Cuando
miramos el paso de la Edad Media y el Renacimiento difícilmente pensamos en
complicadas relaciones diplomáticas extendidas en el tiempo, pero en el colegio
nos contaban – a los que peinamos canas- los tratos de los Reyes Católicos para
casar a sus hijos y la consecuencia de los mismos: Carlos I, el de Gante.
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla,
los Reyes Católicos
Isabel
de Castilla y Fernando II de Aragón se cartearon con Enrique VII de Inglaterra.
Estos reinos -las coronas unidas de Castilla y Aragón, que llamaremos España
por comodidad, e Inglaterra- estrechaban sus relaciones a la vez que se apoyaban
contra Francia. Los monarcas hispanos trataban de evitar las pretensiones sobre
Bretaña de Luis XI de Francia, la lucha por los condados pirenaicos (Rosellón y
Cerdaña) y la defensa de los intereses comerciales que enlazaban a españoles e
ingleses. El inglés ansiaba afirmar su acceso al trono tras la batallado
Bosworth y la vieja reivindicación de la soberanía sobre los ducados de Guyena y
Normandía.
Enrique VII de Inglaterra
En
1488 comenzó la negociación en varios niveles y con el matrimonio -y el asunto
de la dote al entender los ingleses que una infanta era algo inferior a una
princesa- de Catalina con Arturo, príncipe de Gales, como facilitador de posteriores
acuerdos comerciales y militares. Es en este contexto cuando parte una embajada
desde la corte de Enrique VII. De ella formó parte el incontinente literario
Roger Machado. Un individuo de claro origen ibérico al servicio del inglés que,
en este viaje, iniciaba su andadura diplomática y que, quizá, se incorporó por
posible conocimiento de las lenguas peninsulares o de su cultura.
De
todas formas, gracias al manuscrito de Roger, conocemos el paso de la embajada
por Las Merindades. Pero, por un cronista castellano sabemos que el soberano británico
envió a Richard Nanfan caballero del cuerpo del Rey, y a Thomas Savage, al que
el tratado de Medina del Campo de 1489 califica como doctor en derecho civil y derecho
canónico y canciller del condado de Marca. Era quien dirigía la embajada. Sepan
que Thomas formó parte de la embajada que, en marzo de 1488, fue designada por Enrique
VII para iniciar las negociaciones con Castilla y que desembocaron en los “Preliminares
de Londres” que ratificaron tratados de comercio anteriores y por el que se
fijaba la dote y derechos de Catalina de Aragón (y de Castilla pero como el
padre era aragonés…). La embajada se completó con un séquito de sirvientes y con
Richmond, rey de armas de Norroy, designado para servir y acompañar la misión.
Partieron
desde Southampton junto a los diplomáticos castellanos Rodrigo González de
Puebla y Juan de Sepúlveda que llevaban un año en
Inglaterra. Amén del capellán Martín de Torres. Embarcaron en dos naves
españolas al mediodía del 19 de enero de 1489. Y… el viento les obligó a
amarrar en Plymouth y salir para Castilla el primer día de febrero. El mal
tiempo invernal les empujó al puerto de Falmouth, en el suroeste de Inglaterra.
Lograron llegar a alta mar el doce de febrero y llegaron a la costa cantábrica
el catorce de ese mes. Aunque desembarcó en Bilbao González de Puebla el
destino de la embajada parecía ser la costa gallega, quizás para dar gracias al
Apóstol Santiago.
Durante
los días catorce y quince de febrero costearon con un clima endiablado que les
pudieron hacer naufragar. Pisaron Laredo el 16 de febrero de 1489 y se
hospedaron en las casas del mercader Fernando García del Hoyo y su hijo
Fernando del Hoyo, vinculados con Inglaterra y que cobraron por el hospedaje. Para
entonces, los embajadores supieron que los Reyes Católicos se encontraban en Medina
del Campo, y desde Laredo era más fácil alcanzarlos.
Siete
días después, el 23 de febrero, partieron hacia la meseta por el camino de la
lana en busca de los reyes. El retraso lo ocasionó una nevada. Esa noche la
pasaron en Lanestosa y el 24 almorzaban en Villasante de Montija (Las
Merindades) tras atravesar el paso que llamó Roger Machado “Sandenjesco”. Entiendo
que sería el de “Sendero Enhiesto” o de Los Tornos. Fueron a dormir a Medina de
Pomar que estaba a tres leguas inglesas de distancia. Unos catorce kilómetros y
medio.
Ruta estimada de Laredo a Burgos
No
estuvieron más que esa noche en la capital de los Condestables de Castilla y partieron
el 25 de febrero hacia una villa que Roger llama “Coinino” a seis leguas de
Medina de Pomar (unos 30 km). ¿Qué pueblo es? Pues, la ayuda para intentar
descubrirlo lo tenemos en estas líneas: “Pero debéis saber que entre esa
villa de Medina de Pomar y el pueblo de Coinino, más o menos a medio camino
pasa un gran río entre dos altas montañas, que se llama Ebro; y este rio fluye
hasta la ciudad del reino de Aragón llamada Zaragoza”. Por cierto, otra
referencia al reino paterno de la futura reina de Inglaterra. A partir del párrafo
transcrito podemos conjeturar que salieron de Medina de Pomar hacia Trespaderne
para atravesar el cañón de La Horadada y dirigirse hacia el valle de
Valdivielso pernoctando en Condado -el posible Coinino-. Este era un camino muy
empleado en época invernal por la carretería al estar más libre de nieve que Los
Hocinos. Lo que transitaban por La Horadada solían desviarse por La Bureba y no
por el valle de Valdivielso -como cuenta Roger-. No era, por tanto, un camino
principal desde Medina de Pomar por obligar a dar cierto rodeo frente al camino
de Los Hocinos.
Alcázar de Medina de Pomar
El
día 26 de febrero de 1489 “fueron a tomar un tentempié a un pueblo llamado
Hontomín”. El camino que debió tomar la embajada ascendería por la “calzada
de El Almiñé” y avanzaría, en un día de duro invierno, a través del páramo de
Masa. Desde Hontomín enviaron un mensaje a un comerciante de Burgos que había
estado en Inglaterra, Diego de Castro, para solicitarle alojamiento. Aunque ya
habían salido de Las Merindades contaremos un poco más.
El Almiñé
Cuando
los embajadores estaban a un cuarto de legua de Burgos fueron alcanzados por el
mercader Diego de Castro y otros diez o doce mercaderes más como Alonso de
Salamanca (también vinculado con Londres) con el objeto de repartirse el
hospedaje de los embajadores. Arribaron a la ciudad de Burgos el 26 de febrero de
1489 alrededor de las cinco en punto de la tarde. Y dos horas después de
entrar, llegó el doctor De Puebla, el “embajador” del rey de Castilla en
Iglaterra, que venía de Bilbao. El comerciante de Castro envió un mensaje a los
reyes para saber cómo actuar y Roger Machado comentó que “como puede que
haya quien me culpe de que hablo de reyes, y alguna gente puede asombrarse y
decir “¡Cómo! ¿Es que hay dos reyes en Castilla?” No (les digo) sino que
escribo “reyes” porque el rey es rey por cuenta de la reina, por derecho de matrimonio
y porque se llaman así mismos “reyes”, y añaden a sus cartas por el rey y la reyna”.
La Horadada
Los
embajadores pasarán por Valladolid y en Medina del Campo se cruzaron con la
delegación de Maximiliano I soberano de los territorios de la Casa de Borgoña
que conseguirían a Juana -la futura Juana I de Castilla o “la Loca”-. Este roce
con los borgoñones pudo ser el preludio del Tratado de Okyng. En Medina del
Campo, los ingleses saludarán al Condestable de Castilla entre otros grandes
cortesanos. Tras reunirse con los Reyes Católicos la embajada marchó a reunirse
con el monarca de Portugal.
Como
podemos deducir del diario de viaje de Roger Machado vemos que los embajadores
transitaron por Las Merindades sin dificultades. En su viaje fueron bien
acogidos, en especial en aquellas ciudades con mercaderes que mantuviesen vínculos
comerciales con Inglaterra.
Bibliografía:
“Caminos
Burgaleses: los Caminos del norte (Siglos XV y XVI)”. Salvador Domingo Mena.
“Una
embajada inglesa a la corte de los Reyes Católicos y su descripción en el
Diario de Roger Machado. Año 1489”. Juan Manuel Bello León Y Beatriz Hernández
Pérez.
“Las
hijas de los reyes católicos. Magnificencia y patronazgo de cuatro reinas”.
Miguel Ángel Zalama.
“La
copia de tratados diplomáticos en el archivo regio inglés por parte de la
primera embajada permanente de los Reyes Católicos en Inglaterra (1487-1508)”.
Néstor Vigil Montes.
Anexos:
Roger
Machado: Seguramente portugués
dado su desconocimiento de términos castellanos, murió en 1510. En su vida
acompañó varias embajadas inglesas por Francia e Italia. Al menos desde 1478
formó parte de la corte inglesa. El manuscrito que extractamos empieza con la
descripción, en abril de 1483, del funeral de Eduardo lV en Windsor, y al que
Machado parece que asistió con el nombre de heraldo de Leicester. Ese mismo año
alternaba su residencia en Southampton y Calais ya que en ambas localidades
poseía intereses económicos. Fue entonces cuando entró al servicio de Ricardo
III, realizando varios viajes a los Países Bajos al servicio de algunos
miembros de la nobleza británica. En 1485, Machado se aleja de Ricardo III para
acercarse al servicio de Enrique Tudor. Antes de la batalla de Bosworth, de la
guerra de las dos rosas, el futuro rey le nombra su heraldo Richmond. Tras su victoria
el nuevo monarca lo elevará al rango de rey de armas. Al finalizar ese año
acumulaba este último cargo, bajo el nombre de Norroy, y el de heraldo Richmond.
Rodrigo
González de Puebla: Probablemente
descendiente de judíos conversos. De extracción humilde, Puebla rompe los
moldes de lo que era la figura del representante diplomático a finales de la
Edad Media. Estaba ente la genialidad y la polémica. Un experto en política
internacional que fue vituperado por sus sucesores. No fue un miembro de la nobleza
al servicio de la corona, sino un jurista que a lo largo de distintas etapas en
la administración se gana la confianza de los reyes. Sirvió durante casi veinte
años como embajador ante los monarcas británicos.
Juan
de Sepúlveda: fue el
embajador especial que en 1488 se encargó de llevar a Londres los poderes para
iniciar las negociaciones destinadas al enlace de Arturo y Catalina.
De
Castro: Burgos era una
gran ciudad mercantil y por eso sabían los ingleses de la existencia de la
familia Castro. Diego de Castro, en la década de 1480, importaba grandes
cantidades de pastel y otras mercancías, negociando tanto en Londres, como en
Bristol, Sandwich o Sauthampton, en nombre de su familia o asociado con otros
grandes mercaderes, los Maluenda.
Hola, te escribo para avisarte que en el mapa del recorrido en vez de empezar en Laredo comienza en Castro-Urdiales. Un saludo.
ResponderEliminarGracias. Ya ha sido cambiado.
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