Ya lo
sé, ninguno de ustedes ha visto unas torres en Torme. Bueno, quizá si peinan
canas desde hace mucho las recuerden. Estaban al comienzo del tramo de la
carretera que atraviesa el pueblo. Más
concretamente, nada más bajar la "Cuesta de Arenas" a la derecha y
antes de llegar al camino que antaño comunicaba este barrio y el "Camino
Real" que partía de Bocos y, pasando el río Trema, llegaba a Torme.
Limitaba, además, con los arroyos de las proximidades de "Campo
Corto", "Campo Largo" y el "Salcinal de los Pilares".
Es el sur del pueblo y hoy nos resulta una zona alejada pero en sus
proximidades había numerosas casas y varios molinos.
Patio de Las Torres de Torme |
Una vez localizado el lugar donde reside este
fantasma del pasado nos vamos a buscar su origen. El pueblo de Torme ya figura
en documentos del Siglo X. En el año 1188, Alfonso VIII hace donación de este
pueblo a Juan Maté (vecino de Burgos enriquecido por el
comercio); luego fue de Lupo Martínez de Macoth que poseía una gran casa que
llamaba “mi palacio”; de ahí, pasó a manos de los Torres; de las de éstos, mediante matrimonio, a las de los Velasco; salta a los López
de Rueda; y, finalmente, a los Ramírez
Arellano, Condes de Murillo y Grandeza de España.
El historiador Luís de Varona decía de este
palacio: "Anse juntado por u
casamiento a esta abadía, (la de Rueda), la (Casa) de Torres que está en el
lugar de Torme, que es un palacio espacioso con cuatro torres y en medio un
gran patio. Contigua al mismo tiene su iglesia, de puro estilo gótico, bajo la
advocación de Nuestra Señora de la Lera (...), donde "ay Santísimo"(...)
y tiene esta casa término redondo, sotos, viveros, ríos, molinos, y muchos
heredamientos labrantíos, sitios para hacer mal a los caballos, árboles
frutales. En la iglesia parroquial entierros."
Exterior de las Torres de Torme. Se reconoce la obra y las ventanas de trabajo más fino. |
Por el inventario de bienes de Mariana de torres,
señora de las Torres y Lera, y María de Bustillo, su arrendataria sabemos,
primero, que los señores no vivían en las Torres en ese año de 1597 al ser lo
muebles de la relación poco importantes y, segundo, nos da algunas pistas sobre
las torres.
La que estaba hacia el lugar de Torme se empleaba
de dormitorio. La que daba al huerto llano hacia Torme tenía también alcobas.
La tercera, llamada aquí “de la rueca” tenía... ¿lo adivinan? Alcobas. Y una
panera. Y ruecas. La última la denominan “la torrecilla” y era la que daba
hacia la parte de Villanueva y era almacén diverso y caballerizas.
Podríamos fechar las torres en el siglo XV,
aunque la imagen de la Virgen de la Lera –advocación de la ermita que existió
junto a las torres- dataría de finales del Siglo XIII o principio del XIV. ¿Qué
significa esto? Pues, que pudo existir una casa señorial cerca de la ermita
contemporánea a la misma. Esta casona sufriría ampliaciones y
mejoras que desvirtuarían la obra inicial. Algunas de las fotos que nos
muestran el edificio dejan ver ventanas de estilo renacentista entre muros de
piedra tosca. Pensemos que hay constancia escrita que personajes del principio
del siglo XIV como Pero Ruyz de Sotoscueva, y sus hijos, El Obispo de Burgos D.
García, y Dña. Andriquina, eran de aquí y tenían ya en el pueblo de Torme su
casa fuerte.
Otra pista sobre las torres la obtenemos gracias
al Catastro del Marqués de la Ensenada que nos dice que El ilustrísimo Sr. Conde de
Morillo posee en este lugar una casa que se halla junto a la ermita de la Lera,
con sus cuartos, altos y bajos, y tiene de ancho cuarenta y tres varas y de
fondo cuarenta y cuatro. Surca por Cierzo, Solano, Ábrego y Regañón la ermita
de la Lera. Está regulada la renta anual de esta casa en 5 fanegas de
pan." Cuadradas. Y, en
función de las fotografías existentes nos atrevemos a conjeturar que los
torreones esquineros tendrían unos ocho metros de lado. El centro del palacete
sería un patio 25 metros de lado. El conde de Murillo al que se refieren es Juan
Francisco Ramírez de Arellano y Paniagua.
Posible fachada, quizá por la austera puerta, donde se advierten nuevas ventanas renacentistas y ventanas de corte gótico que corresponderían al momento inicial del palacio. |
Este título nobiliario surge en Murillo de río
Leza (La Rioja) que formaba parte del señorío de los Cameros, un extenso territorio
donado en 1366 por el rey Enrique II de Castilla a Juan Ramírez de Arellano.
Este, en su testamento del 29 de octubre de 1385, segregó del señorío varias
villas que crearon el condado de Murillo. Los primeros titulares figuran en
numerosos documentos como Condes de Murillo, de Murillo de Río Leza o de la
villa de Murillo. A partir de del siglo XVIII se empleará como oficial la de
Condes de Murillo. El mismo camino transita el condado de Montenuevo y que
ostentó el conde de Murillo hasta el IX titular. ¡Que no se me olvide! Este
título no tiene nada, pero nada que ver con el Marquesado de Murillo.
Volviendo al Catastro de la Ensenada, este toca
los temas económicos adjuntos al castillo: "Una
tierra pegante a la ermita, de 16 celemines. Otra finca pegando a ella, de 14
celemines. Otra finca, de 5 celemines. Otra junto a ella, de 2 celemines. Otra,
de 3 celemines. Otra junto a ellas, de 8 celemines y otra, de 3 celemines. Y
otras muchas fincas en diferentes sitios. Por los mencionados bienes paga el
rentero, cada año, a D. Juan Francisco Ramírez de Arellano, y al capellán de
Nuestra Señora de la Lera, 756 reales." En otra parte de este mismo
Catastro y refiriéndose a las tierras que siembra Domingo Fernández dice: "Un solar de Juan Francisco Ramírez de
Arellano que primeramente pertenece al dicho Señor Carvajal, una casa con tres torres, (parece querer indicar que una de las torres la considera como casa
vivienda más las tres torres que no lo serían en aquel 1750), la que se
halla junto a la ermita de la Lera con sus cuartos, altos y bajos. La que tiene
de fondo cuarenta y tres varas de largo y de fondo cuarenta y cuatro en lo que
entra un patio que está en medio de dicha casa la que surca por todas partes
con tierra de dicha ermita de la Lera que toca y corresponde a dicho señor de
Carvajal, por la que se estima una renta de 5 fanegas y 40 fincas que
pertenecen a la Capellanía de la Lera”.
El
diccionario de Sebastián Miñano no comenta nada sobre el edificio en su corta
entrada sobre Torme.
En esta fotografía se aprecia la desaparición de una de las torres. |
En el
"Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España y Posesiones de
Ultramar" de Pascual Madoz sobre este edificio escribe: "Torme tiene 80 casas y cuatro torres
antiguas reunidas, propiedad del Conde de Bornos (...)" Es decir,
que a mediados del siglo XIX permanecían en pie las cuatro torres. Sí, pero,
¿Quién es el conde de Bornos? ¿No habíamos quedado que eran los del condado de
Murillo? Procedamos a explicarnos: debemos fijarnos en María Josefa Ramírez de
Arellano y Olivares (1765-1800), VII condesa de Murillo, que casó con Joaquín
Ramírez de Haro y Adsor, el cual era el VIII conde de Bornos. Un grande de
España, mariscal de campo de los Reales Ejércitos, alférez mayor de Motril,
caballero de Santiago y gentilhombre de cámara del rey con ejercicio. Era
gaditano y bautizado el 9 de abril de 1753. Es decir, matrimonio, no venta. A
partir de entonces quedan unidas dos casas Grandes de España, que se han
sucedido en los Ramírez de Haro hasta la actualidad. Listo, aclarado. Como
chascarrillo, la actual condesa de Bornos es Esperanza Aguirre (la que fue
presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid) al asumir el título su marido
por renunciar al de conde de Murillo a favor de su hermana.
García
Sáinz de Baranda, que pudo contemplar la fortaleza en la primera mitad del
siglo XX. escribía sobre ello: "Todavía
se yergue altanera una de sus torres, compañera que fue de otras tres más,
derribadas no ha muchos años, las que formaban los extremos de un recinto
cuadrado, amurallado y almenado, de frentes rectos, sin cubos ni contrafuertes,
que aumentaran su poder defensivo".
Las fotografías encontradas son de finales del
siglo XIX y principios del XX. En ellas observamos una fachada principal
similar a la de las torres de Medina, con las cuatro torres en los vértices del
cuadrado que formaría el total del recinto. Los cuerpos de enlace entre ellas
eran habitables y sus ventanas eran de buena piedra labrada y coronadas con las
armas de la familia. Junto a las dichas torres estaba situada la ermita de la
Virgen de la Lera de puro estilo gótico. Estas torres tenían, en su parte sur,
al río Trema como defensa y el resto estaba rodeado de arroyos, fosos y
ciénagas luego saneadas.
Escudo heráldico del apellido TORRES |
Los escudos que aparecen sobre las ventanas son
dos:
- El primero que vemos en las fotos, a la izquierda podría ser el propio de los señores de las torres. Está compuesto por siete torres. Sáinz de Baranda indica que este escudo aparecía a los lados del sagrario de la ermita de la Virgen de la Lera. Lo describía como un escudo con siete castillos en campo verde.
- El otro escudo, con trece estrellas o róeles (pieza circular que aparece en los escudos heráldicos). Si fuesen las trece estrellas este sería el timbre y blasón de los Salazar, tan abundante en esta zona, no así si fueran róeles.
En medio de estos dos escudos hay unas cadenas, ¿Qué
significan? A saber: desde ser relativo a la Casa de Mendoza, una esclavitud
real o amorosa o referencia a la batalla de las Navas de Tolosa. Esta última
podría llegar a ser plausible porque los Maté estuvieron relacionados con
Alfonso VIII y contribuyeron en esa batalla. Pero este palacio desaparecido no
tiene por qué tener relación con Juan de Maté. Si nos fijamos en los escudos
descritos vemos que estaban colocados en ventanas de una de las paredes
laterales de las citadas torres, un lugar secundario. Además, estos escudos
pueden no ser del linaje principal del amo de las torres. Quizá uniones
colaterales que ponen sus armas en lugar secundario porque para ellos también
esa hidalguía lo es en línea de descendencia.
El escudo familiar, que según el genealogista
Varona ostentaba el castillo en su fachada principal, consistía: "En campo de azur, castillo y orla de
armiños con insignia episcopal por ser hijo de esta familia don García de
Torres, Obispo de Burgos". Esta afirmación del genealogista Varona
crea dudas, pues parece extraño que fuera un solo castillo o torre la
constitutiva de su escudo ya que su nombre: "Torres", indica varias
torres. Por otra parte en el escudo correspondiente a diversas ramas emanadas
del tronco de los Torres de Torme, se puede observar que en todos son cinco las
torres que muestran, como ocurre con los Torres de Medina de Pomar y los Torres
de Salazar. Vamos que es difícil creer que el escudo de los Torres de Torme fuera
una sola torre. O cinco o siete. Esta duda se podría desvanecer si
encontráramos fotografías de la fachada principal de las torres y en ella se
divisara con claridad el escudo de esta familia.
Detalle de una de las ventanas. |
El siglo XIX fue el siglo de la caída del Antiguo
régimen y de las desamortizaciones. Esto hizo que dejasen de ser interesantes
estos edificios cuyo coste lo sufragaban, generalmente, las rentas de los
diversos señoríos. Abandonados serán sujeto de venta, desmantelamiento o pillaje.
Las piedras de los muros se utilizan para nuevas construcciones, tanto
particulares como públicas. Columnas, artesonados, elementos decorativos y
escudos se venden o, abandonados, se deterioran y se destruyen.
Otra de las ventanas, esta con parteluz, y escudos. |
La puntilla se produce el año 1943 –o el año 1944-
cuando, para construir la casa de Eugenio Pereda y luego de José López, se
dinamitó y derrumbó la última torre que resistía para emplearla como cantera. El
titular del condado de Murillo y de Bornos en aquel momento era Fernando
Ramírez de Haro y Álvarez de Toledo. Gracias a esta miseria tan común por Las
Merindades se perdió otro tesoro histórico y arquitectónico. Piénsenlo: hoy no
se recuerda y, supongo, este texto les resultará sorprendente. Todo quedó
reducido a un montón de piedras que cuesta reconocer.
Bibliografía:
“Torme en la Merindad de Castilla La Vieja” por
Pedro María López Andino.
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