Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 25 de octubre de 2015

"El reino del Norte" de José Javier esparza

Hoy hablaremos de una novela que lleva algún tiempo en el mercado. Es de José Javier Esparza y se titula "El reino del norte" y va, como podemos suponer, de los primeros tiempos de la reconquista.

El autor de "La gran aventura del reino de Asturias" pone nuevamente los conocimientos acumulados en sus otras obras al servicio de esta. La sinopsis promocional nos fija los aspectos destacados del lugar y los personajes sin revelar la trama:

Portada de "El reino del norte"

"Una intriga de ambición, amor y muerte en la Asturias del siglo IX Oviedo, Anno Domini 842. La reconquista pende de un hilo. Negras amenazas se ciernen sobre el Reino de Asturias. El rey Alfonso II, en su lecho de muerte, ha designado heredero al noble Ramiro. Pero una importante facción de la aristocracia conspira contra el elegido: el magnate Nepociano, viejo disidente, vuelve de su destierro y encabeza un golpe de estado. El emir de Córdoba, Abderramán II, bendice la operación; ignora el moro que bajo sus mismas narices se trama otra conspiración de largo alcance. Mientras tanto, el caballero Hernán de Mena cruza las desiertas soledades de la frontera para encontrar a la castellana Paterna, la mujer que Ramiro ha escogido como esposa. Hablarán los corazones y hablarán las armas. El Reino del Norte novela un episodio verídico de los inicios de la Reconquista: el golpe palaciego contra Ramiro y la batalla de Cornellana, donde el reino de Asturias se jugó literalmente su destino. En la estela del éxito de "El caballero del Jabalí Blanco", Esparza pone de nuevo en movimiento las esperanzas, pasiones, intrigas y ambiciones de los españoles de la alta Edad Media en una trepidante trama que atrapa al lector y le traslada al tiempo en el que todo comenzó".

Así presentado la cosa promete. Pero eso es lo que se quiere con la solapa del libro: que lo compremos. Si han leído "El caballero del jabalí blanco" ya saben que tienen entre manos una obra ambientada en un periodo poco trabajado por los escritores españoles, quizá por pereza o por desconocimiento, tanto de los autores como de los lectores. Estos pueden carecer de muchas de las claves de una época someramente presentada en los planes escolares. No lo duden: venden más las tramas de la Monarquía Hispánica, tercios y esas cosas.

Este blog visitó para ustedes este periodo el 7 de marzo de 2013. Si lo desean leer nuevamente PINCHEN AQUÍ y luego continúen con la crítica literaria. ¿Ya? Sigamos, entonces. El libro es la lucha entre una visión de quienes quieren pactar con Córdoba, encabezados por Nepociano y los que quieren luchar a toda costa, que se agrupan con Ramiro. Ambos tendrán derecho, en cierto modo, a ser sucesores de Alfonso II el Casto. Y, por otro lado, la pelea por el poder dentro del harem del califa cordobés. El libro salta de una trama a otra manteniendo la línea temporal y permitiendo al lector ver el cuadro completo.

Esparza ya ha demostrado su capacidad para la descripción detallada de lugares y situaciones. Sentiremos la lucha de poder entre clero y rey, los problemas de la plebe, los movimientos culturales ,el comercio... No solo eso sino que se adjuntan las necesarias explicaciones históricas y croquis.

José Javier Esparza

Los personajes están trabajados y son psicológicamente ambiguos. No tenemos una propuesta maniquea con "castellanos buenos" y "moros malos" o lo contrario. Más aún, si hay algo que une a todos es su pragmatismo ante la realidad. Con ellos conoceremos la forma de relacionarse las personas y estas con Dios. Esfuerzo añadido el dotar de credibilidad a personajes, la mayoría, cimentados sobre individuos reales que deben pensar y actuar como personas del año 800 y no como reflejos nuestros en el pasado. Podríamos decir que la novela se ajusta a la historia y que, solamente, rellena los huecos de las siempre escuetas crónicas.

Destaquemos a Nuño de Cigüenza que es presentado como un típico señor de frontera con su mesnada de campesinos soldados. Será el padre de Paterna y de un muchacho llamado Rodrigo. Será este el que salga al paso de Hernán de Mena cuando avance por el valle del Nela hacia Cigüenza:

"El horizonte cambiaba al pasar las sierras, a favor de los barrancos que vierten sus aguas en el Nela. Aquí la aspereza del paisaje amainaba y en su lugar aparecían suaves laderas y verdes llanos que reclamaban la mano del hombre. el rumor lejano de los cencerros de las reses anunciaban vida civilizada. Y un poco más adelante, apenas un par de leguas, empezaba a verse la huella de la repoblación: campos limpios y ordenados, cercas y setos, agrestes chozos de pastor, alguna columna de humo y, al fin, la breve silueta, chaparra y ancha, de una rústica iglesia. Habían llegado a Cigüenza."

Podría llegar a decirse que José Javier Esparza se ha recorrido Las Merindades para documentarse. Incluso nos deleita a los lugareños con otras bonitas descripciones como esta del Valle de Manzanedo:

"El valle era una explosión de promesas. La primavera se enseñoreaba del paisaje y una vida nueva se anunciaba en los sonidos de aquellos abigarrados bosques de robles, encinas, hayas, tejos, bojes, madroños; bajo la sombra de las águilas que, majestuosas, describían misteriosos signos en el aire, y en el inconfundible himno del urogallo en celo. Aquí y allá, como arrojados por la mano caprichosa de Dios, se erguían megalitos de edades remotas que hablaban el turbador idioma de los viejos espíritus, y en un paraje a orillas del río (Ebro), aprovechando la ductilidad de la roca arenisca, a favor de una pendiente donde la piedra se derramaba como si algún día hubiera sido líquida, pías manos habían escavado una iglesia rupestre dedicada a San Pedro (de Argés). Una solitaria columna sostenía el pórtico natural abierto en la montaña. En su interior huecos excavados sobre la roca hacían la función de altares y hornacinas, y el vientre cóncavo del monte se ofrecía como bóveda vestida con pinturas de vivo color. Los viajeros se detuvieron apenas el tiempo de una breve oración".

Hay alguna más pero eso deberán ustedes descubrirlo.

Mapa del libro

Es una obra fácil de leer, con un estilo ágil y fresco, lejano a frases de verbo complicado. Peca, eso sí, de tener varios falsos finales que desconciertan y llevan a sentir que avanza a trompicones. Así podríamos tener tres partes:

  • Muerte de Alfonso y designación de Ramiro. Aquí aparece Hernán de Mena, el segundo caballero del jabalí Blanco, que deberá llevar a Oviedo al nuevo rey. Mientras, desde la oscuridad acecha un conocido de los lectores de "El caballero del Jabalí blanco": Nepociano que con intrigas palaciegas -y el dinero de Córdoba- se encumbra cerca del trono vacante.
  • La batalla de Cornellana con la coronación de Ramiro y su boda. Por cierto, lucha muy bien relatada donde devoramos cada página con miedo a la muerte de alguno de los personajes literarios.
  • El fin de Nepociano, que no el fin de las tensiones que creó el personaje que se dejan para una tercera novela del ciclo del "jabalí blanco". Lo mismo ocurre con la trama cordobesa.
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Sobre el estilo literario de esta novela dispuesta en 20 capítulos que recorre la línea temporal sin flashbacks ni evocaciones a la anterior novela fuera de las lógicas referencias vitales de algunos personajes. Dentro de cada capítulo se salta de un grupo de personajes a otro, lo que, tras las primeras páginas, nos delimita las líneas argumentales, las visiones, de la obra: Ramiro Bermúdez y Hernán de Mena, Nepociano y Jimena, el eunuco y la preferida y Abderramán II.

Ya solo queda desearles que disfruten con su lectura.


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