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domingo, 2 de abril de 2023

Una embajada de Enrique VII por Las Merindades.

 
 
Cuando miramos el paso de la Edad Media y el Renacimiento difícilmente pensamos en complicadas relaciones diplomáticas extendidas en el tiempo, pero en el colegio nos contaban – a los que peinamos canas- los tratos de los Reyes Católicos para casar a sus hijos y la consecuencia de los mismos: Carlos I, el de Gante.

Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, 
los Reyes Católicos
 
Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón se cartearon con Enrique VII de Inglaterra. Estos reinos -las coronas unidas de Castilla y Aragón, que llamaremos España por comodidad, e Inglaterra- estrechaban sus relaciones a la vez que se apoyaban contra Francia. Los monarcas hispanos trataban de evitar las pretensiones sobre Bretaña de Luis XI de Francia, la lucha por los condados pirenaicos (Rosellón y Cerdaña) y la defensa de los intereses comerciales que enlazaban a españoles e ingleses. El inglés ansiaba afirmar su acceso al trono tras la batallado Bosworth y la vieja reivindicación de la soberanía sobre los ducados de Guyena y Normandía.

Enrique VII de Inglaterra
 
En 1488 comenzó la negociación en varios niveles y con el matrimonio -y el asunto de la dote al entender los ingleses que una infanta era algo inferior a una princesa- de Catalina con Arturo, príncipe de Gales, como facilitador de posteriores acuerdos comerciales y militares. Es en este contexto cuando parte una embajada desde la corte de Enrique VII. De ella formó parte el incontinente literario Roger Machado. Un individuo de claro origen ibérico al servicio del inglés que, en este viaje, iniciaba su andadura diplomática y que, quizá, se incorporó por posible conocimiento de las lenguas peninsulares o de su cultura.

 
De todas formas, gracias al manuscrito de Roger, conocemos el paso de la embajada por Las Merindades. Pero, por un cronista castellano sabemos que el soberano británico envió a Richard Nanfan caballero del cuerpo del Rey, y a Thomas Savage, al que el tratado de Medina del Campo de 1489 califica como doctor en derecho civil y derecho canónico y canciller del condado de Marca. Era quien dirigía la embajada. Sepan que Thomas formó parte de la embajada que, en marzo de 1488, fue designada por Enrique VII para iniciar las negociaciones con Castilla y que desembocaron en los “Preliminares de Londres” que ratificaron tratados de comercio anteriores y por el que se fijaba la dote y derechos de Catalina de Aragón (y de Castilla pero como el padre era aragonés…). La embajada se completó con un séquito de sirvientes y con Richmond, rey de armas de Norroy, designado para servir y acompañar la misión.
 
Partieron desde Southampton junto a los diplomáticos castellanos Rodrigo González de Puebla y Juan de Sepúlveda que llevaban un año en Inglaterra. Amén del capellán Martín de Torres. Embarcaron en dos naves españolas al mediodía del 19 de enero de 1489. Y… el viento les obligó a amarrar en Plymouth y salir para Castilla el primer día de febrero. El mal tiempo invernal les empujó al puerto de Falmouth, en el suroeste de Inglaterra. Lograron llegar a alta mar el doce de febrero y llegaron a la costa cantábrica el catorce de ese mes. Aunque desembarcó en Bilbao González de Puebla el destino de la embajada parecía ser la costa gallega, quizás para dar gracias al Apóstol Santiago.

 
Durante los días catorce y quince de febrero costearon con un clima endiablado que les pudieron hacer naufragar. Pisaron Laredo el 16 de febrero de 1489 y se hospedaron en las casas del mercader Fernando García del Hoyo y su hijo Fernando del Hoyo, vinculados con Inglaterra y que cobraron por el hospedaje. Para entonces, los embajadores supieron que los Reyes Católicos se encontraban en Medina del Campo, y desde Laredo era más fácil alcanzarlos.
 
Siete días después, el 23 de febrero, partieron hacia la meseta por el camino de la lana en busca de los reyes. El retraso lo ocasionó una nevada. Esa noche la pasaron en Lanestosa y el 24 almorzaban en Villasante de Montija (Las Merindades) tras atravesar el paso que llamó Roger Machado “Sandenjesco”. Entiendo que sería el de “Sendero Enhiesto” o de Los Tornos. Fueron a dormir a Medina de Pomar que estaba a tres leguas inglesas de distancia. Unos catorce kilómetros y medio.

Ruta estimada de Laredo a Burgos
 
No estuvieron más que esa noche en la capital de los Condestables de Castilla y partieron el 25 de febrero hacia una villa que Roger llama “Coinino” a seis leguas de Medina de Pomar (unos 30 km). ¿Qué pueblo es? Pues, la ayuda para intentar descubrirlo lo tenemos en estas líneas: “Pero debéis saber que entre esa villa de Medina de Pomar y el pueblo de Coinino, más o menos a medio camino pasa un gran río entre dos altas montañas, que se llama Ebro; y este rio fluye hasta la ciudad del reino de Aragón llamada Zaragoza”. Por cierto, otra referencia al reino paterno de la futura reina de Inglaterra. A partir del párrafo transcrito podemos conjeturar que salieron de Medina de Pomar hacia Trespaderne para atravesar el cañón de La Horadada y dirigirse hacia el valle de Valdivielso pernoctando en Condado -el posible Coinino-. Este era un camino muy empleado en época invernal por la carretería al estar más libre de nieve que Los Hocinos. Lo que transitaban por La Horadada solían desviarse por La Bureba y no por el valle de Valdivielso -como cuenta Roger-. No era, por tanto, un camino principal desde Medina de Pomar por obligar a dar cierto rodeo frente al camino de Los Hocinos.

Alcázar de Medina de Pomar
 
El día 26 de febrero de 1489 “fueron a tomar un tentempié a un pueblo llamado Hontomín”. El camino que debió tomar la embajada ascendería por la “calzada de El Almiñé” y avanzaría, en un día de duro invierno, a través del páramo de Masa. Desde Hontomín enviaron un mensaje a un comerciante de Burgos que había estado en Inglaterra, Diego de Castro, para solicitarle alojamiento. Aunque ya habían salido de Las Merindades contaremos un poco más.

El Almiñé
 
Cuando los embajadores estaban a un cuarto de legua de Burgos fueron alcanzados por el mercader Diego de Castro y otros diez o doce mercaderes más como Alonso de Salamanca (también vinculado con Londres) con el objeto de repartirse el hospedaje de los embajadores. Arribaron a la ciudad de Burgos el 26 de febrero de 1489 alrededor de las cinco en punto de la tarde. Y dos horas después de entrar, llegó el doctor De Puebla, el “embajador” del rey de Castilla en Iglaterra, que venía de Bilbao. El comerciante de Castro envió un mensaje a los reyes para saber cómo actuar y Roger Machado comentó que “como puede que haya quien me culpe de que hablo de reyes, y alguna gente puede asombrarse y decir “¡Cómo! ¿Es que hay dos reyes en Castilla?” No (les digo) sino que escribo “reyes” porque el rey es rey por cuenta de la reina, por derecho de matrimonio y porque se llaman así mismos “reyes”, y añaden a sus cartas por el rey y la reyna”.

La Horadada
 
Los embajadores pasarán por Valladolid y en Medina del Campo se cruzaron con la delegación de Maximiliano I soberano de los territorios de la Casa de Borgoña que conseguirían a Juana -la futura Juana I de Castilla o “la Loca”-. Este roce con los borgoñones pudo ser el preludio del Tratado de Okyng. En Medina del Campo, los ingleses saludarán al Condestable de Castilla entre otros grandes cortesanos. Tras reunirse con los Reyes Católicos la embajada marchó a reunirse con el monarca de Portugal.
 
Como podemos deducir del diario de viaje de Roger Machado vemos que los embajadores transitaron por Las Merindades sin dificultades. En su viaje fueron bien acogidos, en especial en aquellas ciudades con mercaderes que mantuviesen vínculos comerciales con Inglaterra.
 
 
 
 
Bibliografía:
 
“Caminos Burgaleses: los Caminos del norte (Siglos XV y XVI)”. Salvador Domingo Mena.
“Una embajada inglesa a la corte de los Reyes Católicos y su descripción en el Diario de Roger Machado. Año 1489”. Juan Manuel Bello León Y Beatriz Hernández Pérez.
“Las hijas de los reyes católicos. Magnificencia y patronazgo de cuatro reinas”. Miguel Ángel Zalama.
“La copia de tratados diplomáticos en el archivo regio inglés por parte de la primera embajada permanente de los Reyes Católicos en Inglaterra (1487-1508)”. Néstor Vigil Montes.
 
 
 
 
Anexos:
 
Roger Machado: Seguramente portugués dado su desconocimiento de términos castellanos, murió en 1510. En su vida acompañó varias embajadas inglesas por Francia e Italia. Al menos desde 1478 formó parte de la corte inglesa. El manuscrito que extractamos empieza con la descripción, en abril de 1483, del funeral de Eduardo lV en Windsor, y al que Machado parece que asistió con el nombre de heraldo de Leicester. Ese mismo año alternaba su residencia en Southampton y Calais ya que en ambas localidades poseía intereses económicos. Fue entonces cuando entró al servicio de Ricardo III, realizando varios viajes a los Países Bajos al servicio de algunos miembros de la nobleza británica. En 1485, Machado se aleja de Ricardo III para acercarse al servicio de Enrique Tudor. Antes de la batalla de Bosworth, de la guerra de las dos rosas, el futuro rey le nombra su heraldo Richmond. Tras su victoria el nuevo monarca lo elevará al rango de rey de armas. Al finalizar ese año acumulaba este último cargo, bajo el nombre de Norroy, y el de heraldo Richmond.
 
Rodrigo González de Puebla: Probablemente descendiente de judíos conversos. De extracción humilde, Puebla rompe los moldes de lo que era la figura del representante diplomático a finales de la Edad Media. Estaba ente la genialidad y la polémica. Un experto en política internacional que fue vituperado por sus sucesores. No fue un miembro de la nobleza al servicio de la corona, sino un jurista que a lo largo de distintas etapas en la administración se gana la confianza de los reyes. Sirvió durante casi veinte años como embajador ante los monarcas británicos.
 
Juan de Sepúlveda: fue el embajador especial que en 1488 se encargó de llevar a Londres los poderes para iniciar las negociaciones destinadas al enlace de Arturo y Catalina.
 
De Castro: Burgos era una gran ciudad mercantil y por eso sabían los ingleses de la existencia de la familia Castro. Diego de Castro, en la década de 1480, importaba grandes cantidades de pastel y otras mercancías, negociando tanto en Londres, como en Bristol, Sandwich o Sauthampton, en nombre de su familia o asociado con otros grandes mercaderes, los Maluenda.
 

2 comentarios:

  1. Hola, te escribo para avisarte que en el mapa del recorrido en vez de empezar en Laredo comienza en Castro-Urdiales. Un saludo.

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  2. Gracias. Ya ha sido cambiado.

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