¿En qué consisten las fiestas de una población? ¿En
una procesión hasta la ermita del santo? ¿En verbenas y borracheras? ¿En unos
festejos taurinos? Pues sí, en muchos pueblos de España y, entre ellos los de
Las Merindades, son los toros los que marcan La Fiesta (con mayúsculas). En
esta ocasión saltaremos por las páginas de algunos diarios que nos hablaron de
la feria taurina de Medina de Pomar en el primer tercio del siglo XX. Bueno,
y parte del final del XIX.
La primera mención que presentamos aquí procede
de El País (no el de los herederos de Polanco, no se me asusten) que nos habla
de un joven novillero llamado Juan Pedro Esteras que torearía los dos días de
fiestas del siete y ocho de octubre. Solo tenemos el nombre, no la faena que
nos hizo.
La segunda mención que les traigo es del Heraldo
de Madrid del 11/10/1894 y dice: “Un
señor que no sé de qué cuadrilla será, pero que está ó ha estado en las
corridas de Medina de Pomar, telegrafía que los toros de Galo han sido superiores y que al Escabechero lo han aplaudido á rabiar las dos tardes. Y
no hay más”. No sé a ustedes pero, a mí, me encanta esta concisión.
El periódico El Imparcial nos comentaba la feria
de octubre de 1899: “Medina de Pomar 2 (6
tarde). Las ferias de esta población han estado muy animadas, calculándose en
más de dos mil los forasteros que han venido á ellas. Ha habido fuegos
artificiales, cucañas, iluminaciones y dos corridas de toros. En la de ayer (01/10/1899) se lidió ganado de la Quintana, que resultó
bravo. Oruga quedó medianamente
matando, y se distinguieron toreando, y más aún poniendo banderillas, el
Galleguito, Chufitas y Calderón.
La de
hoy ha sido muy buena. Oruga
ha matado dos toros de dos estocadas y las cuadrillas han estado muy
trabajadoras y lucidas. El sobresaliente, Manuel Calderón, fué cogido
aparatosamente por el primer toro, afortunadamente sin consecuencias
desagradables. —Rodríguez.”
El precio del telégrafo en 1900 debió ser más
ajustado porque la crónica de la feria de Medina de Pomar de ese año resultó
más amplia: “Medina de Pomar 8 (6 tarde).
Ayer se celebró la primera corrida con un día espléndido y mucho entusiasmo. La
Plaza estaba llena, resultando insuficiente para contener el numeroso público
que acudió á presenciar la corrida. Presidió, muy acertadamente, el Sr. Paz.
Los toros de Quintana fueron aceptables. Mataron dos caballos.
El Esteras
estuvo superior, matando dos toros de dos estocadas. Bien en quites. Brindó un
toro al diputado Sr. Arnáiz, recibiendo un valioso regalo. Manolé y Herrerito muy bien bandilleando. De los picadores, Trescalés y Atrevido. Para todos hubo muchos aplausos, tabacos y sombreros.
Por la noche
hubo iluminaciones eléctricas y a la veneciana, globos y baile, que estuvieron
muy animados.
La
segunda corrida, verificada hoy, también estuvo muy animada. Esteras fue
ovacionado. Banderilleó el primer toro admirablemente. El segundo toro fue
fogueado. Un nieto del ganadero Sr. Quintana, que presenciaba la corrida, se
opuso á ello, promoviéndose una bronca. Los picadores, cumplieron. Los banderilleros,
muy bien. La presidencia, á cargo de D. Eloy Paz, acertadísima.
Continúan
animadísimas las fiestas. Hay muchos forasteros. —Rodríguez”. (En
este caso para El Liberal 09/10/1900).
Imagen de "Toros y Toreros" (1916) |
Como se ve la ciudad tiró la casa por la
ventana. Nos encontramos un nombre ya conocido que es Juan Pedro Esteras que
fue un reputado novillero del momento. Pero todo esto no fue suficiente porque
en 1902 rizaba el rizo y prometían que “En
honor de la Virgen del Rosario se celebrarán grandes festejos en Medina de
Pomar desde el 5 al 8 del corriente. Figuran en el programa funciones
religiosas, iluminaciones eléctrica y á la veneciana, ascensión de globos
aerostáticos, fuegos artificiales, bailes públicos y de sociedad, carreras de
cintas, variadas cucañas y corridas de toros”. (El imparcial 04/10/1901)
La iluminación “a la veneciana” consiste en
trazar una malla de lámparas que cruzan de lado a lado de una calle. Algo
parecido a las luces navideñas de hoy. Por otra parte, ascender en globo para
disfrutar de la vista de la vega no deja de ser un atractivo fascinante incluso
en esta época de Google y aviones a reacción. No puedo dejar de ironizar sobre
el sintagma tan acertado de “funciones religiosas” y sobre que los toros
mataron dos caballos. Esto último era normal porque las pobres bestias entraban
en la plaza sin protecciones y con los ojos tapados. Cuando arremetía el toro
contra esos famélicos rocines el final era cantado.
En este sentido es más llamativa la crónica
enviada al periódico El Imparcial en 1903: “POR
TELÉGRAFO (DE NUESTROS CORRESPONSALES). Medina de Pomar 5 (10 mañana) "Los
toros de Tabernero lidiados ayer cumplieron, matando cinco caballos. Calerito, muy trabajador y oportuno en la brega,
estuvo valiente matando y superior en uno de sus toros, del que se le dio la
oreja. También banderilleó con aplauso y salió de la plaza en hombros. En la
cuadrilla se distinguió Avelino. —C.”
¡Sólo cinco caballos para unos toros que
cumplieron! Gracias a la coma que varía el significado de la frase que si no…
Pero no todo va a ser desgracias equinas. Para
1905 el corresponsal se había comedido en su euforia. O, tal vez, recortaron su
crónica. Ustedes juzgarán: “Medina de
Pomar 4 (6 tarde). Con gran animación se han dado las dos corridas de fiestas.
El ganado de Fabián Martínez, grande, ha dado juego. Carbonero, muy valiente, quedó bien la primera tarde
y mucho mejor lo segunda, en que obtuvo muchos aplausos. La Cuadrilla,
trabajadora. —C”. (El imparcial 05/10/1905)
Aquí tenemos el comentario que realizó la
publicación el Toreo:
En 1906 toreó el diestro Alhameño. Punto.
Pero no todo son toros. Aparte de corridas de
novillos, en el programa de fiestas de 1909 hubo carreras de cintas, fuegos
artificiales, iluminaciones eléctricas, bailes públicos y de sociedad y
funciones religiosas.
Y el 2 de octubre de 1910 nos cuenta “El Enano”
que: “Se lidiaron toros de Carreros, que
estaban bien presentados y fueron muy bravos. Calerito, que toreaba su última corrida como novillero, se lució toreando de
capa; en quites trabajó mucho, estando activo, elegante y oportuno, y al matar,
hizo faenas de maestro, despachando sus toros superiormente. Puso banderillas
al cambio con tanto arte como filigranas. El valiente diestro escuchó muchos
aplausos. Antonio Blanco valiente en el último toro.=B”. Este Antonio era
un sobresaliente, uno que suple o sustituye al matador, que estuvo a matar el
último de la tarde.
Pensarán ustedes que lo que venían eran toreros
del tres al cuarto pero no tanto. El ya conocido por los medineses Joaquín
Calero, Calerito, toreó dos días -domingo y lunes- en Medina de Pomar pero luego
marchaba a hacerlo en Barcelona y luego en Méjico, contratado para doce
corridas. Ojito. Este caballero tomó la alternativa en Zaragoza en 1910 aunque
tuvo una carrera gafada. De él se podría decir aquello de Torear poco y ser muy
cogido es un mal camino. Sigamos.
En 1913 alegraron la fiesta de los medinenses
los diestros Tintorero y Carnicerito, enfrentados a los toros de Calvo que
tenían fama de grandes y difíciles. A ambos muchachos les ovacionaron
constantemente. Pero también al banderillero apodado Chatín.
En 1915 el periódico El Día comentaba: “En los días 5 y 6 del próximo mes de
octubre se celebrarán en Medina de Pomar (Burgos) dos corridas de novillos,
lidiándose seis de la ganadería de D. Hipólito Ortiz, de Pancorbo. En ambas
corridas actuará como diestro el novillero vallisoletano Alfonso Gómez Finito”. A su vez el Anuario Taurino nos
suelta que “el 4 de Octubre actuó el
espada José Tuñón, estoqueando reses de Hipólito”. Y eso que este espada,
que toreó solo, había sufrido una cogida de nueve centímetros el 5 de agosto en
la plaza de Miranda de Ebro. ¡Sangre, sangre!
Alfonso Gómez "Finito". |
Si se fijan no me cuadra la información.
¿Torearon ambos? ¿Se cambió el cartel? Da igual, lo que quiero destacar es que
eran gentes recias acostumbradas a la sangre ya fuese del toro, del caballo o
del torero. Claro que las cosas cambian con el paso del tiempo. ¡Que se lo
digan a la terna que toreó la novillada de 1923!: “En Medina de Pomar. Novillos de García Hernández, buenos. Fermín
Esteban se deshizo del primero después de grandes apuros. El segundo, que fué
bravísimo, sembró el pánico en el redondel. Ni uno solo de los lidiadores quiso
exponer el traje siendo necesario que salieran los mansos y se llevasen al
novillo. El público protestó airadamente” (La Libertad 09/10/1923). Parece
que ese cariño a la sangre que tenía el público no era compartido por los
matadores.
Hagamos la siguiente parada en nuestro recorrido
taurino con el Heraldo de Madrid que comentaba en 1925: “MEDINA DE POMAR 6.-Con motivo de la feria se han celebrado dos
novilladas, en las que se lidió ganado de Salamanca, que resultó difícil.
Cecilio Barral, único matador, estuvo valiente con el capote y la muleta. Fué
cogido varias veces, resultando con diversas contusiones. Cortó dos orejas”.
Y ya metidos en la faena es imprescindible
incluir la crónica de Eduardo de Ontañon en el Heraldo de Madrid:
En 1928 tenemos el comentario telegráfico del
periódico La Nación: “Los novillos de
Mangas, bravos. Delmonte, ovacionado
en todo. Cortó orejas y un rabo. Bartolomé, valiente y aplaudido”. Por lo
que veo en este repaso de años la generosidad concediendo orejas y rabos era
increíble.
El Heraldo de Madrid del siete de octubre de
1929 nos contaba que:
En las fiestas de 1930 ese mismo periódico nos describía
que hubo “(cuatro) Novillos de Rubio,
bravos. Fortunita y José Agüero, superiores. Fueron ovacionados y salieron de
la plaza en hombros”. La categoría de la corrida era de novillada. Por
cierto, al día siguiente el único espada que actuó, José Agüero obtuvo un gran
éxito en el toreo y, entrando a matar, cortó dos orejas y fue paseado a
hombros.
Cogida de Delmonte. |
Cambiamos de década y en 1932 vemos lo que dice
La Fiesta Brava:
Al año siguiente encontramos esta pequeña nota
en La Libertad: “En Medina de Pomar.
Ganado de Rubio cumplió. Toreri, bien
en uno y superior en otro, del que cortó la oreja. Algaberito, valiente. También cortó las orejas de su
segundo”. Claro que, si miramos lo que dice el periódico La Nación del 5 de
octubre de 1933 vemos que:
Y, no solo eso, sino que en 1934 tenemos al “novillero Jerónimo Manjón (que) cortó orejas y escuchó grandes ovaciones”.
Y, ya no sigo para “evitar que me coja el toro”.
Plaza de Medina de Pomar (1934) |
Bibliografía:
Periódico “Heraldo de Madrid”.
Periódico “El Imparcial”.
Periódico “El Liberal”.
Periódico “La Libertad”.
Anuario Taurino de 1915.
Periódico “El Día”.
Revista “El Enano”.
Periódico “El País”.
Revista “el Toreo”.
Revista “La Fiesta Brava”.
Periódico “La Libertad”.
Periódico “La Nación”.
Blog “De hombres, toros y caballos”.
Blog “Toros y toreros”.
Blog “El Monárquico”·
Revista “Toros y toreros”.
Revista "Mundo Gráfico".
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