones de unas localidades lejanas que sólo pedían
ser defendidas en sus pleitos ante la Cancillería de Valladolid. Aun así en
1585 y 1594 varios pueblos de estos no pagaron sus contribuciones forales (¿por
la peste?) y en 1612 y 1744 consiguieron, tanto aforados de Moneo como de Losa,
una reducción de sus contribuciones por la caída en el número de vecinos.
Subrayemos que será en este último año donde aparezca mención de los aforados
burgaleses.
Estos
vizcaínos "especiales" tampoco obtuvieron la hidalguía que se
presuponía a todos los vizcaínos. Solo sus privilegios. ¡Hasta ahí podíamos
llegar! ¿Se imaginan a los moros de Bustillo convertidos en hidalgos vizcaínos?
De
todas formas la deseada defensa tampoco se produjo hasta finales del siglo XVI
puede que causada por la creación del corregimiento de Villarcayo en 1560.
Consta que ese año se otorga a los Aforados la posibilidad de enviar a la Junta
de Avellaneda de un procurador que les representara.
Poco
a poco se fueron empujando a estos pueblos hacia la corresponsabilidad con su
entorno y el final llegará en 1746 cuando Moneo manifieste su unión a Las
Merindades. Bascuñuelos en 1747. Y por esas fechas Valdegovía abandonaba
completamente Las Merindades.
En
1805 se llega a la situación de partida de 1385 pero con referencia al
Corregimiento de Villarcayo. Así el Ayuntamiento de Las Merindades darán
asiento y voz al diputado que los antiguos aforados enviasen.
En
1835 surge la nueva normativa municipal y el ayuntamiento de los Aforados de
Moneo se constituirá en 1842 y en 1977 se integrará en el de Medina de Pomar.
Anexo:
El caso de Bustillo.
En
1372 Bustillo pasaba a los Velasco. Cuando el pleito de 1386, consta que la
mayoría de los vecinos eran moros. Pero el vecindario se vería extraordinariamente
aumentado con el traslado ordenado en 1466 por Pedro Fernández de Velasco de la
numerosa colonia mudéjar de Medina. El reducido terrazgo y excesiva población
empujó a los habitantes del pueblo a buscarse los medios de vida en la alfarería
y trajinería.
En
su devenir acudían a los puertos del cantábrico, entre ellos Bilbao, y quizá
esto uniera sus intereses e hiciera soportable una "raza maldita" en una región donde sólo se admitía hidalgos.
También pudo verse como una manera de evitar su asentamiento en Vizcaya, al
pertenecer y residir en un lugar de Castilla relativamente cercano.
En
1509, tras las leyes de obligatoria conversión, debían de ser todos cristianos
como nos lo recuerda la reina Juana al hablarnos de "cristianos nuevamente convertidos de moros", que
habitaban Bustillo. Sin embargo, la segregación y especial consideración de los
moriscos, sin ser asimilados, se prolongaría todavía un siglo más, cuando la
expulsión de Felipe III. La confirmación de sus privilegios de vizcainía por
Felipe II, en 1590, lo demuestra.
Los
moros de Bustillo se querellan, en 1388, porque no se les guarda ciertos
privilegios reales concedidos el año anterior confirmando su vizcainía. No pagaban
más que 1.200 mrs. de encabezamiento al señor de Vizcaya, y, ahora, a la
Hacienda pública. Se les quería englobar en el pago de prestidos y servicios
con las demás comunidades moriscas de Castilla.
Y,
aunque la documentación habla de una concesión de "tiempos pasados",
es seguro que se trababa del reciente aforamiento del resto de los pueblos.
Pero que, mientras que éstos se habían librado y eximido respecto a la Merindad
de Castilla la Vieja, los de Bustillo lo habían sido respecto a ésta y a los
especiales impuestos pagados por las aljamas mudéjares.
Un
pueblo y vecindario tan despreciado por las Encartaciones, se encontró indefenso.
A pesar de sus privilegios fiscales, en adelante tuvo que contribuir a los
muelles del cantábrico, en repartimento de moneda forera con Medina, aportación
de soldados, ciertas cantidades de alcabalas y rentas a los Velasco y otros
abusos y exigencias que convirtieron su aforamiento en algo vacío. Quizá por
todo esto, a veces, se les consideró distintos a los demás pueblos aforados:
"Bustillo y tierra de Moneo".
En
1577 los moriscos pretendían que se les tuviera por vizcaínos, seguramente con
el fin de recuperar sus franquezas. Pagaba y asistía a las Juntas de las
Encartaciones. Presentaron su petición ante la Junta de Avellaneda, apoyados
por los alcaldes de Valmaseda y Orduña, pueblos en los que dejaban altos
portazgos por su condición de recueros.
La
junta de Avellaneda reaccionó de forma airada tachando la petición de
"atrevimiento y desvergüenza".
Bibliografía:
"PUEBLOS
CASTELLANO-VIEJOS AFORADOS. EL FUERO DE VIZCAYA Y ENCARTACIONES (Siglos
XIV-XVI)". Luis Miguel Díez de Salazar
"Los
aforados de Moneo" de Inocencio Cadiñanos Bardecí.
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Instructiva explicación que me permite solventar las lagunas y errores que tenía yo al respecto.
ResponderEliminarEsa es la idea.
EliminarEstimado Lebato, me ha parecido muy interesante tu artículo. Me gustaría hablar de este tema en la revista del Valle de Losa, La Solana.Me gustaría comunicar contigo para hacerte una consulta. No encuentro otra manera de entrar en contacto contigo, así que te dejo mi dirección de correo, ¿Me podrías contactar? Muchas gracias!
Eliminarortega.sonia7@gmail.com
Parece bien hecho.
ResponderEliminarBien hecho, y fácil de leer.
ResponderEliminarLos Aforados de Moneo ¿Fueron el producto de una reconquista Navarra?
ResponderEliminarLos escudos de Leitza y de Salazar, abundantes en ellos, así oarecen indicarlo.
Ante todo, gracias por leer Siete Merindades.
EliminarCon relación a su pregunta, en mi modesto entender, no creo que los aforados surgieran de la manera que usted plantea.Los autores de la bibliografía apuntan a otras posibilidades plasmadas en el texto publicado.
Sobre la presencia de nombres de origen navarro le invito a leer la siguiente entrada:
http://sietemerindades.blogspot.com/2020/04/afrancesados-vasconizados-como-nos.html
Un saludo y le invito a seguir leyendo esta bitácora.
Salazar, al este de Villarán, también tiene el escudo de dicho valle navarro..
ResponderEliminarPor su parte el hecho de que en Bustillo habitaran musulmanes, Al igual que en Navarra, donde cohabitaban moros, judíos y cristianos, puede hacernos suponer que los Aforados de Moneo fueran repoblados por navarros.
Interesante comentario.
EliminarEstá todo dicho.
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