Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 4 de octubre de 2020

La torre de Villacomparada de Rueda.



Es imposible no fijarse en este edificio situado a la vista de la carretera general de Bilbao a Burgos y que ha quedado reducido a una torre, afortunadamente restaurada y un paño consolidado.

Margarita Saravia de Rueda, registró las características del palacio al hacer inventario del vínculo de su difunto hermano Jacinto Saravia de Rueda (+1738), del que era administradora: “Una casa en que vivo que se nombra de los Saravia con sus dos torres, que tiene de alto once varas y lo demás de la casa, de los goterales hasta el suelo ocho varas; de ancho veinte y tres y de fondo veinte y ocho. Se compone de dos suelos; el suelo terreno tiene un cuarto, dos caballerizas, un patio que hará como un celemín que sólo sirve para vaciadero de los goterales, y dos pajares. En el suelo alto tiene un corredor que rodea el patio, cuatro cuartos y su cocina, y en la una torre que cae al aire ábrego hay un palomar. Surca por cierzo, regañón y ábrego, huerta y corral de dicha casa, y por solano heredad de este mayorazgo. Y esta casa tiene fachada al oriente por donde surca tierra y heredad de este vínculo”.

Palacio de Villacomparada de Rueda en 1969

Hacia el año 1983 la visita Inocencia Cadiñanos que nos describe la torre como un paralelogramo cuyo lado menor mide ocho metros y el mayor no alcanza los diez. La puerta se halla al Sur, dentro del palacio, en la “salona” con las siguientes características: al exterior arco ojival, pero interiormente rebajado. Claro que existía otra puerta para que se pudiese acceder a ambos niveles de la edificación, al menos en la torre superviviente. La torre remata en doble cornisa bajo el alero y cuatro pináculos en las esquinas.

El lienzo del Este tiene varias saeteras que, aparentemente, dan al interior del palacio. La torre se divide en sótano, dos plantas y desván. En el segundo piso, Inocencio vio que un extraordinario artesonado que deseaba se lograse salvar. En los paramentos todavía vemos que se abren vanos de diferentes arcos. En el palacio –nos comenta Cadiñanos Bardecí- estos son adintelados destacándonos un desaparecido balcón al Sur al que surmontaba el escudo de los Saravia.


La Torre de Villacomparada de Rueda, es un torreón gótico del siglo XIII y la Casa Palacio del siglo XVI era de estilo Renacentista. Actualmente más que en ruinas. Todo era de mampostería. Se recuerda que algunos vecinos mayores conocieron una colección de armas en sus salones.

Una descripción temprana contaba que el “edificio es ostentoso y grande con dos fuertes y levantadas torres que le abrazan, éntrase por un espacioso patio cuyo frente y portada denota lo atrasado de sus principios y lo seguro de su fábrica, tiene una gruesa muralla guarnecida de almenas y saeteras, su mayorazgo se compone de mucha hacienda raíz, censos y rentas en aquel contorno... Han sido los señores desta casa de tanta superioridad en las Merindades de Castilla la Viexa que habrá como doscientos años pusieron pleito a la república que les pedía las alcavalas y demás repartimientos lo qual todo pagaban Ios demás hiiosdalgos y cavalleros y esta casa se defendió alegando ser una de las ziento y tantas de las siete Merindades privilegiadas y un pedimiento y petición dice el señor de la casa estas palabras: “No me debéis echar oficios ni repartimientos porque aunque yo bos confieso sodes fijos dalgos honrados sabeis la diferencia que aya de mi calidad a la vuestra””.

Testigos del siglo XVIII opinaban: “es una casa solariega y antiquísima con preeminencias de obra grande con sus escudos de sus propias armas muy antiguos... La casa de Saravia de dicho lugar que es muy antigua solariega y de nobles y notorios hijosdalgo... Es infanzona y de armas pintar... Sus dueños fueron muchas veces regidores y procuradores del estado de hijosdalgo de Villacomparada... Casa muy conocida y antigua en toda esta montaña... Es muy antigua y ostentosa con dos torres grandes y así es la común opinión de que es solar de muy nobles hidalgos”.


El escudo que poseía este caserón, quizá el que comenta Inocencio, era de gran tamaño y estaba bordeado por una corona de hojas, atada con cintas que finalizaba en artísticas ondulaciones.

Su campo era partido y a la izquierda tenía un castillo donjonado –torre central más elevada que las laterales-. Sobre el mismo tres flores de lis, alineadas y bajo el castillo dos ruedas. Son las armas de Rueda. A la derecha tenemos cinco flores de lis, puestas en sotuer. Arriba, una caldera con dos cabezas de sierpes a cada lado, por la parte de fuera, y dos hileras de veros y de agua en la parte inferior. En la bordura correspondiente a la línea del borde superior del escudo, en la segunda partición la palabra Saravia: Armas de Saravia. La caldera responde a un enlace.

Miremos un poco la genealogía de la familia propietaria del inmueble: “Ruy Sánchez Saravia, hijo segundo de García López de Gibaja Saravia, señor de la casa de Gibaja y Rasines casó con doña Elvira Sánchez de Rueda, hija de Lope García de Rueda y de su mujer doña Teresa de la Vega, señores de la Abadía y casa de Rueda, de la de Villacomparada de Rueda y de la de la Roca en la villa de Bocos.


Doña Elvira aportó a este matrimonio las citadas casas de Villacomparada y la de la Roca. De esta unión nacieron Juan Sánchez Saravia de Rueda, (es en este momento cuando se fusionan los apellidos) que sucedió en la casa, y Sancha de Rueda que casó con Juan Sainz de Villasante.

Juan Sánchez Saravia de Rueda casó con doña María de Villasante, hija de Gonzalo de Villasante, señor de la casa de su apellido y tuvo en ella a Lope García Saravia que sucedió en la casa de Villacomparada (Vemos, por tanto, una cierta preminencia en la casa de Villacomparada al ser otorgada al primogénito); a Juan Sánchez Saravia de Rueda, de quien proceden los Saravias señores de la casa de Loja; a Pedro Saravia de Rueda, de quien proceden los señores de la casa de Valhermosa; y Alonso Díaz de Rueda Saravia, de quien proceden los señores de la casa de Rueda y su rama del lugar de Arroyo.

Lope García Saravia de Rueda casó con doña Catalina Ruiz de Salinas y tuvo a Juan Sánchez Saravia de Rueda que sucedió en la casa.

Juan Sánchez Saravia de Rueda, señor de las casas de Villacomparada y de la Roca, casó con doña María de Velasco heredera de la casa de Quintanilla de Pienza. Tuvo en esta señora a Pedro Saravia de Rueda, que sucedió en la casa; a Lope García de Rueda de quien proceden los Ruedas Saravias de Bocos; al licenciado Juan Saravia de Rueda, beneficiado de la iglesia de Bocos y electo abad de Tabliega. Fueron también hijos de este matrimonio, Catalina Saravia de quien vienen los Ortiz Saravias de Villalázara; María Saravia y Angulo, que casó en Villanueva de Ladrero con Martín Sánchez de Salazar en quien tuvo dos hijas de quienes no quedó sucesión; Leonor de Rueda Saravia, que casó en Quintanilla de Sigüenza y no tuvo hijos y Francisca que murió sin casar. Por algunos papeles y noticias parece que tuvo también a García de Rueda, de quien vienen los Ruedas de Cuenca.

Cortesía de "Asociación española de amigos de los castillos"

Pedro Saravia de Rueda casó con doña Catalina de Medinilla, hija de Juan López de Medinilla, señor de la casa de Bocos, y de su mujer doña María Saravia su deuda, hija de la casa de Loja en Valdivielso, y tuvo a Juan Saravia de Rueda que sucedió en las casas.

Juan Saravia de Rueda, señor de las casas de Villacomparada, de la Roca y de la de Quintanilla de Pienza casó con doña Margarita de Bustamante hija de Juan de Rivera Bustamante, señor de Villalázara y de María de Carranza. De este matrimonio fueron: Juan Saravia, que sucedió en la casa; don Gaspar Saravia que también sucedió; don Melchor Saravia religioso de la orden de San Juan; doña Ana María, de quien proceden los Bujedos Saravia de la casa de La Lastra; doña Vicencia, que casó dos veces; la primera con Juan de Villate, la segunda con Martín de Santibáñez, vecinos de Medina de Pomar. No tuvo hijos.

Fueron también hijos de Juan Saravia de Rueda y de doña Margarita de Bustamante: Francisca Saravia que no se casó; doña Margarita Saravia de quien vienen los Villaranes de tierra de Frías y a doña María Saravia de quien proceden los Ríos de Ancenas.

Juan Saravia de Rueda (II), sucesor en las casas citadas, casó con doña Magdalena de Rueda, su prima, hija de Pedro de Rueda, el de Bocos, y de su mujer doña Ana de Pereda. No tuvo hijos y le sucedería su hermano.

Vista aérea en 2005

Gaspar Saravia de Rueda que casó con doña Bernarda de Santander y Calderón en Saldaña y tuvo a don José Manuel, sucesor, a doña María Saravia, y fuera del matrimonio a don Pedro Saravia.

José Manuel Saravia de Rueda casó con doña María de Sangrices Varona, hija de Francisco Sangrices y de doña María Ruiz de Valdivielso, señora de la casa de Sangrices, de Torres de Medina”.

Del matrimonio entre José Manuel y María nacieron Jacinto -en fecha desconocida-, Josefa, Francisco José, bautizado el 10 de agosto de 1672, Raimundo, Juan Manuel, Margarita, María Catalina y Paula.

Jacinto Saravia de Rueda, abogado de los Reales Consejos, el 2 de marzo de 1705 se casó con Beatriz de Colmenares Santander y Herrera, hija de Bernardo de Colmenares y la Vega y de Magdalena de Santander Enríquez, vecinos y naturales de la villa de la Puebla de Valdauy. Nieta paterna de Bernardo de Colmenares y la Vega, señor de Tablares, y de Francisca de Herrera Córdoba y Narváez, única patrona del convento de San Francisco de la villa de Palenzuela. Nieta materna de Cristóbal Adarro de Santander, señor de Villaíres, y de Beatriz Enríquez, vecinos que fueron de la dicha villa de la Puebla. Jacinto y no tuvieron hijos por lo que el mayorazgo pasaría a ramas colaterales.

En el testamento de ambos señalan como sucesor a Francisco José Saravia de Rueda, hermano de Jacinto, residente en la ciudad de Santa Fe de los reinos de Indias, del que tenían conocimiento era padre de familia numerosa. Como testamentarios nombraron al licenciado Juan Manuel Saravia de Rueda, su otro hermano, cura beneficiado en Torres, al que Jacinto había ayudado en sus estudios, y al padre guardián que al tiempo fuere del convento de San Francisco de Medina de Pomar.


Jacinto murió el 18 de septiembre de 1738 y fue enterrado según sus deseos en la iglesia parroquial de Villacomparada en la sepultura dotada de su casa, junto al altar de San Cristóbal, donde reposaba su madre María de Sangrices.

Beatriz de Colmenares ordenaba en el testamento citado que fuera llevado su cuerpo a enterrar en el espacio que disponía su abuela en el convento de San Francisco de Palenzuela -que eran de su prima Ana María de Colmenares- y “si ello supusiera algún reparo por la susodicha u otra cualquiera persona, suplicaba al Rdo. P.G. del convento la señale sepultura a la puerta por donde los religiosos salen de la sacristía a la iglesia” y se pague la limosna que fuere costumbre.

En un codicilo posterior se determinaba que, a causa de las molestias del traslado de un cadáver, se la enterrase en la iglesia parroquial de Villacomparada de rueda, en la sepultura que tenía dotada su marido. Puso la condición de su traslado, cuando ya estuviese podrida, a costa de sus bienes y de sus herederos, al sepulcro de sus abuelos haciendo en dicho convento un oficio de cuerpo presente pagando a la comunidad, a su síndico y a las parroquiales de la villa de Palenzuela lo convenido por sus servicios. Murió Beatriz el 21 de enero de 1749. Ignoramos si se cumplieron sus últimas disposiciones.

Sucedió en la casa, como estaba previsto, Francisco José Saravia de Rueda que había casado en Indias con Francisca Cabrejo de Morales. Hijo de este matrimonio fue Francisco Saravia de Rueda que se casó con Gertrudis de Yames y tuvieron a: Ignacio, Francisco Agustín, Tomás, Dominga Soriana, María Nicolasa y Bárbara.


En el año 1779 residía en Villarcayo Ignacio Saravia de Rueda y de Yames como sucesor en el mayorazgo. Por su testamento fechado en ese año de 1779 conocemos a sus padres y abuelo. Se casó dos veces: con María Antonia Soledad de Bustillo y, después, con Paulina Ruiz de Huidobro, hija de Juan Antonio Ruiz Huidobro y de Antonia de Arce y Arroye vecinos de Santa Olalla. Ninguno de los matrimonios tuvo hijos. Por ello, Ignacio Saravia de Rueda nombró por su única y universal heredera a su esposa doña Paulina Ruiz de Huidobro.


Bibliografía:

“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“Arquitectura fortificada en la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Barcecí.
Fototeca digital de España.

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